Capítulo 16.- El frenesí (Choco y JungWoo) 🔞

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JungWoo y Choco se besaron apasionadamente, pegando sus cuerpos el uno al otro, embriagados por el dulce deleite de la crema batida.

Los brazos de Choco aprisionaban a JungWoo. Mientras uno le rodeaba el cuello, el otro le amarraba la cintura, atrayéndolo hacia él sin posibilidad de escapar. JungWoo retrocedía ligeramente hasta que dio con la encimera y quedó completamente inmovilizado. Como Choco era más alto que él, la posición le obligaba a inclinarse hacia atrás.

—Choco... tranquilo... —alcanzó a decir JungWoo cogiendo oxígeno después de sus ardientes besos.

Pero la mano de Choco bajó por su espalda, hasta llegar a los glúteos de JungWoo, y comenzó a acariciarlos por debajo del pantalón, mientras continuaba lamiéndole el cuello y descendiendo con su boca a su pecho. Se detuvo en uno de sus pezones en el que encontró particular gusto en torturar con la lengua y con los dientes.

—Tr-tranquilo —intentaba decir JungWoo, quien estaba sorprendido por el potente deseo de su compañero.

—Siempre me dices "tranquilo"... pero tú no estás tranquilo —dijo agarrando el miembro de JungWoo que se marcaba obstinadamente por encima del pantalón.

—¡Choco! —ya no sabía si pedirle que parara o que siguiera...

—JungWoo me gusta tanto... huele muy bien, y sabe muy bien.

Poseído por su deseo, Choco le dio la vuelta a JungWoo, todo sea dicho, con más rudeza de la que pretendía, para que le ofreciera la espalda, obligándole a colocar las manos sobre la encimera, que también estaba cubierta de nata, y adhiriéndose completamente a su cuerpo por detrás.

—¡Choco! ¿Qué vas a hacer? —preguntó JungWoo entre el deseo y la preocupación. ¡Que no era poca! Pues veía a Choco tan encendido que no sabía si él sería capaz de controlarse.

—También tienes crema aquí... te has manchado mucho —continuó mientras lamía su espalda, acompasado de los gemidos de JungWoo.

Las manos de Choco resultaron terriblemente hábiles y acariciaban todo su cuerpo, su torso, su abdomen, con un ágil movimiento favorecido por la lubricidad que les daba la crema batida, ocasionándole a JungWoo un abanico de sensaciones que no sabía a cuál atender.

Descendió con la lengua por su espalda y le bajó pantalón bruscamente.

—¡No Choco! ¡Detente! —JungWoo se asustó

—No voy a hacerte daño... —dijo suavemente, levantándose y besando de nuevo sus hombros— Nunca te haría daño JungWoo.

Choco abrazó a JungWoo por detrás, sin dejar de cubrir de besos su cuello y de acariciarlo, quedando sus cuerpos nuevamente pegados. JungWoo podía sentir en sus glúteos la estimulación de la potente hombría de Choco de la que sólo quedaban separados por la fina toalla que éste aún llevaba puesta.

Cuando comenzó a moverse contra el cuerpo de JungWoo consiguió excitarlo aún más. Empezó suavemente, acompañado por sus besos, pero producto de la pasión del momento, siguió rozándose sin piedad provocando que cayese al suelo la toalla que los separaba.

—JungWoo... —dijo entre dientes Choco, haciendo un esfuerzo por controlarse.

Pero a él no le dio tiempo a contestar, pues sólo pudo escuchar cómo las rápidas manos de Choco cogieron la poca crema que quedaba en el vaso de la batidora, y sentir cómo la derramaba por su espalda.

—No... pero... ¿por qué? —dijo mientras notaba como el líquido bajó desde su espalda hasta sus piernas y se derramó en el suelo.

—JungWoo... te necesito... —dijo con la voz ronca por su excitación.— ¿Quieres que te limpie aquí? —preguntó— Te has manchado...

Y sin esperar respuesta comenzó a acariciar toda la zona con la lengua, provocando que las piernas de JungWoo se sintieran flaquear.

—¿Puedo JungWoo? —dijo como un cachorro mientras intentaba introducir un dedo en él, contrastando su mirada inocente con el acto tan obsceno que intentaba realizar.

JungWoo, que no podía articular palabra, se limitó a asentir, ávido del contacto de Choco, que llevaba bastante tiempo sin experimentar y que no se había dado cuenta de lo mucho que lo necesitaba hasta que Choco empezó a mover su mano dentro de él, sintiendo calambres de placer.

—Choco... yo... voy a... —pero sus palabras se vieron cortadas porque Choco también asió firmemente su miembro y comenzó con rítmicas caricias que le provocaron una explosión de placer que acabó por derramarlo completamente.

—JungWoo... yo necesito más... —dijo Choco a punto de explotar él también, así que lo agarró de la cintura con fuerza y le separó las piernas firmemente, apoyado tal y como estaba con las manos sobre la encimera.

"¡No! Si hace eso... me voy a morir... ¡me va a desgarrar!" Pensó JungWoo

Pero Choco simplemente se colocó entre sus piernas, obligando a JungWoo a cerrar las suyas alrededor de su miembro. Y hecho esto, comenzó a embestir violentamente el espacio entre sus muslos favorecido por la lubricidad de la crema, provocándole en ese frenesí intercrural su tan ansiado estallido de placer.

Ambos cayeron de rodillas al suelo, JungWoo arrastrado por el peso y la fuerza de Choco que podría decirse que casi se desplomó. Los dos respiraban agitadamente, como resultado del esfuerzo.

—JungWoo... ¿estás bien? —dijo suavemente, sin dejar de abrazarlo desde la espalda

—Sí... ¿y tú?

—Sí... —respondió Choco sin moverse, con una sonrisa— Te quiero, JungWoo.

Permanecieron abrazados un rato, disfrutando de su momento de calidez. Momento que llegó a su fin en cuanto se levantaron y vieron cómo habían puesto la cocina, la toalla, la ropa... y sus cuerpos. Tenían mucho que recoger.

JungWoo le dedicó a Choco una mirada de reproche y pareciera que hablaban con el pensamiento.

"Esto no estaría tan mal si te hubieras controlado"

"A mí no me mires, no soy el que ha roto la batidora" levantó Choco los hombros.

—¿Crees que podremos mirar la nata de la misma manera? —preguntó JungWoo mientras abrazaba a Choco en el sofá, exhausto después de haber recogido la cocina, lavado la ropa y haberse duchado ambos.

—¡A mí me gusta la nata! —respondió el grandullón con la dulzura y la inocencia infantil de siempre— Además no es la primera vez que como nata de tu cuerpo, ya la había probado en tu boca cuando te manchaste en el restaurante.

—Es verdad —sonrió JungWoo al recordarlo.

—Siempre te manchas...

—Sí... qué le vamos a hacer... soy un descuidado... —respondió condescendiente JungWoo.

Ambos se quedaron dormidos. Este rato tan agradable había conseguido por un momento alejar la preocupación y la presión de JungWoo por su abuela, aunque al día siguiente debían ponerse manos a la obra para cumplir las expectativas que JungWoo se había marcado.

Continuará... 

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora