—Hola, ChooSam. Cuánto tiempo. ¿Cómo has estado? Me gustaría hablar contigo un momento si tienes tiempo...
—Yo... Esto... Sí... Claro... —acertó a decir ChooSam, casi tartamudeando.
—Niños, saludad —ordenó su madre.
Aquellos pequeños, a regañadientes, soltaron a Milk y se fueron junto a ella, que aún permanecía cerca de la puerta. Todos los comensales se pusieron en pie, intentando averiguar qué estaba pasando.
—Buenas tardes —dijeron los niños al unísono, en tono solemne y haciendo una reverencia.
—Estos son Hana y Haru, son gemelos, tienen 8 años.
—¡Encantados de conocerles! —dijeron con otra reverencia.
Parecían tan bien educados que todos hicieron otra ligera reverencia, sorprendidos.
—ChooSam, tengo algo que decirte —comentó aquella mujer.
—Sí... Siéntate. ¿Quieres un café o algo?
—Estaría bien, gracias —dijo sentándose en una mesa junto a la puerta.
ChooSam le preparó el café y se sentó con ella, mientras toda la familia permanecía unas cuantas mesas más atrás, haciendo como que no escuchaba lo que se podía oír perfectamente.
—Necesitaba proponerte algo —comenzó hablando la mujer— sobre los niños...
Los pequeños, un poco inquietos, se levantaron y comenzaron a jugar dentro del restaurante.
—¡JungWoo! —dijo Choco— ¿Podemos ir al patio a jugar?
—E—está bien —dijo JungWoo, que no se quería perder la conversación por nada del mundo.
—¿Podemos? —le preguntó Choco a la madre de los niños.
—Por supuesto —dijo ella con una sonrisa, entendiendo que quería darles algo de privacidad.
—¡Hana! ¡Haru! Yo soy Choco. ¡Encantado! ¿Queréis jugar conmigo en el patio?
—¡Sí! —dijeron ambos, sincronizados, y se marcharon juntos.
Ella tomó aire y se quedó en silencio un segundo.
—¿Cuánto tiempo hace que no nos vemos? —dijo ChooSam para iniciar la conversación.
—Hace 9 años —sentenció ella—. Los niños tienen 8 —añadió, en una clara confirmación de lo que todos estaban pensando.
—Qué bien —dijo ChooSam con una sonrisa—. Están preciosos.
Por este gesto, a ella le pareció que ChooSam entendía la situación, así que continuó hablando.
—Como te iba diciendo... El tema es que me tendría que ir a Estados Unidos por trabajo un tiempo...
—Entiendo —respondió ChooSam—. Parece que te van bien las cosas en el trabajo...
—Sí... No me puedo quejar. El caso es que... me tengo que ir a Estados Unidos. Y claro, no estoy segura de poder cuidar correctamente a los niños estando allí.
—Oh, comprendo. Debe ser duro.
Por supuesto, no comprendía. La mujer miró a la familia y todos desviaron la mirada.
—Lo que quiero decir es que... Tal vez, los niños estarían mejor aquí en Corea. Ellos ya tienen su rutina, su escuela, sus amiguitos... Y allí tendrían que empezar de nuevo, el idioma será complicado y, no nos engañemos, seguramente sufrirán racismo por ser asiáticos, como yo lo sufrí en un principio.
—Sí... —decía ChooSam mirando su taza de café.
—No es que no quiera que vengan conmigo, pero me gustaría que viajaran allí cuando fueran un poco más grandes para poder adaptarse mejor.
—Sí, sí, lo veo muy razonable.
—Bien... el caso es que... yo no tengo a nadie aquí, sabes que no tengo familia.
—Sí.
—El tema es que... quería preguntarte si tú podrías cuidar a los niños un tiempo. Veo que... tienes una red de apoyo familiar bastante amplia —dijo con una sonrisa, mirando nuevamente a la familia.
—¡Oh! Voy a lavar los platos —dijo JungWoo.
—Sí... te ayudo a recoger —dijo Milk.
Y nuevamente fingieron estar ocupados.
—Esto... —interrumpió ChooSam— Entiendo lo que dices, pero... ¿Por qué me lo dices a mí? ¿Por qué debería yo hacerme cargo de estos niños?
Todos se quedaron boquiabiertos.
—Pero... ¿Es tonto? —preguntó en un susurro Milk, sujetando con fuerza el plato que tenía en las manos.
—Es tonto, es tonto —le apoyó la abuela, meneando la cabeza—. Mi hijo no tiene remedio.
¡Todo el mundo comprendía lo que estaba pasando! Todos... menos ChooSam.
—Pues... —dijo lentamente y vocalizando cada palabra— Porque. Eres. Su. Padre...
—Oh, entiendo... —dijo haciendo una pausa— Espera, ¿que soy qué? ¡¿Que yo qué?! —dijo levantándose de un golpe, como si hubiera visto un fantasma.
—¡ChooSam, tranquilo! —gritó ella, asustada por su reacción.
—¡¿Cómo?! ¿Su qué? —seguía gritando ChooSam, completamente en shock.
—Hijo... Hijo cálmate... —le decía la abuela— Yo... yo soy la madre de ChooSam. Creo que no nos conocemos. Eres Jadoo, ¿verdad?
—Sí, encantada señora —dijo ella con una reverencia formal.
—¿Que soy su qué? ¿De los dos? ¿Encima dos?
—Yo soy JungWoo, noona, soy el sobrino de ChooSam, encantado —le dijo JungWoo.
—Encantada —respondió Jadoo saludando a JungWoo.
—¿Dos niños? Soy padre de dos niños... —dijo ChooSam sentándose de nuevo a la mesa.
—Desde luego... Quién me mandaría a mí... —dijo Milk poniéndose una mano en la frente.
—Vaya. Nunca me aburro con esta familia... —dijo el abuelo Jeong disfrutando de su café mientras veía aquel espectáculo.
Continuará...
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Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]
Hayran Kurgu¡Choco y Milk tienen una nueva oportunidad de volver a la Tierra! ¿Podrán cumplir la misión y quedarse aquí definitivamente? ¿Conseguirán abrir su corazón para amar y ser amados? Sigue la historia de este perrito y este gatito que volvieron a la ti...