Capítulo 4.- ¿Te preocupas? (Milk y el tío)

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Milk estaba muy descontento de tener que depender del tío ChooSam de esa manera. En primer lugar, debía pagar por los destrozos que había cometido y devolverle el dinero a ChooSam, por lo que tendría que trabajar en su restaurante. Además, había notado el aumento del número de clientes y tenían tanto trabajo que, incluso a ciertas horas, entre todos, no daban a basto. En segundo lugar, tenía que quedarse en casa de ChooSam mientras encontraba otro lugar, ya que Choco y JungWoo habían monopolizado la casa.

Todo esto disgustaba a Milk, porque si algo era él, era independiente. Pero lo que más rabia le daba era esa sonrisa burlona y juguetona que ponía ChooSam cada vez que lo molestaba. Esto lo confundía porque lo hacía sentir raro, diferente... como no se había sentido con nadie. Y él no era el tipo de persona al que le importan mucho lo que los demás pensaran de él, pero con ChooSam no era así. Sentía en cierta manera un impulso de contentarlo, de agradarle, impulso que por otra parte conseguía disimular bastante bien...

Cerraron el restaurante y estaban terminando de recoger.

—Voy a tirar la basura —dijo suavemente Milk, pero el tío pareció que no lo escuchaba.

La basura se amontonaba fuera del contenedor y Milk, que no soportaba la suciedad, se dio la tarea de tirarla toda. Sin embargo, se puso en alerta al escuchar voces y sentir un olor desagradable, a alcohol y cigarrillo.

—Es bonito ¿no?

—Mira, lleva un delantal, es muy mono.

—¿Estás haciendo el trabajo de los basureros? ¿O es que eres muy buen ciudadano? —preguntó uno de ellos al ver a Milk.

Eran tres chicos que rondarían los 20 años, se veía que estaban un poco borrachos y no tenían pinta de muchos amigos. Además de eso, estaban fumando, lo que desagradaba profundamente a Milk, quien no soportaba el humo del tabaco, pues le producía algo parecido al asma, y se quedaba sin respiración.

Milk los miró y sin decir una palabra siguió tirando las cosas, ignorando a aquellas personas.

—¡Eh tú! ¡Te estoy hablando!

—¿Te crees demasiado bueno para contestarnos? —dijo uno de ellos dándole un empujón en la espalda a Milk

—Por tu actitud... —dijo por fin Milk en un tono condescendiente—, puedo darme cuenta que entre esto —señaló a la basura— y eso —apuntó con el dedo al que lo había empujado—, no hay mucha diferencia.

Se quedaron en shock. Obviamente no esperaban esa respuesta tan agresiva de alguien tan pequeño y adorable. Y además, como no eran muy avispados y el alcohol adormecía sus neuronas, tardaron en entender la metáfora, pero en cuanto la comprendieron se sintieron hervir de ira...

Milk ya se iba.

—Serás hijo de... —dijo otro de ellos intentando propinarle un golpe que el joven Milk esquivó con la gracia y la elegancia de un gato.

No fue tan rápido con el segundo golpe de otro de ellos que se le había colocado detrás y lo empujó. El primero de ellos, que parecía ser el líder del grupo, lo cogió del cuello de la camisa y lo puso contra la pared.

—Tienes una boca sucia para ser tan bonito

Su aliento apestaba a licor barato y cigarrillo y Milk se giró intentando evitarlo, empezó a sentir que le faltaba el aire. El matón se dio cuenta y sin soltar su cigarro le dio una calada y le echó el humo a la cara.

—¿Te molesta? —dijo riéndose.

Esto fue devastador para Milk, se quedó sin fuerza en las piernas y empezó a toser y a respirar con dificultad, y al soltarlo el matón cayó de rodillas ante él.

—Míralo, ¿eras muy valiente antes? ¿qué te pasa ahora? —decían riéndose.

"No puedo respirar... ¿por qué? ¿por qué me pasa esto?..." pensó Milk

—¿Se puede saber por qué tardas tanto? —no se puede expresar con palabras el alivio que Milk sintió al escuchar la voz de ChooSam

El tío ChooSam miró la situación detenidamente, y en cuanto vio a su joven gatito en el suelo se marcó la vena de su cuello.

—¡¿Qué está pasando aquí?!

Los matones no tardaron en desaparecer, pues ChooSam era más mayor y más corpulento, y aunque eran tres, no tenían ganas de iniciar una pelea.

—Te dejo solo cinco minutos y ya estás dando problemas ¿cómo puede ser? —dijo ChooSam entre enfadado y preocupado.

"¿Qué le han hecho? ¿Por qué está así? ¿Cómo se atreven a tocarlo? Yo debería ser el único que lo toque..." pensaba ChooSam mientras llevaba dentro del restaurante a Milk.

Le dio un vaso de agua y lo ayudó a sentarse erguido, tras lo que Milk comenzó a respirar mejor.

Al contarle Milk lo que había pasado ChooSam se enfadó.

—¡Debes huir inmediatamente de esas situaciones! Usar malas palabras no solucionará ningún problema ¡Al contrario!

—No me intimidaban, eran basura —contestó Milk con indiferencia

—¿Y si no llego a ir yo? ¡Dios sabe lo que te hubieran hecho! ¿Es que te da igual tu vida? ¿Te da igual que te hagan daño?

Milk no respondió.

— Si no te preocupas por ti... al menos deberían importarte los que se preocupan por ti —susurró ChooSam.

"¿Los que se preocupan por mí?..." esta frase dejó pensativo a nuestro gatito. "¿Quiénes? ¿Él... él de verdad está preocupado por mí? ¿De verdad le importo?"

—Creo que esta vez... mereces una lección —dijo de manera firme Choosam—, debes ser castigado.

Continuará...

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora