Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]

Capítulo 104.- Campanas de boda (todos)

—Bueno muchacho, ya ha llegado el gran día, ¿estás nervioso? —le dijo el abuelo Jeong a ChooSam dándole un golpe en la espalda con el robusto brazo de quien ha trabajado de mecánico toda su vida.

Después de dormir dos noches con él, ChooSam estaba al límite de sus fuerzas, pues apenas le había dejado descansar. Roncaba como un mulo, pero lo peor era que ¡hablaba en sueños! Sus noches eran un espectáculo:

***

—Pollo, ¡Quiero pollo! —decía a veces.

—Abuelo Jeong, estás soñando... Duérmete —le respondía ChooSam mientras intentaba taparse los oídos con la almohada.

—Eso es muy caro... ¡Muy caro! —protestaba entre sueños.

—Sí, abuelo, ya compraremos más barato. Duérmete, por favor —le pedía ChooSam dándose la vuelta y tratando de dormir.

—¡Nos atacan! ¡Sargento, nos atacan! ¡En guardia! —gritaba de repente, levantándose agitado.

—¡Sí, señor! —respondía ChooSam, medio dormido, pegando un salto de la cama, solo para despertarse y ver cómo el abuelo Jeong volvía a acostarse y dormirse de nuevo.

"Dios mío...", se decía con el corazón galopante, "ni en el servicio militar...".

***

Todos se estaban arreglando y los novios deslumbraban especialmente. ChooSam llevaba un traje de chaqueta negro con corbata gris, chaleco interior gris y camisa blanca, mientras que Milk lucía un traje de chaqueta de color blanco puro, con corbata marrón y chaleco también en blanco. Ambos portaban una flor rosa pastel en la pechera de su chaqueta.

Estaba todo prácticamente listo y en unas horas empezaría la ceremonia.

—A ver, enséñame los anillos. ¡No me has dejado verlos hasta ahora! —le pidió el abuelo Jeong.

—Sí, los anillos —repitió ChooSam llevándose las manos a los bolsillos—. Los anillos... Los anillos...

Comenzó a buscar por todas partes de su ropa, por la maleta y por los cajones de la habitación del hotel.

—¡Los anillos! ¡No encuentro los anillos de boda!

—¿Qué? ¿Pero cómo? ¡Tienen que estar ahí!

—¡No están!

—Dios mío... Espera que llame a mi noona.

—¿A mi madre? ¡No! ¡Ni se te ocurra!

—Que sí, ya verás como ella los encuentra.

La abuela entró por la puerta con muy mala cara.

—¿Has perdido los anillos? ¡¿Es que no revisaste bien?! Desde luego... Vaya hijo que me ha tocado. Esto es algo que debes tener localizado en todo momento...

—Sí, madre... —respondió ChooSam, aguantando la reprimenda.

—A ver, ¿dónde los guardabas?

—En... En un estuche de terciopelo rojo —dijo aquel hombre, con la voz de un niño pequeño que no encuentra algo y llama a su madre para que lo busque en su cuarto.

La abuela revisó toda la habitación, la maleta, e incluso cacheó a su propio hijo. Los anillos no estaban.

—Creo que... Me los he debido dejar en Corea...

—¡¿En Corea?!

—Sí... Pensé en guardarlos en la maleta, pero con el jaleo de los niños y del viaje... seguramente se me olvidó...