Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]

Capítulo 107.- Balcón 🔞 (Milk y tío)

Tras la anterior noche de pasión, y viendo que ya les quedaban pocos días para regresar a Corea con los niños y retomar su vida rutinaria, Milk se asomó al balcón del hotel.

Los rayos del sol intentaban asomar tímidamente y el aire que se respiraba era fresco. Aún no se escuchaba el fuerte bullicio de la ciudad ni el dulce trinar de los pájaros. El aroma del jardín que tenían justo debajo de la habitación ascendía creando un ambiente agradable y levemente selvático.

Hacía frío, y Milk había salido sólo con una fina camiseta de tirantes y un pantalón tan corto que dejaba ver prácticamente la totalidad de sus blancas y esbeltas piernas.

—¿No tienes frío? —susurró ChooSam, asomándose él también al balcón.

A diferencia de Milk, él llevaba una amplia manta que lo cubría por completo y arrastraba hasta el suelo.

—Estoy bien —respondió Milk.

—Buenos días... —le susurró ChooSam al oído, abrazándolo por la espalda y cubriéndolo a él también, dulcemente, con la manta.

—Buenos días —contestó Milk dejándose envolver por la calidez del abrazo y de aquella prenda.

Sin embargo, este gesto, que parecía ser tierno y delicado, escondía una terrible intención...

—Llevas muy poca ropa, ¿no crees?

Milk, nada más escuchar el tono de seducción y provocación en el que lo dijo ChooSam, sintió el calor subiendo por sus mejillas.

—¿Y eso te molesta? —dijo girándose hacia él, en tono burlón.

En ese momento, aún seguía cubierto por la manta, inmovilizado entre la barandilla del balcón y el cuerpo de su amado.

Haciendo gala de una actitud retadora, Milk se acercó aún más, haciendo que sus bocas se quedaran a escasos centímetros.

—Me molesta. Me enfada... Y me pone celoso —dijo ChooSam aprisionando aún más la delicada figura de Milk contra la barandilla.

—Pues me da igual. Si los demás quieren mirar, que miren... —dijo Milk, con voz seductora.

Acto seguido, se giró de nuevo dándole la espalda, contemplando las vistas, y rozando deliberadamente con su trasero la masculinidad de ChooSam que parecía estar de buena mañana.

—¿Ah sí? ¿Quieres que te miren? ¿Eso es lo que quieres?

Había despertado a la bestia. El tono de ChooSam, si bien hablaba en voz baja, era duro y autoritario.

—No sabía que te gustaba que te miren... —dijo ChooSam introduciendo uno de sus dedos en el interior de la camiseta de Milk y rozando sus pezones hasta que lo hizo estremecerse.

—Para... —susurró Milk— Que estamos fuera...

—¿Y qué?

—Que alguien podría vernos...

—¿Y no habías dicho que eso no te importaba? —contestó ChooSam.

—Pero no hablaba en se...

No le dio tiempo a terminar la frase. De un golpe, ChooSam le bajó los pantalones que cayeron a sus tobillos.

—¡No! —dijo intentando silenciar su grito, para no llamar la atención— ¿Qué haces?

—Sujeta la manta si no quieres que se caiga —dijo ChooSam, y acto seguido, soltó la manta de ambas manos, viéndose obligado Milk a atraparla al vuelo si no quería que su cuerpo fuese expuesto.