Capítulo 28.- Cerrado por reformas (Choco y tío)

156 12 0
                                    

—Bueno, Choco —dijo ChooSam colocándole de un golpe seco el brazo encima de los hombros—, pues hoy estamos solos tú y yo.

—Ah... —contestó Choco— ¿y Milk?

—Ese jovenzuelo se ha pedido otra vez el día libre... Estuve a punto de negarme... pero después de la noche de ayer, y su mirada fulminante... no pude decir que no...

—¿Y qué pasó ayer? —preguntó inocente Choco.

—Nada a destacar... —dijo ChooSam dándose cuenta de que había hablado demasiado— En fin, a lo que vamos, ¡hoy tenemos que hacer unos cuantos arreglos! Intentaremos tenerlos todos preparados para cuando JungWoo venga de clase. ¿Qué te parece?

—¡Muy bien! —contestó emocionado Choco, más bien por pensar en ver a JungWoo que por las labores de reparación que iban a acometer.

—Es poca cosa, tenemos que cambiar los latiguillos del fregadero, y arreglar una lámpara del comedor. Lo haremos antes de abrir el restaurante.

—Entiendo, pero... ¿no deberíamos llamar a profesionales? —preguntó Choco.

—¿Bromeas? ¡Es pan comido! Entre los dos, lo haremos en un momento. Si no sabes hacer alguna cosa, ¡te enseñaré!

El pobre ChooSam empezaba el día de una manera muy optimista...

"¡Eso es bueno!" Pensó Choco. "Aprenderé y así podré ayudar a JungWoo en casa."

—¡Sí! ¿Qué tengo que hacer? —preguntó Choco llevándose una mano a la frente simulando el gesto del saludo militar, y ambos se dirigieron a la cocina para empezar por ahí.

—Lo primero que debemos hacer es cortar el agua. Podemos cortar la general, que está en la entrada y suministra agua a todo el local, o bien cerrar las llaves de paso de este grifo: si están perpendiculares a la tubería, están cerradas; si están paralelas, están abiertas. ¿Lo entiendes?

—¡Sí! —dijo Choco, aunque 'escucharlo' y 'entenderlo' eran dos cosas distintas.

Dado que el cubículo debajo del fregadero era pequeño, y Choco era más corpulento, decidieron que sería ChooSam quien tendría que meterse dentro para arreglar el grifo.

—Pásame una llave inglesa —le pidió a Choco.

—¿Cuál?

—La que es ajustable... —contestó ChooSam con casi medio cuerpo metido dentro del armario— ¡La que tiene una ruedecita! —volvió a decir ya que Choco no le entregaba ninguna.

—¡Ah! ¡Ésta! Toma...

—Bien... bueno... mal... vaya... no... No va. Esto no va.

—¿Qué pasa?

—Se ha oxidado por la filtración del agua y no lo puedo desenroscar... A ver si tú puedes... —dijo mirando los fuertes brazos de Choco, quien pudo aflojarlo en el primer intento.

ChooSam se quedó atónito y un poco acomplejado.

—Juventud, divino tesoro... —murmuró entre dientes.

—¿Qué?

—Nada, que estás muy fuerte, que muchas gracias... —dijo el pobre ChooSam intentando salvar su orgullo herido.

—Sí —dijo Choco con una gran sonrisa.

ChooSam terminó de desmontarlo y le enseñó a colocar los nuevos manguitos. Choco le cogió mucho gusto a la llave inglesa, pues así no tenía que emplear tanta fuerza en girar y apretar.

—¡Yo lo hago! ¡Yo lo haré! —decía emocionado cada vez que había que apretar una rosca.

Pero la emoción le duró hasta que llegó la tragedia.

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora