—Cualquiera que haya sobrevivido a la tortura de sal son hombres fuertes y valientes. — Ying Wu frenó su sonrisa despiadada y se inclinó más hacia Ying Qi: —Te escapaste una vez, pero regresaste también así que, ¿qué clase de error imperdonable es ese? Entrar fácil, pero salir es difícil, el Palacio de las Sombras es, en efecto, demasiado duro. De todos modos, ¿qué es exactamente lo que hiciste a escondidas...?
La mención del Palacio de las Sombras y de la tortura de la sal provocó un dolor sordo en el cuerpo de Ying Qi, y una fuerte sensación de náuseas brotó en su pecho, por lo que apartó a Ying Wu y salió corriendo de la habitación, apoyándose en el poste de la puerta y vomitando, antes de enjuagarse la boca y volver como si nada hubiera pasado.
Ying Wu estaba un poco frustrado, sabía que cualquiera que hubiera sido torturado con sal estaba obligado a tener una horrible sombra sobre el Palacio de las Sombras, y Ying Qi no era una excepción.
Así que, como si no hubiera metido la pata, le dio vuelta a la página se arremangó las mangas y cogió una venda para limpiar la herida de la espalda de Ying Qi, mientras le enseñaba por las malas: —Cuántas veces te he dicho que no te quites la vida para proteger a tu maestro, y que te escondas un poco también. Todavía hay dos piezas de hierro insertadas aquí, espera, las sacaré. Oye, esto esta profundo, las púas están clavadas en la carne, así que ten paciencia.
—Hm. — Ying Qi aceptó débilmente.
Ying Wu sujetó la espalda de Ying Qi con una mano, el gancho de Arce de Rojo en su mano derecha se clavó profundamente en la herida y sacó dos flechas oscuras ensangrentadas, arrojándolas casualmente al suelo.
—¿Duele?
—Está bien. — Ying Qi respondió con indiferencia, como si esa pequeña herida no fuera con él en absoluto.
—Qué tolerante. — Ying Wu se limpió la mano, de repente, sus ojos se abrieron de par en par: —¿Qué hay bajo esa marca de Guardias de las Sombras que tienes?
Levantó la mano y la tocó, un dibujo en relieve cubierto bajo esa marca de 'sombra' en el omóplato derecho de Ying Qi estaba presionado sobre dicha marca, sin poder ver lo que era, Ying Wu murmuró en voz baja: —¿Qué es esto, una flor? ¿Qué tipo de flor?
El cuerpo de Ying Qi se estremeció, su ceño se frunció, tomó su ropa y se la puso, diciendo seriamente: —Sólo un tatuaje al azar.
—¿Solo un tatuaje al azar de una... flor? ¿Por qué? El tatuaje de la flor está en el omóplato, no puedes alcanzarlo por ti mismo, ¿verdad?, ¿quién te hizo el tatuaje? — Ying Wu se frotó la barbilla y se rio secamente: —Oh... Sólo estoy preguntando, no seas tan serio.
—Fue dada por un benefactor. — Dijo Ying Qi con displicencia.
—¿Tatuaje de un benefactor? Vale, vale, vale, no preguntaré. — Ying Wu se deslizó sobre los hombros de Ying Qi haciendo una nota mental. —Te estas volviendo más y más frío ya sabes, no te dejes influenciar por mi hermano, ¿de acuerdo?
Era fácil llevarse con Ying Wu ya que seguía actuando como un niño medio crecido incluso en su alta posición. Pero la expresión seria y fría de Ying Qi no se aflojó.
—Déjame en paz. — Ying Qi le entregó un rollo de vendas: —Envuélvelo.
Ying Wu se arremangó la manga, un parche de su brazo izquierdo había sido quemado y pellizcado por las armas de fuego durante la batalla, convirtiéndose en pus.
— Ay, mi hermosa mano izquierda. — Ying Wu moqueó, tomó la venda que le entregó Ying Qi y lo envolvió con un gemido de fantasma y aullido de lobos [1], en un abrir y cerrar de ojos vio un uniforme de guardia imperial tirado al lado de Ying Qi, Ying Wu agarró el uniforme y lo miró dos veces, una mirada nerviosa en su cara se congeló de repente por un momento. —¿Cómo puedes llevar esto?
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Obedéceme
Fantasía¿Será la sumisión del guardia de las sombras o el hundimiento de Shizi? El perro leal guardia de la sombra Wen Ji, que sobrevivió al entrenamiento del infierno, finalmente logró esperar al lado de Dianxia, a quien había estado anhelando, pero Dianxi...