ChooSam, de vez en cuando, sacaba a pasear su parte más cruel y sádica. Más aún cuando su compañero de vida le había dado vía libre para ello y también lo disfrutaba.
Ese día en el hotel fue uno de los que hizo gala de esta vena tan cruenta.
El hotel estaba muy bien equipado, tenía suites y también habitaciones normales, tenía un comedor de buffet enorme, una sala de reuniones, un restaurante-cafetería, sauna, gimnasio, y... una piscina.
La piscina no era nada del otro mundo. Tenía una forma semicircular, no demasiado grande en tamaño, y estaba colocada en el centro de aquel espacio, rodeado por tumbonas, hamacas y sombrillas en las que se tumbaba la gente para disfrutar del reposo y de un baño refrescante.
Por la mañana, cerca de mediodía, ChooSam se quedó en la habitación hablando por teléfono con los niños, mientras que Milk bajó a la piscina.
A él no le apetecía demasiado bañarse, así que se quedó en una de las tumbonas, leyendo tranquilamente.
—¡Qué calor! ¡Voy a darme un baño y refrescarme! —dijo ChooSam nada más llegar.
Habló muy rápido, se quitó la camiseta, y, quedándose en bañador, fue directo a la piscina.
El cuerpo firme y escultural de ChooSam acaparaba casi todas las miradas, mientras que Milk permanecía con su ropa puesta, leyendo en la hamaca, pero sin quitarle la vista de encima a su marido.
Tampoco le hacían falta sus instintos felinos para darse cuenta de que un grupo de mujeres jóvenes se estaba fijando en su esposo. No las entendía, pero el lenguaje corporal las delataba.
Milk podía contemplar la escena desde lejos. Cuando una de ellas, una chica rubia, con un bikini tan ridículamente pequeño que apenas podía tapar sus abundantes senos, se acercó a ChooSam, Milk apretó el libro con tanta fuerza que podía haberlo doblado.
Él le hizo a la joven un gesto con las manos, en señal de negativa.
"¿Qué estará pasando? ¿Qué le dice? ¿Qué le contesta?", se preguntaba Milk. "Él ahí tonteando con las demás y yo aquí... ¡Debería hacer notar que ya tiene a alguien!", pensó enfadado.
Y como si ChooSam le hubiese leído el pensamiento, salió del agua y se acercó a él.
—Báñate conmigo —no era una petición, era una orden.
—No quiero. Además, ya te veo que estás bien acompañado...
—Báñate conmigo —insistió.
—Estoy vestido, no voy a quedarme en bañador como tú. Prefiero llevar mi ropa.
—A mí me gusta más cuando te la quitas...
Milk abrió los ojos, estupefacto. Estaban en medio de la piscina. ¿Y si alguien lo escuchaba? ¿Y si alguien se daba cuenta de lo que estaba diciendo?
—¡ChooSam! —protestó.
—Está bien... Si no quieres bañarte, al menos, demos un paseo por el césped.
Milk, sin saber lo que le esperaba, accedió a ir con él.
Si bien la piscina no era demasiado grande, el recinto sí. Estaba lleno de gente joven, parejas, grupos de amigos y amigas, y todos parecían cortados por la misma tijera: guapos, bronceados, musculosos y con muy, muy poca ropa.
—El agua está calentita —dijo ChooSam y Milk, en su dulce inocencia, se acercó al borde de la piscina para tocarla con la mano.
Pero en ese momento ChooSam lo sujetó con fuerza de los brazos, amenazándolo con tirarlo al agua.
ESTÁS LEYENDO
Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]
Fanfiction¡Choco y Milk tienen una nueva oportunidad de volver a la Tierra! ¿Podrán cumplir la misión y quedarse aquí definitivamente? ¿Conseguirán abrir su corazón para amar y ser amados? Sigue la historia de este perrito y este gatito que volvieron a la ti...