Capítulo 16- Guardia fantasma sin sombras (6)

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Li Yuan se sentó junto a Ying Qi con las cejas fruncidas, escuchando el arroyo que corría por el patio, los pájaros que volvían a sus nidos al atardecer y el ocasional piar de un grillo.

En este jardín originalmente sólo Ying Si y Ying Wu vivían, Ying Qi se mudó después, aunque la casa tenía pocas cosas, todas estaban bien prolijas y ordenadas, muy cuidadosamente ordenadas y limpias.

Li Yuan puso su mano en la cabeza de Ying Qi, se sentó a su lado y miró a su alrededor, después de verlo por un rato, seguía frotando su suave cabello.

El cuerpo del adolescente acurrucado bajo la sabana se movió ligeramente, despertando después de un corto tiempo de sueño tranquilo, sus largas y delgadas pestañas se movieron y se levantaron lentamente, Ying Qi se frotó los ojos y de repente se encontró agarrando una mano larga, delgada y brillante.

Se despertó de repente en una sacudida y miró a Li Yuan aturdido, su mente estaba entumecida, miró a Li Yuan inmóvil durante mucho tiempo y llamó con miedo: —¿Dianxia?

Li Yuan levantó la comisura de sus labios: —¿Estás despierto?

Ying Qi se congeló y de repente se dio cuenta de que no estaba soñando, rápidamente se tiró y rodó por el suelo, arrodillándose a los pies de Li Yuan, temblando, el sudor frío surgió de las esquinas de su frente, mientras decía tembloroso: —Este subordinado, este subordinado... fue irrespetuoso... no le dio la bienvenida y lo tocó imprudentemente...

Estaba diciendo cosas incoherentes, aterrorizado, temblando tanto que Li Yuan pudo ver cómo el sudor frío se escurría por su cuello hasta llegar a su escote.

Li Yuan se sorprendió de su miedo y pánico que tenía hacía él, no pudo evitar reflexionar sobre si realmente estaba siendo demasiado duro...

—Ven aquí. — Li Yuan extendió su mano hacia él: —Ven aquí y escúchame.

Ying Qi casi se arrastró, arrodillándose a sus pies con la cabeza inclinada, mostrando desesperadamente su obediencia, y siguió diciendo: —Este subordinado merece la muerte...

Li Yuan se inclinó para taparle la boca y le apretó la cabeza en su regazo, obligándole a calmarse, acariciando su cabello y su espalda una y otra vez: —Cálmate.

El tenso cuerpo de Ying Qi se relajó lentamente y se apoyó en la rodilla de Li Yuan, con las pestañas bajadas aun agitándose y temblando.

Estaba demasiado asustado, había luchado tanto para llegar hacía Shizi Dianxia, había sufrido demasiado y no quería que Dianxia no lo quisiera por su negligencia y descuido, no quería dejarlo.

Antes, el comandante dijo que, si había algún comportamiento indisciplinado, sería enviado de regreso al Palacio de las Sombras. Ying Qi siempre había acatado las normas de disciplina y nunca las había transgredido, sólo deseaba poder mirar tranquilamente a Dianxia durante cada turno.

Li Yuan le soltó la mano, y Ying Qi jadeó, agachó la cabeza impotente.

La voz de Ying Qi volvió a su habitual tono bajo y ligeramente silencioso, con la mirada perdida, susurró: —Este subordinado ha perdido los modales, Dianxia por favor castíguelo.

Li Yuan se inclinó, apoyó las manos en las rodillas y le preguntó: —¿De qué tienes miedo?

Ying Qi guardó silencio.

Li Yuan dijo: —En el reglamento de los guardias de las sombras dice que no se debe engañar al maestro.

Ying Qi se mordió los labios y dijo con sinceridad: — Temo que Dianxia no permita que este subordinado le escolten en el futuro.

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