Capítulo 32.- Lo que piensen los demás (JungWoo y Choco)

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Mientras caminaba en soledad hacia el despacho de la profesora, muchas cosas rondaban por la cabeza de JungWoo, sobre todo la discusión que acababa de tener con Choco:

—JungWoo... por favor... sólo quiero estar contigo, tú eres lo más importante para mí.

—¡Basta! ¿Te das cuenta de que eres un humano no? ¡Ya no eres un perro! ¡No puedes decir cosas así! ¡No soy tu dueño y no tengo la obligación de cuidar de ti! Tú debes valerte por ti mismo. No puedes depender así de otra persona.

—Está bien... está bien... —decía Choco intentando ocultar su desesperación— Haré lo que tú digas. No te enfades... Si quieres que vaya, iré; si prefieres que no te acompañe, me quedaré aquí.

—Siempre eres así... —decía JungWoo para sí mismo, molesto, sin saber muy bien la causa de su enfado.

—JungWoo... yo siempre te apoyaré. Haré lo que tú quieras. Puedes contar conmigo —afirmaba con resignación.

—Debo irme... —dijo y se marchó sin despedirse.

"¿Será la decisión correcta?" Pensó JungWoo una vez más antes de hablar con su profesora.

Choco, por su parte, no pudo quedarse en casa y salió detrás de JungWoo, recorriendo el camino hasta la facultad. Nuevamente corría tras él. Estaba preocupado. No quería separarse de su amado JungWoo y no quería que fuese con aquel mayor, pero no podía hacer nada.

Cuanto más intentaba acercarse a él, notaba como JungWoo más lo empujaba. Así que determinó que sólo podía permanecer a su lado, cuidarlo y acompañarlo, en la medida en que él se lo permitiera.

Se apresuró hacia la puerta del despacho, donde lo esperó la vez anterior y, por fin, vio salir a su joven dueño. Pero cuál fue la sorpresa de Choco al notar que, esta vez, salía del despacho con expresión feliz. Se detuvo mirándolo, y tras él asomaron la profesora y otra chica joven.

—¡Mucha suerte, chicos! —dijo la profesora— Os avisaré cuando empiecen las prácticas y quiero vuestro reporte diario de las mismas cada mes. Cualquier problema, no dudéis en avisarme.

—Gracias —respondió JungWoo inclinando cortésmente la cabeza.

—¡Gracias! —respondió la joven con una sonrisa.

Tras entrar en su despacho la profesora, al fin, se cruzaron las miradas de JungWoo y Choco.

—¡Choco! ¿Qué haces aquí? —preguntó sorprendido, pero Choco, sin mediar palabra, lo abrazó con fuerza— Choco... ¡Choco, suéltame!

—¿Te irás al extranjero? —preguntó mientras continuaba cubriéndolo con sus brazos.

—¿Podrías soltarme para que hablemos apropiadamente? —dijo JungWoo— Es... es un amigo... —le dijo a la chica, como disculpándose por si el comportamiento de Choco la hubiera incomodado— Es muy cariñoso, él es así...

—Sí... Amigo... Entiendo... —dijo la chica con una sonrisa que hacía intuir la sospecha de que esa relación no era simplemente de amistad.— Así que... ¿Esto era lo que te retenía aquí?

Choco soltó a JungWoo y miró a la joven.

—¿Aquí? ¡¿Te quedas aquí?! —gritó contento, pero cuando JungWoo quiso dar explicaciones, su compañera se adelantó.

—Se queda aquí... ¡Contigo! ¡Así que no te preocupes!

—¡Qué bien JungWoo! —gritó Choco y lo abrazó tan fuerte que lo levantó del suelo de la emoción.

—¡Choco! ¡Tranquilo! ¡Suéltame por Dios!

Fueron todos a la cafetería de la facultad y se sentaron juntos.

Choco Milk Shake continuación Made in Spain [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora