Capítulo 2

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Desde Manhattan hasta El Bronx se llegaba en coche casi una hora, lo mismo que en el tren pero la diferencia es que en coche podría adelantarme un poco más.

Cuando conducía a la zona donde estaba situado el gimnasio, aparcaba al lado de la cafetería donde solía trabajar.

Apagué el coche, bajaba y me quedaba mirando el barrio después de tres meses.

Se me vinieron los recuerdos de repente a mi mente, todos de golpe, me entró un sentimiento de nostalgia pero de alegría al mismo tiempo.

Aquí si sentía que yo pertenecía.

Me quedaba observando por encima a ver donde estaba situada el antiguo gimnasio que yo mismo queme pero no encontraba nada.

Desvíe la mirada hacia la cafetería, se me había ocurrido una idea.

Andaba hacia la cafetería, abría la puerta repentinamente y me quedaba mirando el lugar.

¿Quién dirige este sitio?

Esta hecho un desastre.

Me dirigía hacia la barra quitándome mis gafas de sol pero justamente escuché que dijeron mi nombre y desvíe mi mirada hacia la parte izquierda.

Mi antiguo jefe.

-¿Dalton?-preguntó inseguro por si era yo realmente.-

-Eh, si, soy yo.-

Empezó a reirse levemente, se acerco a mi tocándome el brazo y me señaló sin creerlo.

-Yo te iba a regañar por llegar tarde pero me acabó de acordar que ya no trabajas para mí.-

-Por fortuna.-

-Tampoco es tan malo la cafetería, eh.-

-No, por supuesto que no..-dije con ironía metiendo una mano en el bolsillo de la chaqueta.-

-¿Que haces por aquí? ¿Vuelves al trabajo? De inmediato te admito.-

-No, no nada de eso, quería preguntarte..-

Pero salía un chico de la cocina, parecía desorientado acercándose a nosotros y miraba al jefe.

-¿La mesa 15 que había pedido?-

Mi antiguo jefe se giraba, mirándole amenzanate y clavaba su mirada a su rostro.

-¿Tienes la valentía de preguntármelo a mi?-preguntó enfadado mientras se señaló a si mismo.- ¡Soy tu jefe!-

-P-perdón.-tartamudeo con miedo pasando su mano por su cabeza y decidió ir de nuevo a la mesa correspondiente.-

Mi ex jefe negaba rotundamente volviéndome a mirar y suspiraba con resignación.

-De verdad te digo, que este tío es un puto desastre, no sabe hacer nada bien.-

Me quedé callado al escuchar lo que decía de su trabajor, desvíe mi mirada al chico por unos segundos y volví a mirarle a él.

Se ve que no tiene experiencia, pero no debería de ser tan duro con él.

-Yo venía a..-pero me interrumpía de repente y me quedé callado.-

-¿Que has estado haciendo en estos tiempos?-

-Boxear, ahora soy boxeador.-

-¿Boxeador? ¿Desde cuando te ha gustado a ti el boxeo?-

No se por qué me estaba haciendo éstas preguntas, porqué pocas veces hemos mantenido un relación de jefe a trabajador.

-Desde siempre, he estado por Europa combatiendo.-

Un Golpe Duro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora