Cuando Harriet, Rose y Helmer entraron en el Gran Comedor para desayunar al día siguiente, lo primero que vieron fue a Darcy Rosier, que entretenía a un grupo de gente de Slytherin con una historia muy divertida. Al pasar por su lado, Rosier hizo una parodia de desmayo, coreada por una carcajada general.
-No le hagas caso -le dijo Helmer, que iba detrás de Harriet-. Tú, ni el menor caso. No merece la pena...
-¡Eh, Evans! -gritó Padraig Parkinson, un chico de Slytherin que tenía la cara como un dogo-. ¡Evans! ¡Que vienen los dementores, Evans! ¡Uuuuuuuuuh!
Harriet se dejó caer sobre un asiento de la mesa de Gryffindor; junto a Grace Prewett.
-Los nuevos horarios de tercero -anunció Grace, pasándolos-. ¿Qué te ocurre, Harriet?
-Rosier -contestó Rose, sentándose al otro lado de Grace y echando una mirada desafiante a la mesa de Slytherin.
Grace alzó la vista y vio que en aquel momento Rosier volvía a repetir su pantomima.
-Esa imbécil -dijo sin alterarse- no estaba tan divertida ayer por la noche, cuando los dementores se acercaron a la parte del tren en que estábamos. Vino corriendo a nuestro compartimento, ¿verdad, Freya?
-Casi se moja encima -dijo Freya, mirando con desprecio a Rosier.
-Yo tampoco estaba muy contenta -reconoció Grace-. Son horribles esos dementores...
-Se le hiela a uno la sangre, ¿verdad? -dijo Freya.
-Pero no os desmayasteis, ¿a que no? -dijo Harriet en voz baja.
-No le des más vueltas, Harriet -dijo Grace-. Mi padre tuvo que ir una vez a Azkaban, ¿verdad, Rose?, y dijo que era el lugar más horrible en que había estado. Regresó débil y tembloroso... Los dementores absorben la alegría del lugar en que están. La mayoría de los presos se vuelven locos allí.
-De cualquier modo, veremos lo contenta que se pone Rosier después del primer partido de quidditch -dijo Freya-. Gryffindor contra Slytherin, primer partido de la temporada, ¿os acordáis?
La única ocasión en que Harriet y Rosier se habían enfrentado en un partido de quidditch, Rosier había llevado las de perder. Un poco más contenta, Harriet se sirvió salchichas y tomate frito. Helmer se aprendía su nuevo horario:
-Bien, hoy comenzamos asignaturas nuevas -dijo alegremente.
-Helmer -dijo Rose frunciendo el entrecejo y mirando detrás de él-, se han confundido con tu horario. Mira, te han apuntado para unas diez asignaturas al día. No hay tiempo suficiente.
-Ya me apañaré. Lo he concertado con el profesor Ross.
-Pero mira -dijo Rose, riendo-, ¿ves la mañana de hoy? A las nueve Adivinación y Estudios Muggles y... -Rose se acercó más al horario, sin podérselo creer-, mira, Aritmancia, todo a las nueve. Sé que eres muy buen estudiante, Helmer, pero no hay nadie capaz de tanto. ¿Cómo vas a estar en tres clases a la vez?
-No seas tonta -dijo Helmer, bruscamente-, por supuesto que no voy a estar en tres clases a la vez.
-Bueno, entonces...
-Pásame la mermelada -le pidió Helmer.
-Pero...
-¿Y a ti qué te importa si mi horario está un poco apretado, Rose? -dijo Helmer-. Ya te he dicho que lo he arreglado todo con el profesor Ross.
En ese momento entró Hagrid en el Gran Comedor. Llevaba puesto su abrigo largo de ratina y de una de sus enormes manos colgaba un turón muerto, que se balanceaba.
ESTÁS LEYENDO
Harriet Evans
FantasiaUniverso alterno en el que todos los sexos están cruzados, la cuestión es que tan diferente sería la historia original cambiando los sexos, obviamente muchas cosas cambiarían pero, ¿el final sería distinto? Nota importante: La tradición inglesa solo...