Capítulo 22

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Había dormido plácidamente junto a Kayla después de haberme estado acostando con ella toda la noche.

Al despertar, observe qué Kayla no estaba a mi lado y bosteza por ello pero me sentí confuso al no verla.

¿Se había ido?

Me levantaba de repente, poniéndome los bóxer junto a los vaqueros y salía hacia al salón.

Ella estaba desayunando mirando a su móvil junto a la mesa y subió su mirada a mí, empezó a sonreír al verme despierto.

-Buenos días.-

-Buenos días.-dije cansado por la noche de ayer pero me encontraba contento y me senté a su lado.-

Kayla de repente cogía una jarra en la cual parecía haber jugo de naranja y me servía en un vaso.

-No hay café pero es jugo de naranja.-

-Está bien.-susurré sin más tomando de aquel vaso, y miraba a la mesa avergonzado.-

Kayla se me quedaba mirando fijamente por segundos.

-¿Has dormido bien?-

Aguantaba la risa por su pregunta pero asentí sonriendo y dejaba el vaso sobre la mesa.

-Muy bien, hoy me siento mucho mejor.-

-Me alegro.-

Desvíe mi mirada a Kayla, me miraba con inocencia mientras se comía una tostada con mermelada, parecía contenta.

-¿Y tú?-

-Bueno, si puedes llamar dormir a solo cuatro horas de descanso..-

-Te dije que nos durmieramos antes pero tu no parabas.-

Kayla se reía sonrojada mientras comía y me miraba a mis ojos.

-Llevaba mucho tiempo sin estar contigo, ¿que esperabas?-

-A mi también me paso igual.-

-De todas formas, estoy feliz.-

Asentí mirándola fijamente por lo que dijo.

-Oye, antes de volver a El Bronx tengo que despedirme de mi madre, se preocupara si lo hago.-

-Pues si quieres te acompaño a que la veas y cogemos el bus juntos.-

-Si, podría presentarte a mi madre.-

-¿Y como me presentaras como tu novia o como tu amiga?-

Mierda, no había estado atento a ese dato.

Toca ponerse grosero para que no me pille la mentira.

-¿Crees que por follar ya hemos vuelto?-

Kayla dejó sus labios indignada ante mi desprecio y parecía enfadada.

-No sé, ayer me dijiste que era la mujer de tu vida.-

Me reí levemente por su enfado pero a ella no le hizo ninguna gracia.

Se levantó de la silla, solté una carcajada por su enfado y ella parecía irse pero rápidamente la cogía de brazo para que no se fuera y se giraba.

-No Dalton, no me ha gustado lo que has dicho.-

Soltaba de su brazo para tomar su cara con una media sonrisa.

-Niegame que lo que hicimos ayer no te gustó.-

-Dalton..-

-Dime que no.-

Un Golpe Duro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora