Capítulo 91.- Ser fuerte (Hana y Bambam)

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—¡Hana! —gritó ChooSam al verla.

—¡Papá! —exclamó también ella y corrió a abrazarlo.

—¡No vuelvas a irte sola! ¿Me oyes? ¡Tienes que ir siempre con un adulto! —la regañaba a la par que la cubría de besos y abrazos.

—Mi pequeña... —dijo la abuela, aliviada de que ya estuviese en casa.

—Lo siento abuela... no debí haberme ido sola...

—Está bien cariño... ¿tienes hambre? La abuela preparará algo rico para ti.

—Sí... tengo mucha hambre.

Milk despidió al pequeño Bambam, que los había acompañado a casa. Su preocupación por Hana se hizo patente durante todo el camino, al preguntarle continuamente si estaba bien, si le dolía algo... parecía un niño adorable.

—Gracias... —le dijo el pequeño Haru— Por acompañar a mi hermana.

—¡De nada, hyung! —le respondió con una sonrisa y se marchó.

Sin embargo, esa no sería la última vez que se encontrarían con Bambam. Al día siguiente, tras la lluvia, se quedó un día espléndido, y el festival celebraría su final con más juegos y actividades.

Una vez todos descansaron un poco, decidieron ir de nuevo.

Hana vio a Bambam y automáticamente se fue con él.

—¡Enséñame juegos divertidos! —le ordenó. Ella era muy de dar órdenes, casi como su padre.

—¡Vale! —contestó él, obediente.

Los padres de Bambam eran un matrimonio alegre y humilde. Su padre tenía una granja en la que cultivaban y cuidaban animales.

—Me alegro de conocerles —dijo el señor Kim, padre de Bambam.

—Igualmente —respondió ChooSam.

—Encantado de conocerles —continuó Milk, en voz baja, temeroso, pues no sabía cómo se tomarían la situación de él y de ChooSam.

—Espero que la pequeña Hana esté bien, ya me ha contado mi hijo la aventura... —dijo la señora Kim.

—Sí, está bien... Su hijo fue muy atento —respondió Milk, aún con prudencia.

—Si algún día los niños quieren venir a jugar a nuestra casa, estaremos muy felices.

—Gracias.

—Muchas gracias... —respondían si estar demasiado seguros.

—Podríamos hablarnos más informal, ¿no? Tenemos casi la misma edad —dijo el señor Kim, intentando relajar la situación, pues ambos los notaban tensos.

—Está bien —asintieron, algo más relajados, pero sin bajar la guardia.

—¡Tenemos un puesto de dulces! —dijo alegre la señora Kim— ¿Queréis probar alguno?

—Oh... Bueno... Claro... —dijo ChooSam.

—Vamos, por cierto, ¿cómo está tu madre? —le preguntó el señor Kim a ChooSam.

—Está mucho mejor, gracias.

Los dulces tenían buena presentación y estaban muy ricos.

—¡Vaya! —exclamó ChooSam sorprendido al probar uno de los dulces— Vais a tener que darme la receta de esto... ¡Tengo que prepararlo en mi restaurante!

—¡Claro! —dijo la señora Kim— Pero ¿nos darás los derechos de autor? —bromeaba.

—¡Por supuesto! Los llamaré los dulces de la señora Kim.

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora