Capítulo 94.- ¿Queréis quedaros? (Milk y tío)

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—¡Papá! ¡Papá, mira mi herida! ¡Quedará una cicatriz genial!

—Sí, hijo —dijo ChooSam mientras hablaba por teléfono—. No, madre, no tienes que preocuparte, madre, Haru está bien... No, madre, no hace falta que vengas... Mamá que no hay ningún problema, ya está corriendo y dando saltos... ¿Que le pase el teléfono a Milk? ¿No te fías de tu hijo? ¡Milk, coge el teléfono!

—Sí, abuela —dijo Milk en tono cariñoso— Sí, está estupendamente. Ha sido un susto, la verdad, hemos pasado un mal rato, pero afortunadamente ya ha pasado todo y está bien. Le pasaré el teléfono a Haru.

—¡Abuela! ¡Tendré una cicatriz! —dijo orgulloso y luego soltó el teléfono como si nada.

—Sí, abuela, te informaremos de todo —terminó Milk.

También llamó Jadoo.

—¡Mamá! ¡Mamá, mira, tendré una cicatriz! —dijo mostrándosela a través de la pantalla.

—Vaya, será grande... ¿Y te duele mucho?

—¡No! Estoy bien, quiero irme a casa ya.

—Sí, podrás ir ya pronto. Pásame a papá. ChooSam, sí, gracias por informarme. Por suerte no ha habido complicaciones. Ya me irás diciendo cómo evoluciona.

—Sí... Por cierto, Jadoo, ya pronto habrán pasado los seis meses. ¿Has pensado algo respecto a los niños?

—Yo en principio aquí estoy muy liada, es complicado cuadrar horarios para mí y me sigue pareciendo que un cambio tan radical, de idioma, cultura, amigos... a esa edad, puede ser complicado. Pero si tuvieran que hacerlo, no les quedará más remedio que adaptarse.

Por un momento, al escuchar la conversación, Milk sintió un nudo en el estómago. "¿Se irían? ¿De verdad e irían los niños?", pensaba. No sabía ni cómo ni cuando, pero en estos meses se había adaptado a ellos, se había acostumbrado a su presencia, a sus rabietas y a sus sonrisas...

La sola idea de estar separado de ellos le hacía sentirse terriblemente vacío. "Pero bueno...", se decía, "al fin y al cabo, yo no puedo decidir... son sus padres los que deben tomar esa decisión", pensaba con resignación y tristeza.

—¡Tío Choco! —gritó nada más verlo entrar por la puerta de la habitación del hospital— ¡Tío Choco, mira qué cicatriz más grande voy a tener!

—¡Dios mío! ¡Parecerá que has luchado en una pelea! ¡Te ves impresionante y muy duro!

—¡Sí, lo sé!

—¿Puedes dejar de presumir tu cicatriz? —interrumpió Hana, un poco celosa de la atención que su hermano estaba recibiendo.

—Hola Haru, ¿cómo te encuentras? —JungWoo también había entrado, pero estaba claro que Haru se alegraba más de ver a Choco.

—Estoy bien, primo JungWoo... Quiero ir a casa.

—Ya pronto, no te preocupes...

Cuando llegaron a casa, Haru quiso aprovecharse de su situación de convalecencia.

—Hana... Hana... Quiero un vaso de agua.

—Tienes manos

—Hana... soy tu oppa... tienes que obedecerme —le encantaba jugar la carta de la edad.

—¡Eres mi oppa por unos segundos de diferencia! —protestaba la pequeña, que, por su carácter fuerte y su madurez, normalmente era ella quien actuaba de hermana mayor.

—Estoy malito... me duele la herida...

—Hana... —decía Milk suavamente— Sé buena con tu hermano, por favor...

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora