Capítulo 54.- Vándalo (Tao y el padre Iván).

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No habían transcurrido ni dos días desde el romántico idilio de Milk y el tío ChooSam estuvieron sumidos en su romántico idilio, cuando el abuelo Jeong llamó a casa.

—Noona... tenéis que venir tu familia y tú... ha pasado algo.

—No me asustes, Jeong, ¿qué ha pasado?

Todos salieron a la puerta. El abuelo Jeong intentaba explicarse, pero se encontraba tan contrariado que apenas le salían las palabras.

—La iglesia... os están acusando a vosotros. Dicen que ha sido tu hijo...

—Jeong, por favor, explícamelo claramente o no seré capaz de entenderlo.

—¡Venid! —ordenó y todos les siguieron.

De camino a la plaza del pueblo todos se temían lo peor. "¿Qué sucede? ¿De qué nos acusan? ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué a nosotros?", eran las frases que cruzaban la mente de todos.

Cuando llegaron, la gente se arremolinaba en torno a la iglesia. Los curiosos intentaban ver el interior, y por todos sitios se escuchaban rumores.

—¡Qué bárbaros! ¿Cómo han podido?

—Pero ¿quién habrá hecho algo así?

—Nuestra iglesia...

—¿Por qué lo habrán hecho?

—¡Sea quien sea debe ser castigado!

—¿Quién será el vándalo?

—Por las consignas, está claro de quién pueden provenir —sentenció Doña Cotilla que, como siempre, encabezaba la transmisión de noticias del pueblo.

Al llegar la familia de la abuela, el gentío se silenció.

—Pero ¿qué ha pasado? —preguntó ChooSam.

—Han... Han vandalizado la iglesia —dijo una de las mujeres— Han hecho pintadas con consignas... a favor de los homosexuales.

La abuela se puso pálida. JungWoo sintió como el aire abandonaba sus pulmones. Ahora las palabras del abuelo Jeong cobraban sentido. Esa pequeña, adorable y acogedora iglesia, había sido vandalizada.

—Tú —dijo la señora fisgona, con un tono irrespetuoso, dirigiéndose expresamente a ChooSam— ¿Dónde estabas anoche?

"Abrazando a mi novio", pensó en decir ChooSam, y si hubiera tenido unos años menos, sin dudar, esas palabras hubieran salido de su boca. Pero ahora, con algo más de madurez, la situación no se antojaba para imprudencias.

—Estuvimos todos juntos, toda la noche en casa. Pero esas preguntas, ¿no sería mejor que las haga la policía? —contestó ChooSam con diplomacia.

—Es curioso —respondió la mujer con ánimo bélico— que esto haya pasado justo cuando tú llegas al pueblo. Es una gran coincidencia.

—¿Está insinuando algo, señora? —preguntó ChooSam.

—Esta clase de cosas sólo las hace gente... como tú —dijo con desprecio.

—Acusar falsamente a alguien —dijo ChooSam haciendo gala de su paciencia—, también es grave. ¿Podrá responder si la acusación resultar ser infundada?

—¿Infundada? Si no has sido tú ¡pruébalo! ¡Prueba que no lo has hecho! ¡Vamos!

—¿Probar la inocencia? ¡Eso es imposible! Habrá que probar, en todo caso, la culpabilidad. O si no, yo podría decir que ha sido usted. ¡Sí, usted! ¡Pruebe que no lo ha hecho! ¡Vamos!

La mujer enrojeció de ira.

—¿Cómo te atreves...? —comenzó a decir, pero en ese momento llegó por fin el padre Iván, acompañado por la policía.

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora