Capítulo 22.- Otra vez no (Milk y tío) 🔞

207 18 5
                                    

Y lo que el tío ChooSam sacó de la caja fue un precioso y delicado mini masajeador prostático de color negro brillante, con 3 velocidades y control remoto.

-¿Eso qué es? -preguntó curioso Milk.

-Es tu castigo -respondió ChooSam feliz-. ¿Quieres verlo?

Milk cogió el juguete y vio la forma alargada, aunque con ligeras ondulaciones, y con una base ergonómica que permitiría sujetarla con gran facilidad. Tendría de superficie útil unos 8 centímetros (o 3,2 pulgadas).

-Y esto... ¿para qué sirve? -se asustó un poco cuando se puso a vibrar en sus manos.

-¿No lo sabes? -dijo ChooSam mientras le dedicaba una mirada pícara- Esto... tienes que introducirlo... en ti... por detrás... ¿lo comprendes?

Milk abrió mucho los ojos mientras su cara se ponía roja como un tomate.

-¿Qué? ¿Ahí detrás? No puede ser... es... ¿esto entrará?

-Bueno... me dijiste que "nunca lo habías hecho" -dijo ChooSam y Milk asintió con la cabeza- Puedes estar tranquilo, esto es la talla "mini"

-¿Mini?

-Claro, tendrás que prepararte para cuando deba entrar algo más grande...

A este punto Milk se sentía arder el rostro.

-¡¿Más grande?!

-Bastante más grande... -dijo acercando su boca a la de Milk, tanto que casi podía sentir su respiración.

-Y... ¿cuándo lo vamos a utilizar? ¿ahora? -dijo Milk, a quien le asustaba un poco la idea, pero también le seducía y despertaba curiosidad.

-¿Ya tienes tantas ganas de usarlo? -dijo ChooSam riéndose- Lo usaremos cuando sea el momento. Ahora vamos a descansar.

Pero los dos días siguientes fueron agotadores para todos. El restaurante recibió muchos clientes porque la comida había mejorado mucho y se corrió la voz, así que fueron días de trabajar a destajo. Entre comprar, cocinar, limpiar, servir, y recoger, apenas tenían tiempo para nada.

Cuando llegaban a casa, estaban exhaustos, y, pese a las ansias por saber de Milk, su orgullo no le permitía preguntar cuándo usarían aquel juguete. El problema es que todo aquello exacerbaba aún más su imaginación, encendiendo un fuego interior con toques lascivos y pecaminosos.

Hasta que, por fin, una tarde...

-Sí, no te preocupes. No hace falta que vengáis hoy -dijo ChooSam al teléfono- Está muy tranquilo todo y hay muy pocos clientes. Cerraremos hoy antes. Estudia mucho y dile a Choco que te prepare algo de comer. Milk y yo -dijo mirándolo con una sonrisa diabólica- nos encargaremos de todo.

"¿Por qué me dan escalofríos?" Pensaba Milk, que aún no sabía lo que le deparaba esa tarde.

-Ven al almacén -ordenó ChooSam y cerrando la puerta tras él arrinconó contra la pared a Milk, pegando su rostro al suyo y susurrando a su oído -Hoy será el día de tu castigo.

De repente, Milk sintió hervir su rostro.

-¿Qué? ¿Aquí? Hay gente ¡No puede ser!

-Sí -respondió firme ChooSam-, es tu castigo. Lo introduciré en ti y servirás las mesas con eso puesto -dijo mientras sus ojos brillaban de lujuria.

-¡No! -intentó resistirse Milk pero ChooSam lo agarró con fuerza.

-No puedes negarte, debes ser castigado -dijo con una voz terriblemente seductora que ya tenía convencido a nuestro gatito.

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora