Acompañé a Eva al aeropuerto por qué se iba a Francia un fin de semana como ella me dijo.
Y yo mientras tanto entrenar y a trabajar.
Ni si quiera tenía ganas de salir después del trabajo, Dylan me lo propuso porqué también vendría su novia.
Pero pasaba de ser un sujeta velas, y además solo tenía ganas de llegar a casa e irme a dormir.
Cerraba la cafetería finalmente, y me dirigía a mi moto hasta montarme en ella.
De repente empecé a oír mi nombre y me giraba para comprobar quién era.
Kayla.
Ella venía hacia a mi con los brazos cruzados y me incorporaba mejor en el asiento de la moto.
-¿Otra vez aquí?-
-Solo vine a hacerte una pregunta.-
-¿Hacerme una pregunta un viernes por la noche?-
Kayla desvío su mirada sin saber que responderme exactamente y suspiro.
-Te quería preguntar que hacías en la universidad el otro día.-
Me quedé callado intentado buscar una repuesta, pero no se me ocurría ninguna.
-¿En serio que has venido a preguntarme eso? ¿Solo por eso?-
Kayla suspiro levemente con cansancio ante mi insistencia de saber.
-También por qué quería verte.-
El corazón se me aceleró por lo que dijo pero me quería mantener fuerte ante ella.
Agachaba mi mirada hacia abajo, iba a decirle que estaba con Eva, creo que ya era el momento.
-Kayla, yo fui a la universidad por qué..-pero en ese momento me quedé callado, había algo que me impedía en contarle que estaba con Eva y quise rectificar.- Pasé de casualidad.-
Ella parecía sentirse decepcionada ante mi respuesta mirándome entristecida y la miraba a sus ojos azules grisáceos.
-Creí que fuistes a buscarme.-
Empecé a negar, riéndome ante la estupidez que dijo.
-No, Kayla, yo no te hice nada malo no tengo porque buscarte.-la señalaba de repente.- O sino mírate tu, quién busca a quién.-
-¡Te busco por qué te quiero! Pero no voy a permitir que me humilles más de esta manera.-dijo enfurecida mirándome a mi rostro por última vez y se giraba, andando sola por la cera.-
Grité su nombre enfadado por lo que me dijo y se giraba.
-Ven.-
Ella parecía no querer venir pero finalmente lo hizo, quejándose ante mi actitud.
-Súbete que te llevo a casa.-
-Puedo irme sola.-
-No, súbete o será cuando nunca más me volverás hablar.-
Kayla le entró esperanzas al decirle aquella frase y se subía a mi moto lentamente aunque parecía aun cabreada.
La miré de reojo por unos segundos y luego arrancaba la moto para llevarla a casa.
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Cuando llegamos a su casa, Kayla se bajaba de repente y nos quedamos mirándonos fijamente.
Luego ella parecía andar hasta la puerta pero se volvía a girar, mirándome con pena.
-Dalton..-ella volvía andar hacia a mi, poniéndose frente mía.- Siento por ser tan pesada, por qué lo soy, y por eso quiero decirte por última vez que nunca voy a dejar de quererte.-