Capítulo 45.- Después de la tempestad viene la calma.

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El día siguiente fue un completo caos.

Aquella noche, Choco se había enterado de la historia de Milk, y por la mañana se dirigió al restaurante y se encontró allí a ChooSam.

—¡Choco! —gritó— ¡Milk! ¿Cómo está Milk? Ayer yo...

Pero antes de que pudiera seguir hablando, Choco le lanzó un puñetazo que aparte de romperle el labio, le hizo estrellarse contra la estantería y caer al suelo. Fue muy diferente del que le había dado Milk, porque Choco era muchísimo más corpulento y fuerte.

—Me controlo —dijo reteniendo su enfado— porque Milk me lo ha pedido. Dice que fue culpa suya... ¡Pero sólo hay que ver como tiene el cuerpo para ver quién es aquí el culpable!

—Yo... Yo lo soy —reconoció sin excusas, sin ocultarse— Es culpa mía. ¿Está bien? Por favor, dime cómo está... Yo... —dijo entre lágrimas.

En ese momento Choco se dio cuenta del estado en que se encontraba el tío. Estaba desaliñado, febril, débil... Se desmayó antes de terminar la frase. Tenía tanta fiebre que deliraba, y entre sus palabras sólo repetía el nombre de Milk.

—¡Tío! —gritó sorprendido— ¡Tío ChooSam! ¿Estás bien?

Cuando JungWoo se enteró de lo ocurrido, impuso la voz de la cordura y llevó a los dos al hospital, donde curaron apropiadamente las heridas de Milk y le dieron el tratamiento necesario al tío ChooSam.

En contra de lo que pudiera parecer, el diagnóstico de ChooSam era más preocupante.

Milk, al fin y al cabo, sólo tenía heridas físicas que serían tratadas con pomadas y analgésicos. Además, no eran profundas, no dejarían cicatriz.

Los médicos, sin embargo, no lograban esgrimir la causa del terrible estado de ChooSam. Su fiebre no descendía, sus defensas estaban bajo mínimos, como si un terrible shock hubiera golpeado su sistema inmune, haciéndolo vulnerable a cualquier problema.

—¿Ha tenido algún episodio traumático reciente? —preguntó la doctora.

Todos, la abuela, JungWoo, Choco y Milk se miraron en un silencio cómplice, que ocultaba la culpa.

—Es posible... —dijo la abuela— Se ha enterado de que estoy enferma y se habrá preocupado.

—Puede ser —dijo la médica—, pero a juzgar por su estado mental, puede que haya sufrido algo que le haya causado un impacto mayor. O tal vez, algo ha despertado algún trauma interno, más antiguo, y ha provocado el colapso.

Milk se sentía terrible, pues pese a ser el agraviado, pensó que él con su actitud, fue el detonante del problema, y se creía responsable de la situación.

—Ha sido culpa mía...

—¡Deja de decir eso! —dijo Choco— ¡Tú te llevaste la peor parte! ¡Es culpa suya!

—No —contestó Milk muy firme—. No soy el tipo de persona que no es consciente ni responsable de sus actos y que le echa toda la culpa a los demás. Tú no estuviste allí. En primer lugar, debí hacerle caso a la abuela y no haber ido tras él. Después, pude haberme marchado, pero decidí quedarme. Pude haberle tranquilizado, pero decidí recriminarle y provocarlo con mis palabras. Está claro que debo asumir mis errores. Él hizo mal, es innegable, pero no dejaré que todo el peso de la culpa caiga sobre su espalda.

Esa noche, un dolorido Milk se quedó durmiendo al lado de su cama. ChooSam se despertaba a ratos y le pedía perdón a quien veía a su lado, como si estuviese en un sueño.

La abuela y Milk hablaron por la mañana, adelantarían todo lo posible su viaje al pueblo, pues sospechaban que ChooSam no querría verlos ni hablar con ellos una vez despertase.

—Tal vez me odie... —dijo Milk.

—A mí no querrá ni verme... —respondió la abuela.

JungWoo y Choco intentaron consolarlos, aunque era una ardua tarea.

En unos días con el tratamiento adecuado, ChooSam mejoró y pudo abandonar el hospital.

Antes de volver a casa, pasó un tiempo reflexionando. Caminó durante horas perdido y triste, y acabó, por azares de la vida, entrando en una iglesia. Allí vio imágenes de La Flagelación y pensó que era horrible.

"¿Cómo alguien puede representar algo así? ¿Qué clase de pintor macabro ensalzaría una escena tan terrible como ésta?"

Se sentó en un banco y comenzó a llorar, hasta que escuchó una voz detrás de él.

—Hijo, ¿estás bien?

—¿Por qué alguien —dijo señalando el cuadro— estaría dispuesto a soportar algo así?

—Pues... para salvarnos. A veces somos capaces de sufrir por los demás cuando los amamos.

—¿Sería eso posible? —preguntó para sí mismo, rompiendo en llanto de nuevo.

—Hijo, ¿quieres que te escuche en confesión?

—Los pecados que he cometido, no sé si tendrán perdón —contestó sin girarse.

—Si hay arrepentimiento, todos los pecados pueden perdonarse.

—He faltado a mi madre, durante toda mi vida. No he sido un buen hijo. No tengo la suficiente piedad filial. Me he dejado llevar por la ira y he dañado a los demás.

—Entiendo... Yo puedo perdonarte. Y puedes pedir perdón a los agraviados y ellos, seguramente, también te perdonarán. ¿Y tú? ¿Puedes aceptar ese perdón? ¿Puedes perdonarte a ti mismo?

Esta frase lo dejó reflexionando.

"Tal vez pueda, pero debo solucionar algunas cosas antes."

Se giró para darle las gracias a quien tan buenos consejos le había brindado, pero nadie se encontraba allí.

Salió decidido a tomar las riendas de su vida. A hacer todo lo posible para corregir los errores del pasado. Y para poder hacerlo, primero debía sanarse él. Debía tomar conciencia de que tenía un problema y había que solucionarlo.

Cuando llegó al restaurante empezó a recoger y a preparar las cosas. Al poco tiempo, entró Choco, tan alegre como de costumbre, quien se puso de inmediato el delantal, dejando a ChooSam completamente sorprendido.

—¡Vamos! No pongas esa cara tío, vengo a ayudarte. Además... —dijo mirándolo fijamente— Alguien me ha pedido que te cuide, y no te deje solo.

ChooSam esbozó una sonrisa nostálgica.

—Bueno "alguien"... JungWoo me lo ha ordenado —comenzó a enumerar, contando con los dedos—, la abuela dice que me matará si no te cuido y Milk... —hizo una pausa— Dice que como te deje solo... ¡Me golpeará con una vara! ¡Que ahora sí sabe cómo usarla!

ChooSam rompió a la vez en llanto y en risa y Choco le dio un abrazo.

—Por cierto... esta tarde vuelven al pueblo Milk y la abuela. JungWoo y yo iremos al hospital a despedirnos. ¿Te gustaría venir con nosotros?

ChooSam se quedó pensativo un momento.

—Aún no estoy preparado, pero me esforzaré para estar mejor pronto.

Al final, esa tarde sí acudió a la cita, pero no se atrevió a acercarse. Los miró desde lejos.

—Seré un mejor hombre para todos —se prometió.

Porque después de la tempestad, viene la calma. Y tras la oscura noche, siempre vuelve a salir el sol.

Continuará... 

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora