Había dormido plácidamente junto a Kayla después de haberme estado acostando con ella toda la noche.
Al despertar, observe qué Kayla no estaba a mi lado y bosteza por ello pero me sentí confuso al no verla.
¿Se había ido?
Me levantaba de repente, poniéndome los bóxer junto a los vaqueros y salía hacia al salón.
Ella estaba desayunando mirando a su móvil junto a la mesa y subió su mirada a mí, empezó a sonreír al verme despierto.
-Buenos días.-
-Buenos días.-dije cansado por la noche de ayer pero me encontraba contento y me senté a su lado.-
Kayla de repente cogía una jarra en la cual parecía haber jugo de naranja y me servía en un vaso.
-No hay café pero es jugo de naranja.-
-Está bien.-susurré sin más tomando de aquel vaso, y miraba a la mesa avergonzado.-
Kayla se me quedaba mirando fijamente por segundos.
-¿Has dormido bien?-
Aguantaba la risa por su pregunta pero asentí sonriendo y dejaba el vaso sobre la mesa.
-Muy bien, hoy me siento mucho mejor.-
-Me alegro.-
Desvíe mi mirada a Kayla, me miraba con inocencia mientras se comía una tostada con mermelada, parecía contenta.
-¿Y tú?-
-Bueno, si puedes llamar dormir a solo cuatro horas de descanso..-
-Te dije que nos durmieramos antes pero tu no parabas.-
Kayla se reía sonrojada mientras comía y me miraba a mis ojos.
-Llevaba mucho tiempo sin estar contigo, ¿que esperabas?-
-A mi también me paso igual.-
-De todas formas, estoy feliz.-
Asentí mirándola fijamente por lo que dijo.
-Oye, antes de volver a El Bronx tengo que despedirme de mi madre, se preocupara si lo hago.-
-Pues si quieres te acompaño a que la veas y cogemos el bus juntos.-
-Si, podría presentarte a mi madre.-
-¿Y como me presentaras como tu novia o como tu amiga?-
Mierda, no había estado atento a ese dato.
Toca ponerse grosero para que no me pille la mentira.
-¿Crees que por follar ya hemos vuelto?-
Kayla dejó sus labios indignada ante mi desprecio y parecía enfadada.
-No sé, ayer me dijiste que era la mujer de tu vida.-
Me reí levemente por su enfado pero a ella no le hizo ninguna gracia.
Se levantó de la silla, solté una carcajada por su enfado y ella parecía irse pero rápidamente la cogía de brazo para que no se fuera y se giraba.
-No Dalton, no me ha gustado lo que has dicho.-
Soltaba de su brazo para tomar su cara con una media sonrisa.
-Niegame que lo que hicimos ayer no te gustó.-
-Dalton..-
-Dime que no.-