Capítulo 111.- No así (JungWoo, Mina y Heebom). Parte 2 de 3

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—¡¿Eres un maricón o qué?! ¡¿Por qué me has puesto la puta bandera gay en el documento?!

JungWoo se quedó estupefacto. Se hizo un silencio sepulcral. Todos lo miraban pidiendo una aclaración.

—¿Se... Señor? —dijo JungWoo, confundido— ¿Dónde...?

—¡Aquí! ¿Es que no lo ves? ¡¿Qué significa esto?! —dijo arrojándole de muy malos modos el informe a la cara.

Las hojas se esparcieron por el suelo y JungWoo se apresuró a arrodillarse a recogerlas. Heebom, inmediatamente, fue a ayudarlo.

—¡Espero que tengas una explicación! —gritó el cliente.

Todos estaban confundidos.

—Pe... Pero, señor... —susurró JungWoo mirando el informe y levantándose del suelo— Es... Es un gráfico, señor. Sólo es un gráfico...

—¿Un gráfico? —preguntó aquel hombre.

—Yo... Pensé que sería más fácil de entender con colores: en azul, los ingresos... En rosa, los gastos... En amarillo, el beneficio... En naranja, las estimaciones... Si lee el pie del gráfico puede ver la explicación de los colores...

—¡No pienso leer esa mariconada!

Mina miró a su padre en busca de apoyo, de ayuda, de cualquier gesto de complicidad que le permitiera echar a patadas a ese cliente de la empresa... Pero en su lugar se encontró una mirada dura, de reproche.

El director permaneció en silencio, pero si hubiera podido hablar, le estaría gritando a su hija "arréglalo".

Ella respiró hondo y habló.

—Señor, si no le gustan esos colores podemos cambiarlos... Podemos cambiar el gráfico y ponerlo sin colores. Yo misma me encargaré.

—¡Desde luego! ¡Debes hacerlo así! No hay cosa que odie más que estas mariconadas. Encima esa gentuza ahora está en todos sitios. Ponen la puta banderita gay hasta en la sopa. ¡Lo que menos quiero es verla también aquí! Qué asco...

Cuando lo escucharon hablar de una forma tan despectiva, Heebom y Mina miraron de reojo a JungWoo, que apenas se atrevía a levantar la cabeza.

A Mina le hervía la sangre. Volvió a mirar a su padre, con ojos que ardían de rabia, pero tampoco encontró apoyo.

—Bueno, señor —habló por fin el director—, aparte del gráfico, que es meramente ilustrativo, ya tenemos preparado el contrato, podemos firmarlo.

—¡Sí, pero primero salgamos esta noche a celebrar que nuestras empresas van a colaborar! —contestó el cliente, poniéndose de mejor humor.

—Por supuesto, pero, ¿no sería mejor dejar firmado el contrato antes? —insistió el director.

—Amigo —le contestó el cliente, hablándole de manera informal—, sé que estás ansioso por firmar con una empresa tan grande como la mía... —dijo presumiendo—, pero los negocios se cierran tras beber juntos. ¡No tengas prisa! —exclamó riéndose.

El padre de Mina guardó silencio unos instantes y asintió.

—Está bien, nos veremos esta noche. Heebom, acompáñalo a la puerta —ordenó el director.

Los jóvenes le hicieron una reverencia al saludarlo cuando se marchaba y el padre de Mina inclinó ligeramente la cabeza.

El director había estudiado cuidadosamente este asunto. Aquel hombre tenía una empresa grande y potente. Además, tenía contactos con la política.

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora