Capítulo 67.- Celos (Milk y tío)

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"Tengo ganas...", pensaba Milk, sentado en una de las mesas, mientras miraba la robusta espalda de ChooSam colocando cosas detrás del mostrador. "¿Y realmente no se da cuenta? Es que no sé qué tengo que hacer para que me vea... ¿Debería hacerle señales de humo? ¿Mandarle fuegos artificiales? ¿O debería darle un buen azote en el trasero mientras le digo que quiero... ser poseído? En fin... mejor me pongo a trabajar", se decía resignándose.

Y es cierto que habían estado muy liados con el restaurante y con el problema entre JungWoo y Choco, pero ahora, que parecían haberse calmado un poco las aguas, Milk intentaba hacerle algunas señales a ChooSam.

Uno de los días, subió a propósito la temperatura y quemó una bandeja de croissants que ChooSam había metido en el horno. "Con esto, me castigará seguro", pensaba.

—Bueno, no pasa nada, no te preocupes, un error lo tiene cualquiera —le respondió amablemente cuando Milk se confesó culpable.

"¡Intentémoslo de otra manera!", y al día siguiente le tiró un café encima.

—¡Vaya! Menos mal que no quemaba mucho. Me cambiaré de inmediato, tranquilo, no ha sido nada.

Otro día, de pura desesperación, rompió un plato en el suelo.

—¿Estás bien? Bueno, sólo es un plato, no pasa nada, lo importante es que no te hayas cortado —dijo mirando la cara terriblemente seria de Milk que él interpretó como pena por haber roto aquella pieza— No te preocupes... mira, si el otro día rompí yo otro —le decía en su intento de animarlo—. Sacaremos del almacén una caja nueva de vajilla, que ya nos va haciendo falta.

"¡Santo cielo! ¡¿Es que no hay una manera de que me castigue?!". Pero esa tarde se presentó la oportunidad.

En una mesa, cerca de la entrada, se sentaron tres hermosos jóvenes, de los cuales uno destacaba por ser especialmente atractivo y corpulento. Rondaría la edad de Milk, era alto y con unos grandes hombros. Tenía el pelo ligeramente castaño y esa sonrisa de conquistador que gastan todos los hombres guapos. Milk les sirvió los cafés.

—Es dulce —dijo al dar un sorbo de la taza mirando fijamente a Milk— Y... el café también.

Él nunca hacía caso de comentarios semejantes, ya provinieran de hombres o mujeres, porque, como buen felino, aparte de ser muy independiente, él elegía a quién dejaba acercarse y a quién no. Sin embargo, cuando, como de costumbre, estaba haciendo oídos sordos, vio a ChooSam mirando fijamente la situación desde el mostrador, con unos ojos abiertos y expectantes.

"¿Podría ser?", pensó, y decidido a comprobarlo, se dio la vuelta.

—Puedo traer algo aún más dulce, si quiere... —le dijo al huésped con una sonrisa.

A ChooSam, en primer lugar, le dio un tic en el ojo, que empezó a bailarle, abriéndose y cerrándose a voluntad, en lo que fue una pequeña muestra física de la rabia interna que estaba conteniendo en ese momento.

Aún contemplando la escena, comenzó a apretar la caja de vajilla que tenía en las manos como si fuese una prensa hidráulica. ¡Un par de newtons más a esa caja y habría saltado por los aires!

"Tengo que controlarme, tengo que controlarme...", pensaba.

Estaba confundido. Nunca había visto a Milk actuar así, y esto era un sentimiento completamente nuevo, pues, ¡él jamás se había puesto celoso! Bueno... haciendo honor a la verdad, Milk sí lo había hecho sentir celoso alguna vez, pero sólo por la buena relación con su madre. Sin embargo, ahora, el tipo de celos y de sensaciones eran totalmente distintos.

—Tal vez... deba ocuparme yo de esa mesa —le dijo cuando regresó al mostrador.

—No, me ocuparé yo. Han pedido un croissant, yo se lo llevo —dijo Milk, malévolo, consciente de que ese cruel plan parecía estar dando sus frutos.

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora