Capítulo 24.- ¿Y si ocurre otro accidente? (JungWoo y Choco)

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A la mañana siguiente de la charla con la abuela JungWoo se sentía cansado. La tensión contenida y las emociones a las que se vio sometido, le habían pasado factura.

Choco no abandonaba su costumbre de seguirlo por la casa. De vez en cuando, si encontraba algo que llamara su atención, podría entretenerse un rato, pero poco después seguiría pegado a JungWoo como si no existiera otra cosa en su mundo, interrumpiendo sus quehaceres, obligándolo a sortearlo y a acostumbrarse a seguir haciendo sus tareas con su pequeño gran cachorro detrás.

—JungWoo, al final no nos comimos el postre ayer, ¿puedo comerlo ahora?

—Puedes... —contestó JungWoo suavemente.

El comentario evocó los recuerdos de la comida y lo último que quería era pensar en nada que le recordarse al día anterior.

Iban camino al restaurante mientras JungWoo se abstraía en sus pensamientos.

—Vamos juntos —decía alegremente Choco cogiéndole la mano

—Vamos al lado, pero no tienes que agarrarme —dijo JungWoo con aparente dulzura.

"No estoy enfadado... realmente no puedo enfadarme con él..." pensaba mientras veía caminar alegremente a Choco a su lado. "Es cierto que de no ser por él, la abuela no se habría enterado... pero tampoco fue tan mal después de todo..."

—¡JungWoo el próximo día libre tenemos que venir a esta tienda!

—Sí, estaría bien...

"Recuerdo cuando mis días libres eran más tranquilos..." pensaba mientras caminaban, "aunque también más solitarios...".

Sin embargo, al pasar por una intersección, de forma completamente sorpresiva, escuchó el chirrido de los frenos de un coche que por el sonido parecía dirigirse directamente hacia él e instintivamente miró hacia la dirección de la que provenía el sonido.

"¡Choco!" fue lo único que cruzó por su cabeza. El pánico se adueñó de él recordando la primera vez que Choco tuvo el accidente, y cómo se había disgustado con él cuando la primera vez que vinieron a la tierra salió de casa sin su permiso.

Pero en ese mismo momento y sin que le diera tiempo a reaccionar, Choco lo abrazó con fuerza y lo giró sobre sí mismo, poniéndose de espaldas al sonido y protegiendo a JungWoo con todo su cuerpo, cubriéndolo completamente.

Al final, aquel temerario imprudente sólo tocó el claxon y siguió su camino.

—¿Estás bien JungWoo?

—¿Qué? —dijo saliendo algo aturdido de entre los brazos de Choco.

—Estás bien, ¿verdad? ¿Te has asustado?

—Yo... sí... estoy bien... pero... ¿Cómo haces algo así? ¡¿Por qué tienes tan poco cuidado?! —dijo JungWoo, con un análisis de la situación imbuido de tintes pesimistas.

—JungWoo... —decía con suavidad Choco.

—¡No! ¡JungWoo nada! ¡Eres un irresponsable! —respondió firmemente un preocupado JungWoo.

—JungWoo... yo sólo quería protegerte...

—¿Aun a costa de tu vida? ¿Sabes qué habría pasado si ese coche pierde el control a esa velocidad? ¿Sabes qué te habría pasado a ti si te pones en medio? ¡Debes pensar un poco en ti mismo!

—No me importaría... —dijo con docilidad Choco— Todo lo que me importa es JungWoo... ¡Yo te protegeré siempre! —continuó diciendo con una sonrisa, como si nunca le hubiesen regañado.

Al momento, JungWoo se sintió terriblemente abrumado, casi podía sentir que le faltaba el aire. Por un lado, le agobiaba la idea de que le pasara algo a Choco, pero, por otro lado, se encontraba apabullado por el afecto de Choco. No sólo era incapaz de corresponderle en los mismos términos, sino que se sentía asfixiado por este exceso de apego.

—Choco... por favor... aléjate un poco. Recuerda... tienes que darme espacio. No está bien —dijo calmándose un poco— que digas ese tipo de cosas tan a la ligera. Entiendo que me quieras, pero también debes mirar por ti. Yo también te quiero y quiero que te cuides... ¿Me prometes que intentarás pensar en ti? —concluyó poniéndole la mano en la cabeza y acariciándolo suavemente.

—¡De acuerdo! —contestó Choco, feliz por las caricias, aunque JungWoo no estaba seguro de si habría entendido lo que quería decir.

Ya en el restaurante su tío le preguntó cómo se encontraba y si había descansado.

—Sí... estoy mejor... pude descansar

Y así transcurrieron los días para JungWoo, con relativa calma, sumidos en el trabajo, en sus estudios, y con alguna que otra anécdota, como que la abuela y Milk pusieran en su sitio a unos gamberros que al final acabaron llorando y pidiendo disculpas.

Pero no todos los días eran tranquilos.

—¡Menos mal que habéis llegado! —dijo el tío ChooSam en cuanto entraron.

—¿Por qué hay tanto jaleo hoy? —preguntó JungWoo.

—Estoy solo, Milk se ha pedido el día libre y tenemos muchos clientes.

—¿Se ha pedido el día libre? ¿Para qué? —dijo JungWoo poniéndose el delantal.

—¡Se lo preguntas a él cuando lo veas! —dijo enfadado ChooSam— Porque a mí no me da explicaciones. Él es siempre tan independiente... Va a lo suyo, como si no existiera nadie más en el mundo. Dejarme así en un día como este... —comenzó a murmurar para sí mismo— Ahora, que me va a oír, cuando llegue me va a oír...

—Te preocupas mucho por él, ¿verdad? —dijo de manera inocente Choco.

—¿Qué? ¡En absoluto! —dijo ChooSam ruborizándose ligeramente.

La mañana fue intensa de trabajo, pero todos agradecieron tener la mente ocupada en otras cosas para evitar pensar en aquello que les perturbaba.

Cuando llegaron a casa, JungWoo estaba cansado y vio una oportunidad para relajarse.

—Voy a darme un baño, no tardaré mucho.

—¿Puedo ir contigo? —preguntó con su inocencia característica Choco.

—No... déjame algo de espacio... —respondió con suavidad, pero pese a su tono amable, Choco se sintió decepcionado.

Durante un rato JungWoo pudo relajarse, aunque no es que pueda decirse que "estuvo sin pensar en nada". Eso era imposible para él, porque su cabeza seguía dando vueltas sobre Choco, la abuela, el restaurante, sus obligaciones...

La puerta del baño sonó.

—JungWoo... ¿Puedo entrar?

JungWoo suspiró.

—¿Qué pasa Choco? ¿Necesitas algo? —respondió sin salir de la bañera.

Choco abrió tímidamente la puerta, y la visión de JungWoo lo fascinó y despertó sus instintos más primarios de manera inmediata. Acompañado por la calidez del baño y el dulce olor a jabón, se presentaba ante sus ojos, ligeramente difuminada por el vapor del agua caliente, una imagen encantadora de quien fue su dueño, que estimulaba sus sentidos y excitaba su deseo.

Automáticamente, se quitó la camiseta y con una voz algo más ronca que la anterior preguntó...

—JungWoo... ¿Puedo entrar... ahí... contigo...? —dijo señalando la bañera.

Continuará... 

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora