Capítulo 73.- Voy a buscarte (JungWoo)

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—¡Debo ir a buscarlo!

—Pero JungWoo... Es peligroso... —le advirtió Milk con un susurro.

—Me da igual. Fue culpa mía que se marchase, debo hacer frente a las consecuencias. Tengo que responder de mis actos...

La abuela y ChooSam se miraron afligidos. Mientras habían enviado al abuelo Jeong a hacer unas compras, le explicaron la situación a la abuela, que se sintió realmente triste por la partida de Choco.

—Mi pobre Choco... —decía la abuela— Siempre tan vivaracho y perspicaz, y a la vez tan torpe e inocente. Pobrecito...

No pudo evitar mirar con ojos de cierto reproche a su nieto, pero enseguida se dibujó en ellos la preocupación por la empresa que estaba a punto de acometer.

—¿Cómo de peligroso es, Milk? —le dijo con curiosidad la abuela.

—No es fácil para un humano cruzar allí... Él no es de ese mundo, tendrá que pasar una serie de pruebas para entrar. Y si lograra entrar... nada garantiza que pueda rescatar a Choco. Tendrás que convencer al guardián para que lo deje volver... —dijo ya mirando a JungWoo.

Frente a la preocupación de todos, JungWoo sonrió.

—Convencer es mi especialidad. He aprendido mucho últimamente. Seré directo, incisivo y eficaz. No regresaré sin Choco.

Le vieron tan determinado que sólo pudieron apoyarlo. Milk le dio las instrucciones, y decidido como estaba, se encaminó a encontrar su destino.

Así se puso en marcha, dispuesto, por su amado, a ir al mismísimo inframundo si hiciera falta, a cruzar el Jiok, a descender al Mictlán, al Xibalbá, a atravesar el Tártaro, el Hades, el Averno... Al igual que Orfeo fue en busca de su Eurídice, del mismo modo que Izanagi corrió al rescate de Izanami... Eso sí, marchando con la esperanza de encontrar un mejor final que el de estos protagonistas.

Bajó por el puente submarino que Milk le había indicado, deseando encontrar la entrada, o la señal que determinaría su pase a ese mundo desconocido. Mientras caminaba, separado de la calzada por una barandilla, veía a su diestra cómo pasaban los coches, cómo el camino se iluminaba con sus faros y con las luces del puente.

Pero tras unos instantes, llegó un momento en el que se empezó a escuchar cada vez más lejos el sonido de los motores, y se veía un paisaje paulatinamente más oscuro, como si se estuviese adentrando en una dimensión que nada tenía que ver con la que habitamos.

—¿Quién perturba mi descanso

para cruzar esta puerta?

¿No es un joven humano?

¿Has perdido la cabeza?

Se escuchó una voz de mujer. Todo se había ennegrecido. JungWoo no veía más que juegos de sombras pasar ante sus ojos.

—Yo... —dijo JungWoo, con voz temerosa— Soy Park JungWoo. He venido a buscar a alguien...

—Yo soy la cancerbera,

aquí no puedes cruzar.

¡Habráse visto en la vida

tamaña temeridad!

JungWoo la escuchó mientras unos grandes ojos negros, con expresión dura, de enfado, se dibujaban en la oscuridad, cual sonrisa del gato de Cheshire. Reflexionó un momento, no sabía cómo convencer a aquella guardiana para que lo dejase pasar, así que, optó por contarle la verdad, si no resultaba, al menos lo habría intentado.

—Mi justa y buena guardiana

que con celo cumple el deber,

ojalá yo hubiera sido

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora