En el louchuan de la familia Liang, a orillas del río Yuejiang, se escucha la música y la danza de los músicos y cantantes. El tercer joven maestro sostenía en sus brazos a una nueva pequeña belleza, que tenía una uva en la boca y se la ofrecía a Liang Xiao para que la bese.
Li Yuan está sentado en el alféizar de la ventana, haciendo girar su abanico y mirando el río por la ventana aturdido.
Cuando Liang Xiao vio que Li Yuan estaba deprimido y malhumorado, arrojó a la pequeña belleza en sus brazos y le preguntó: —¿Qué te pasa otra vez? Mira lo leal que es ese pequeño guardia de la sombra tuyo, te echó una mano para bloquear el vino envenenado, si me permites decirlo, este chico es realmente bueno y bastante justo.
Li Yuan golpeó con su abanico en la cabeza de Liang Xiao: —Ya he tenido suficiente, no quiero jugar más, que lo haga otro.
Liang Xiao sonrió: —Como era de esperar, has durado un mes, muy dedicado en mi opinión.
No había ninguna viga en la parte superior del louchuan, por lo que los guardias de la sombra no podían estar allí arriba. Ying Qi y Ying Wu, vestidos con ropas discretas, estaban sentados en la pequeña mesa de té fuera de la elegante sala, por lo que podían escuchar todo lo que se decía dentro.
Ying Wu se metió un pincho de albóndigas en la boca y lo masticó: —¿Qué te pasa?, ¿por qué no comes?
Ying Qi dijo con indiferencia: —No es nada.
Tenía poco apetito y se sentía aún más incómodo escuchando la pequeña charla de Shizi Dianxia.
Hasta que escuchó a Shizi Dianxia decir: —Llámame a unos buenos, bonitos, gentiles y compresivos, para que vengan a atenderme.
Liang Xiao se frotó las manos: —¡Sí, así es como eres! Ya lo escucharon, Shizi Dianxia quiere a los guapos, gentiles y comprensivos, así que date prisa en encontrarlas.
Unos cuantos Xiao Shaoye de pieles blancas y suaves entraron obedientemente en la elegante sala, rodearon a Li Yuan y se sentaron, acurrucados en los brazos de Li Yuan, con sus voces suaves y crujientes, sirviendo diligentemente el vino y llevándolo a la boca de Li Yuan.
Este era Shizi Dianxia, si le servían bien y eran llevados a su residencia para ser mimados, entonces se transformarían en maestros*.
Li Yuan se recostó en el diván, exhausto, y tomó casualmente la mano de un shaoye y la apretó, era suave y húmeda, muy cómoda de tocar, completamente diferente a la mano de Xiao Qi
El shaoye dijo coquetamente: —Dianxia, está haciendo daño a este esclavo, las pequeñas manos de este esclavo son tan tiernas porque usa leche de vaca todos los días.
El tono de su voz era también completamente el opuesto al de Xiao Qi.
Fuera de la elegante sala, Ying Qi podía oír claramente, recostado en la mesa, enterrando la cabeza en el pliegue de su brazo, con las yemas de los dedos frotando silenciosamente el callo de la espada en su palma. El nudo de su garganta se agitó ligeramente, sin poder evitarlo, su voz era originalmente algo mejor al principio, pero después de permanecer en el Palacio de las Sombras durante mucho tiempo y no hablar a menudo, se había vuelto un poco tonta, un poco baja, y ya no sonaba bien.
Ying Qi dejo de comer y se acercó a hurgar en él: —¿Estás bien, no estás contento?
Ying Qi levantó ligeramente la cabeza: —¿Sabes cómo quitarte los callos de las manos?
Ying Wu se congeló: —¿Cómo puedes sostener una espada si te la quitas?, ¿eres un biao [1] o eres un chico tonto?
Sí, todavía tenía que sostener la espada y proteger a Dianxia, no podía hacer que Dianxia gustará de él, no era bonito, no era gentil y no sabía cómo comportarse.
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Obedéceme
Fantasy¿Será la sumisión del guardia de las sombras o el hundimiento de Shizi? El perro leal guardia de la sombra Wen Ji, que sobrevivió al entrenamiento del infierno, finalmente logró esperar al lado de Dianxia, a quien había estado anhelando, pero Dianxi...