Estuve en la discoteca con mis amigos pasándola bien, olvidándome de preocupaciones y de los problemas.
Mañana no trabajaba, ni el domingo tampoco.
Pero la discoteca ya estaba cerrando, yo estaba demasiado borracho y mis colegas pidiendo un taxi por mí.
Cuando llegué a mi casa, pagué el taxi y me bajé del taxi dándome un porrazo contra el suelo.
Mierda, me había caído boca abajo.
Me quedé unos minutos en el suelo sin poder moverme hasta que hice todas mis fuerzas en hacerlo y me toque la nariz.
Joder, la tenia sangrando.
Me limpié la sangre con la camiseta, hasta dejar sin rastro de ello y entraba dentro del portal.
Me dirigía al ascensor hasta cogerlo, y subía hasta mi planta que era el tercero.
Cuando llegué a la planta, salía del ascensor y miré que Eva estaba sentada en el suelo, en mi espera.
Subía su mirada hacía a mi, con alivio al verme y se levantaba del suelo.
-¿Dónde te habías metido?-preguntó enfadada acercándose a mi.-
-Estaba con mis amigos.-respondí borracho mientras me reía y me dirigía a la puerta, comencé a buscar las llaves en el pantalón.-
-¿Con tus amigos? Y yo llamándote como una puta gilipollas para que te vinieras conmigo ¿sabes que he quedado en ridículo por tu culpa?-
Eva estaba completamente cabreada por lo que le hice pero tampoco es que me importará mucho.
Ella seguía discutiendo alzando la voz, y cuando abrí la puerta me gire para mirarla enfadado.
-¿Quieres bajar la voz joder? Mi padre esta durmiendo.-dije cabreado contra de ella mientras sostenía la puerta.-
Eva se quedó callada mirándome con resignación.
Primero entré yo a la casa, luego entró ella cerrando la puerta.
-¿Donde estabas?-preguntó aunque esta vez el tono más bajo, pero enfadada.-
-En el Palace.-
-Que bien, Dalton, tu de discoteca y yo esperando a que vinieras.-
-¿Y que coño querías? Yo también tengo derecho a pasarla bien.-
-Y no te estoy diciendo que no pero me hubiese gustado que estuvieras esta noche conmigo, era importante para mi.-
Suspiré profundamente por la bronca que me estaba llevando, puse mis dedos entre el ceño y cerraba mis ojos de la borrachera que llevaba.
Escuché a Eva de suspirar.
Parecía seguir enfadada.
-Deberías irte a dormir.-susurró, y empezó acercarse a mi con sutileza.-
Retiraba mi mano de mi ceño y la miraba intentando abrir los ojos, lo que podía.
-Perdón por lo de esta noche, Eva, pero se me olvidó por completo lo que me dijistes y el móvil no lo había oído.-dije, colocando mis manos sobre sus mejillas para que dejara de estar enfadada.-
Eva se quedó callada, se que aún lo estaba pero se quedaba boba al mirar mis ojos, y a mis labios de forma de corazón.
Bajaba mis manos hasta sus caderas, y comenzaba a besarla lentamente.
-¿Vamos a mi cuarto?-pregunté susurrando en mitad del beso.-
Asintió lentamente pero se aparto de mis labios.