Capítulo 78.- ¿Final? (Todos)

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Ese día habían acordado reunirse todos en el restaurante. El tío ChooSam colgó el cartel de "cerrado" para que nadie les molestara, y todos estaban expectantes por lo que habría pasado con Choco.

JungWoo aún no les había dicho nada sobre su aventura y sobre si había conseguido su objetivo.

—¡JungWoo! —dijo la abuela nada más verlo entrar.

—Vienes... ¿Vienes solo? —preguntó Milk, afligido.

—Yo... —comenzó a decir JungWoo, haciéndose el compungido, pero la entrada triunfal de Choco en el restaurante lo interrumpió súbitamente.

—¡Ya estoy aquí familia!

—¡Choco! —gritó Milk de alegría, mientras iba corriendo a abrazarlo.

—Mi grandullón —dijo la abuela, acariciándole la cabeza—. Te hemos echado de menos.

—Granuja... —dijo el tío ChooSam, dándole unos golpecitos en la espalda, pero visiblemente contento— ¿Y tienes pensado irte con frecuencia?

—¡No! —dijo Choco— Ya no tengo que irme más. ¡Puedo quedarme aquí con JungWoo!

—¿Se iba de viaje? —preguntaba el abuelo Jeong, un poco perdido porque nadie le había explicado la situación claramente.

—Sí Jeong, pero ya no se tiene que ir más, no te preocupes —le aclaró la abuela.

—Ah, estupendo entonces —dijo sonriendo, contagiado por la alegría general de todos los presentes.

—¿Y cómo llegaste? —preguntó con curiosidad Milk.

—No fue nada fácil... Tuve que superar muchos obstáculos y... —empezó a decir JungWoo.

—Choco, ¿has comido? —le preguntó la abuela.

—Aún no he podido...

—¿Cómo que no? —dijo ChooSam— Ahora mismo te prepararé algo. ¿Quieres arroz con tortilla?

—Esto... estoy hablando...

—¡Sí! Me encantaría arroz con tortilla.

—JungWoo, mira que no comer nada después de un viaje tan largo... —le regañó Milk.

—Pero... Mi historia... —decía JungWoo.

—Y ¿estuviste muy solo hasta que JungWoo te recogió? —siguió hablando la abuela.

—Sí... estuve muy triste...

—Mi pobre Choco...

—¡Está bien! Está bien. A nadie le importa mi historia. Estupendo.

—¿Y ahora qué plantes tienes? —preguntó Milk.

—¡Quiero estar con JungWoo! Y aprender... Aprender a amarlo correctamente. Quiero cuidar de él, respetarlo y protegerlo. Espero tener toda la vida para intentarlo... —dijo sonriendo y JungWoo se ruborizó.

—Como dices esas cosas... —susurró poniéndose muy tímido.

En el ambiente se respiraba la felicidad. Su aventura parecía haber llegado a su fin. Milk, había encontrado un gran amor en la abuela, aunque no fuese un amor de pareja, y la valentía de JungWoo, que se atrevió a llegar hasta donde él jamás habría imaginado, logró salvar a Choco, brindándoles la oportunidad de estar de nuevo juntos y así cultivar su amor.

Ahora podrían aprender a "amar", a amar de verdad. A conocer el significado de lo que un verbo de actividad, como el de amar, supone. Pues todo ello implicará esfuerzo y sacrificio. Lo sabían perfectamente, y aun así, estaban dispuestos a intentarlo.

—¡Aquí traigo la comida! —dijo el tío ChooSam llegando con varios platos a la mesa.

—Déjame que te ayude —le dijo Milk.

—Hay para todos. ¡Comamos juntos!

Finalmente, todos se sentaron a la mesa a compartir una maravillosa comida, en familia.


**Nota: y aquí podéis dejar de leer y entender esto como el final. No obstante, voy a incorporar un arco más a la historia. Si queréis seguir leyendo, ¡será un placer que me acompañéis!**

Todos disfrutaron de una magnífica comida, que, en tan grata compañía, parecía saber mejor.

—¿Qué hay de postre? —preguntó Choco.

—Pasteles de arroz —contestó ChooSam.

—¡Qué bien!

—Yo los traigo —dijo Milk levantándose.

Pero justo en ese momento, se abrió la puerta.

—Está cerrado —empezó a decir ChooSam, pero no pudo terminar la frase.

Dos niños preciosos, de unos 6 o 7 años, entraron en el restaurante, corriendo y jugando. Las risas inundaron el lugar.

A modo del típico juego de persecución infantil, ambos se abrazaron instintivamente a Milk, que era el único que estaba de pie, como si éste fuese su lugar seguro.

Él se quedó impresionado.

A Milk no le gustaban particularmente los niños, pero cuando éstos levantaron sus cabecitas y lo miraron con aquellos ojitos tan tiernos, un sentimiento de calidez inundó su corazón.

Eran tan preciosos y adorables, que no pudo evitar acariciarles la cabeza con cariño, mientras sonreía con dulzura.

Aunque eran muy parecidos entre ellos, figuraban ser un niño y una niña, seguramente de la misma edad.

—¡Niños! —entró gritando una mujer detrás de ellos— ¡Haced el favor de portaos bien!

En cuanto vio entrar a aquella mujer, ChooSam se levantó, ante la mirada atónita de todos los allí presentes que no lograban entender qué clase de situación se estaba dando en ese momento.

—¿Jadoo? —preguntó estupefacto.

—Hola, ChooSam. Cuánto tiempo. ¿Cómo has estado? Me gustaría hablar contigo un momento si tienes tiempo...

Continuará... 

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora