Obedéceme

Capítulo 17- Caballos de cinco flores (*) y mil piezas doradas (1)

Li Yuan miró atónito a ese par de ojos claros durante un momento, cogió un bollo al vapor de camote morado y lo mordió.

Ying Qi miró en silencio a Li Yuan, esperando pacientemente que termine de comer, luego dijo en voz baja: —Esto está fuera de las tres comidas, si quiere comprar otra cosa, este subordinado no podrá pagar... el más fino, por lo que... Dianxia solo por esta vez acéptelo, yo, este subordinado tomara el pago mensual y le comprara a Dianxia el más fino...

Desde que conocía a Ying Qi, no lo había oído decir tantas palabras, ya que parecía tropezar con sus palabras porque estaba demasiado nervioso, ahora no tenía mucha expresión, sólo las puntas de sus orejas estaban rojas y calientes.

Mientras Li Yuan comía, le miró y le preguntó: —¿Cuánto cuesta esto?

Ying Qi dijo con sinceridad: —Un tael de plata.

Li Yuan estaba acostumbrado a ser el Shizi de la nobleza de oro, realmente no tenía ningún concepto del dinero y la plata, él casualmente podría ofrecer unos pocos miles de taeles, sin tener idea de que un tael de plata podría alimentar a la gente común durante un mes.

—Oh. — Li Yuan tarareo y preguntó despreocupadamente: —¿Cuánto dinero llevabas encima cuando viniste?

Ying Qi se sentó abrazando sus rodillas y dijo con sinceridad: —Un tael de plata. —Después de decir eso, añadió: —El comandante se lo dio a este subordinado para que compraran ropa.

Estaba realmente sin dinero después de salir del Palacio de las Sombras, aunque Ying Wu quisiera ayudarlo no podía hacerlo, ya que había derrochado su propia plata mensual en la primera mitad del mes. Durante un tiempo, después de que Ying Qi dejara el Palacio de las Sombras para recuperarse de sus heridas, Ying Si se acercaba cada pocos días para echar un vistazo, le lanzaba la plata a Ying Qi y se iba sin decir una palabra.

Ying Qi hizo una nota silenciosa para devolvérselo al comandante una vez que recibiera el pago mensual de este mes.

—¿Por qué lo gastaste todo por mí? — Li Yuan quería reírse, pero se sintió angustiado, ¿cuándo había necesitado que alguien ahorrara para que le pudieran comprar algo?

Ying Qi se congeló por un momento y bajó la cabeza sin hablar. Después de un momento, respondió en voz baja: —Este subordinado puede... usar ropa vieja.

Sólo quería comprar lo mejor para Dianxia, no había ninguna razón.

Li Yuan le entregó un trozo de bollo al vapor de camote morado de olor dulce. —Creo que es muy delicioso, mejor que cualquier cosa que haya probado antes, pruébalo.

Ying Qi agitó inconscientemente la mano y se excusó, pero recordó una de las reglas del Palacio de las Sombras "la recompensa del maestro debe ser aceptada", así que dio un pequeño mordisco.

No era tan bueno, pese a ser demasiado caro, parecía que estaba comiendo plata.

Más que los bollos de camote morado, fue el poder sentarse junto a Dianxia lo que hizo que Ying Qi se alegrara en silencio. Los deseos que una vez tuvo se hicieron realidad uno a uno, el Palacio Real de Qi era tan agradable, le gustaba estar aquí.

Li Yuan envolvió a los dos restantes en hojas de loto y se levantó, sacudiendo el dobladillo de su ropa: —Se hace tarde, regresa para que descanses.

Ying Qi se levantó rápidamente: —Este subordinado lo llevará de regreso.

—No es necesario, es solo un paseo de dos pasos. — Li Yuan alargó la mano y frotó el cabello de Ying Qi: —La próxima vez que vayas a mí estudio para el servicio nocturno no comas demasiado, te traeré algo delicioso.