Capítulo 96.- Gamofobia (Milk y tío)

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El día de la propuesta fue tan intenso que Milk apenas tuvo tiempo de procesar sus emociones correctamente, y fue al día siguiente cuando de verdad comenzó a darse cuenta de lo que estaba a punto de suceder: iba a casarse.

De repente, empezó a sentir cierta presión en el pecho acompañada de la sensación de que le faltaba el aire. En ese momento, los niños se habían ido al colegio y ChooSam estaba en el restaurante, por lo que no podía pedirle ayuda a nadie.

"No es nada... No es nada...", se dijo. "Estaré un poco estresado", le quitó importancia mientras recogía las cosas de los niños y metía la ropa en la lavadora.

Durante toda la semana experimentó sensaciones semejantes varias veces.

—Sí, abuela —dijo Milk hablando por teléfono con ella una de las tardes.

—¡Mi pequeño! Enhorabuena por la noticia. Estoy muy contenta.

—Gracias, abuela —respondió, aunque sin demasiado entusiasmo.

—¡Estoy tan emocionada! ¡Mi hijo por fin se casa! No esperaba vivir para verlo...

—No digas esas cosas, abuela. Si ChooSam te escucha se puede molestar...

—Tenemos que pensar en un traje bonito —dijo ignorando su consejo— ¡Te lo compraré yo! Ese será mi regalo de bodas para ti...

—Abuela, no es necesario que hagas ese gasto. ChooSam y yo podemos encargarnos.

—No, no. Insisto. Debe ser mi regalo. ¿Cómo te gustaría? No sé si debería ser de color oscuro o claro... Tal vez él debiera de ir con traje negro y tú con traje blanco, te quedaría muy bien... O quizás compartir los dos un color... para ir a juego...

El sólo hecho de escuchar hablar del traje provocó que la presión en el pecho de Milk volviese con fuerza. Se sintió ligeramente mareado y como empezaba a faltarle el aliento.

—Sí, cualquier cosa estará bien, abuela... —dijo Milk intentando evitar la conversación.

—¿Estás bien Milk? Te noto algo raro.

—Debe ser por el estrés. Tenemos poco tiempo y mucho que preparar...

—¿Seguro que sólo es eso? Si pasase algo, debes contármelo. ¿Se está portando bien mi hijo?

—Sí, abuela... No te preocupes. Está todo bien.

—Está bien. Te creeré. Pero si pasa algo, llámame de inmediato mi pequeño.

—Sí abuela. Estaremos en contacto.

Cuando colgó Milk respiró hondo varias veces. "Tengo que tranquilizarme, debo estar tranquilo, todo está bien", se repetía.

Al día siguiente estaban todos en el restaurante. Como no había mucha gente en ese momento, JungWoo se puso a mirar el ordenador.

—Tío, este sitio es bastante bonito para celebrar la boda. ¡Ven!

—Sí, es muy bonito. Acércate Milk. A ver qué te parece —dijo mirando la pantalla.

Nada más hablar del tema, Milk se sintió mareado y una ola de náuseas lo sacudió. La presión en el pecho comenzó de nuevo. Estando aún un poco aturdido y fingió acercarse, pero no lo hizo.

—¡Qué bonito! —gritó también Choco— ¡Me gusta mucho JungWoo!

—Sí, bueno, pero no eres tú el que se está casando. Vamos a dejar que opinen Milk y el tío ChooSam —le respondió JungWoo.

—Me gusta la idea del jardín —dijo ChooSam.

—El exterior siempre es bonito —continuó JungWoo en su meticulosa búsqueda de un sitio para la celebración—, pero siempre está el riesgo del clima. Si llueve o hace mucho viento, puede estropearse...

—Es cierto, pero imagino que en verano hará calor —comentaba ChooSam.

—Mucho sol también puede ser incómodo... —advertía JungWoo.

—Pues podemos buscar un salón grande —respondía ChooSam.

—¡Un salón con jardín! ¡Así podré jugar con Haru! —añadía Choco.

—Mira, ese sitio tiene una carpa de flores.

—Las fotos aquí tienen que salir muy bien...

—Bueno, Milk, ¿y tú qué opinas?

—Yo...

Todos lo miraron, pero él tenía la cabeza tan aturdida que era incapaz de ver las ventajas e inconvenientes de cada sitio, de dar una opinión al respecto, y de valorar qué era lo mejor para celebrar la boda...

—Yo... Confío en vosotros, lo que elijáis estará bien.

—Pero Milk —dijo ChooSam—, ¿no te hace ilusión? Ver juntos el sitio, escoger dónde vamos a celebrarlo...

—Sí, sí. Es que estoy un poco cansado... Voy a llevar esto al almacén. Después lo miraremos...

Era una excusa estúpida, pero la única que se le ocurrió. Quería salir de allí inmediatamente. Una vez dejó las cajas se sentó en un rincón y procuró respirar hondo de nuevo. Tomó un vaso de agua para calmar las ganas de vomitar.

"Todo está bien, todo estará bien...", se repetía sin ser consciente o sin querer admitir lo que le estaba sucediendo.

Sin embargo, hay cosas que no se pueden ocultar por mucho tiempo. Aquel otro día, todo parecía ir normal. Milk se encontraba bien y, hasta el momento, nadie había hablado de la boda.

Pero esa tarde, ocurrió la tragedia.

—¡Yo quiero ser el paje! —gritaba Hana, peleando con su hermano.

—No. ¡Lo seré yo!

—Niños, por favor, no os peleéis —intervino ChooSam para poner paz.

Nada más salir el tema de la boda, Milk sintió que se le secaba la boca, su respiración se agitaba y el sudor brotaba de su frente.

—¡Pero yo quiero llevar los anillos! —insistía.

—¡Los anillos los llevo yo! —seguía en sus trece Haru.

—Hana, los anillos normalmente los lleva el niño... —aclaró ChooSam con la vana esperanza de razonar con alguien de 8 años de edad.

—¿Y por qué?

—Porque es así, hija, tú... Tú puedes llevar otra cosa... ¿Verdad Milk? ¿Qué puede llevar Hana?

Pero Milk, no contestó, comenzó a sentirse muy mareado y se apoyó en una silla.

—¡Yo quiero llevar los anillos! —repitió Hana, tan inflexible como su padre.

—¡Que no! ¡Que los llevo yo! —le contestó Haru— ¡Yo llevo los anillos porque soy el paje!

—¡Pues yo quiero serlo también!

—¡Tú no puedes! Eres una chica...

—¡¿Cómo dices?!

Hana montó en cólera. Había pocas cosas que la enfadasen más que la frase "no puedes porque eres una chica".

Sacó su carácter de noona y se abalanzó hacia su hermano como toda una guerrera y lo tiró al suelo. Por mucho que ChooSam corrió a detenerlos, se llevaron unos cuantos golpes.

Si bien, Haru era más fuerte que Hana, siempre había sido más comedido en las peleas con su hermana pequeña, pero ella tenía tanta rabia, que le otorgaba la fuerza que le faltaba en igualdad con su hermano.

—¡Basta! ¡Basta, niños! —gritó ChooSam sujetando a Haru— ¡Milk, sujeta a Hana!

Milk se levantó para obedecer la orden de ChooSam, pero de repente sólo pudo oír las palabras entrecortadas de los niños mientras trataban de zafarse: "boda", "anillos", "casarse".

Su cuerpo colapsó de inmediato. Cayó al suelo sin remedio. Se desplomó desmayado.

—¡Milk!

—¡Tito Milk!

Fue lo último que logró escuchar de fondo.

Continuará... 

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora