Capítulo 31.- La decisión (JungWoo y Choco)

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"Ahora que te vas a venir al extranjero conmigo a hacer las prácticas"

La frase tuvo en Choco un impacto brutal. Se quedó mudo. Era incapaz de procesar que JungWoo lo dejara solo, se marchara al extranjero en su período de prácticas y menos aún de tolerar que se fuera con ese sunbae impresentable.

—Espera... yo... —dijo JungWoo arrastrando las palabras—. Aún no he podido explicárselo...

Choco no dijo ni una palabra más. Se acercó a JungWoo, lo ayudó a levantarse y se marcharon de allí. El mayor no los detuvo, pues estaba seguro de que con su actitud y el comentario final había clavado una lanza envenenada en la relación que ellos dos tuvieran.

Al día siguiente, Choco estaba de espaldas en la cocina preparando el desayuno y JungWoo se acercó.

—Choco... respecto a anoche yo... quiero hablar contigo.

—Desayuna primero —respondió Choco—, tendrás hambre.

—Siéntate conmigo, por favor. Verás... —comenzó— la profesora me ha comentado la posibilidad de hacer las prácticas en una empresa en el extranjero. Sería un período de 3 meses. Iría con sunbae... y con dos compañeros más.

Choco se mostraba cauteloso, quería escuchar toda la explicación de JungWoo antes de decir nada.

—Pero lo importante es que esto es simplemente una opción. Al final podría rechazarlo y hacer las prácticas aquí, pero...

—¿Qué ventajas e inconvenientes tiene cada cosa? —preguntó Choco, triste pero queriendo ayudar a JungWoo.

—Pues... ir al extranjero siempre da un cierto prestigio y abre más posibilidades laborales, tanto nacionales como en el exterior. Lo malo es que tendría que irme fuera, vivir allí con mis compañeros, y adaptarme a la cultura y al idioma...

—Y, ¿quedarte aquí? —preguntó Choco intentando disimular su estado ligeramente ansioso.

—Quedarme aquí evitaría las molestias de salir del país, pero las posibilidades laborales serán más limitadas...

Choco estaba triste. No quería que JungWoo se fuera. ¿Qué haría él? ¿Se quedaría solo? Odiaba la idea de estar separados.

—Tengo unos días aún para tomar la decisión, pero debo darle una respuesta a la profesora antes de que acabe la semana.

—JungWoo... yo... —empezó a decir Choco, pero sonó el teléfono.

—¿Sí? Hola sunbae... Sí, llegué bien a casa. Sí, me-me trajo mi amigo... Sí, bueno... es algo que debo pensar... Ya sé que es una gran oportunidad.

Choco se tensaba al escuchar la conversación. Quería interrumpirlos, arrancarle el teléfono a JungWoo y mandar lejos a su mayor, aunque sabía que no podía hacerlo, así que intentaba controlarse.

—Sí, prometo que lo pensaré... Sí, sunbae. Gracias, sunbae. Sí, nos veremos pronto.

Quería decirle tantas cosas el pobre Choco... pero lo único que dijo fue:

—Bueno, es la hora de ir al restaurante, vayamos a trabajar...

En la cafetería, el tío ChooSam y Milk escucharon detalladamente la exposición de JungWoo sobre las posibilidades de sus prácticas, y, sin aconsejarle nada abiertamente, determinaron apoyarlo en cualquier decisión que tomase.

—¿Estás bien? —preguntó Milk.

—Sí... no puedo hacer nada. Lo sabíamos cuando vinimos aquí. Yo... yo solo quiero estar con JungWoo —dijo Choco un poco resignado.

Milk lo entendía y sentía pena por su compañero canino.

Apenas había pasado un día de estos hechos cuando, estando en casa, el sunbae llamó nuevamente.

—¿Sí? Sunbae... Yo... Esto... No, aún no he mirado pisos o residencias... Porque todavía no he tomado la decisión. Sí... Sí, entiendo. Sí... sé que oportunidades como esta se presentan una vez en la vida, pero... Sí... Sí, sunbae. Sí, sé que quieres lo mejor para mí... Sí, lo tendré en cuenta. Gracias por el consejo.

Choco pasó de estar tenso a sentirse realmente molesto. ¿Quién se creía que era ese mayor para intervenir en la vida de JungWoo de esta manera? ¿No se estaba dando cuenta de que ese comportamiento rayaba el acoso? Pero él intentaba controlarse para no añadir más presión a JungWoo, que por su parte, ya estaba otra vez hiperventilando.

—¿Estás bien JungWoo?

—Sí... Tranquilo... Sólo estoy un poco agobiado, pero puedo gestionarlo.

Choco dejó pasar unos días, intentando no hablar del tema. La convivencia con JungWoo este período fue bastante solitaria. Se aislaba en sí mismo dando vueltas en su cabeza a los problemas.

Como si no tuviera a nadie que lo apoyara, intentaba solucionarlo todo él solo, siempre pensando en los demás, siempre priorizando a los demás en vez de a sí mismo.

—¿Se enfadará sunbae? ¿Se sentirá decepcionada la profesora si no acepto? ¿Considerará que estoy menos capacitado por no hacer las prácticas en el extranjero? ¿Se molestará el tío si dejo de ayudarlo en el restaurante? ¿Qué pasará con Choco si me voy? —balbuceaba de manera intermitente mientras iba por la casa como un robot.

—JungWoo —le dijo por fin una mañana Choco, plantándose firmemente ante él—. ¿Puedo ir contigo?

—¿Qué?

—Si vas al extranjero a hacer las prácticas... ¿Puedo acompañarte?

—Pues... yo... eso... no había contado con eso —dijo mirando al suelo y moviendo la cabeza de un lado a otro, como si de repente comenzara a hacer complicadísimos cálculos matemáticos.

—JungWoo, no quiero que desaproveches ninguna oportunidad, pero quiero estar contigo. ¿Me permitirías ir?

El joven, que, como siempre, veía el lado negativo a las cosas, siendo incapaz de mirar el panorama global, empezó a agobiarse mucho más que antes.

—Pero... Choco... si voy al extranjero y tú vienes... tendría que encargarme también de ti. ¿Has pensado en eso? ¿Cómo voy a cuidar de ti si tendré que estudiar y hacer las prácticas? ¿No te das cuenta? ¡Batallaré con el idioma! ¡Apenas dispondré de tiempo libre! ¿Y qué harías tú mientras tanto?

—Yo... yo soy feliz con estar a tu lado, donde sea, no me importa.

—¿De verdad no puedes pensar un poco en valerte por ti mismo?

Esta pregunta le dolió terriblemente a Choco, lo primero, porque sentía como JungWoo lo alejaba, y lo segundo, porque le recordó al comentario que el mayor hizo en la fiesta.

—Pero JungWoo... Si me llevas contigo, te prometo que me portaré bien... Seré obediente... —dijo intentando abrazarlo.

Y ahí estaba Choco, con todo lo grande que era, prácticamente gimoteando como un cachorro y jurando obediencia ciega a quien fue su amo y al que adora incondicionalmente.

—Choco... para... me estás agobiando de nuevo. Detente.

Volvió a sonar el teléfono.

—¿Sí? Sunbae... Lo sé, debo comunicar mi decisión hoy... Está bien. Sí. Voy para allá ahora mismo.

Continuará... 

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora