Capítulo 116.- No puedo más (Haru)

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A medida que pasaban los días y las semanas, la actitud violenta de Haru se incrementaba. La situación se estaba tornando insostenible.

—¡Es mi libro! ¡Devuélvemelo!

—¡Yo no lo tengo! ¿Crees que tengo la obligación de estar pendiente de tus cosas?

—¡Has tenido que cogerlo tú!

—¡Que no! Es que eres un descuidado. ¿Y para qué lo quieres? ¡Si no estudias ni haces nada! —gritó Hana.

—Niños, por favor —intervino Milk— ¿Se puede saber qué pasa?

—¡Me acusa de haber escondido un libro o no sé qué! ¡Yo no he hecho nada!

—¿Lo tienes tú? —le gritó Haru a Milk— Seguro que has estado limpiando y ahora no puedo encontrarlo. ¡Te he dicho mil veces que no toques mis cosas!

—Haru —respondió Milk de manera firme—, alguien tiene que limpiar, ya que descuidas mucho el aseo de tu cuarto. ¿Por qué no miramos en los cajones del escritorio? ¿Ves? Mira, ¿es este libro el que buscas?

Lejos de calmar su ira, se enfadó aún más.

—Como vuelvas a tocar mis cosas... —dijo acercándose a él en posición amenazante.

Milk, bastante más pequeño en altura que él y de constitución más menuda, dio un paso hacia atrás.

—¿Como las toque qué? —intercedió Hana, defendiendo a Milk, colocando su cuerpo a modo de protección frente a su hermano.

—¡No te metas! ¡Lárgate de mi cuarto! ¡Fuera los dos! —gritó, empujándolos fuera de su habitación a ambos.

—¡Eres un imbécil! —gritó Hana desde el otro lado de la puerta.

Milk estaba preocupado, no sabía qué hacer para controlar a ese niño. Y ChooSam, intentando proveerles económicamente de una vida más o menos acomodada, estaba demasiado ocupado con el restaurante, como siempre.

Haru estaba tan agresivo que hablaba mal a todo el mundo, no solo a su padre y su hermana, sino a Milk y a su primo JungWoo, aunque esto no lo hacía con tanta frecuencia, ya que JungWoo casi siempre estaba con Choco, que de momento, parecía ser el único capaz de controlar al joven.

¡Oh! Su tío Choco... Su querido tío Choco. El único que lo comprendía. ¡El único que siempre había estado a su lado! Lo protegía, lo apoyaba, confiaba en él... Él era diferente del resto de su familia.

Fue el único que lo ayudó en aquellos momentos malos en el colegio, cuando sus amigos le daban de lado, cuando se burlaban de él. Lo ayudó a defenderse, a crecer, y a darse cuenta de que tenía que ser más fuerte que los demás para que lo respetasen...

Entendió el respecto como algo intrínseco a la violencia, siendo esta la única forma de imponerse a los demás.

Además de violento, la irritabilidad y la impulsividad de su adolescencia, generaban en él un cóctel perfecto para que la situación, de una vez por todas, llegase a un punto crítico.

Esa tarde entró Haru al restaurante, escoltado por dos agentes de la policía.

—¿Es usted su padre? —dijo uno de ellos dirigiéndose a ChooSam.

—Sí. Sí, señor agente. ¿Qué ha pasado?

—Este joven y sus amigos le han tirado naranjas a un pobre anciano...

—¿Na... Naranjas?

—Sí, señor —dijo el policía— Les ha resultado divertido amedrentar a un pobre anciano enfermo. Han tirado naranjas a la fachada de su casa y cuando el hombre ha salido a decirles que se marcharan, lo han golpeado a él.

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora