Capítulo 7

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26 de noviembre, año 2149 -Actualidad

Llegué a la residencia de Amón minutos después para ver en la entrada principal el deportivo de Carel estacionado y el de Amón. Tomé mi lugar a un costado y después de dejar mis cosas dentro salí para dirigirme al estudio de trabajo de Carel.

Esperaba encontrarme a Amón pero en vez de eso solo vi al mestizo recostado contra la silla movible con los ojos cerrados y una vía conectada en el dorso de su mano de un líquido de procedencia dudosa de color oscuro ingresando a su cuerpo.

Normalmente evitaba preguntar, pero esta vez más motivada por la curiosidad que el hecho de despertarlo me senté en el escritorio a su lado, despertándolo con mis pasos y él me observó con cansancio disimulado antes de mirar el goteo y programarlo para que aumentara la velocidad de infusión.

- Siempre me he cuestionado...- Señalé con mi mano el recipiente colgando boca abajo con la vía.- ¿Qué es lo que te pones? ¿Estás enfermo?

Carel sonrió ligeramente de lado antes de responder, los mechones oscuros de su cabello estaban acomodados en un moño pero algunas hebras pelirrojas se salían enmarcando su rostro. El mestizo hoy llevaba una sudadera gris informal y unos pantalones deportivos a juego con tenis negros, se veía realmente jovial.

- Es un inhibidor combinado con tratamiento hormonal.- Respondió girando la etiqueta en rojo para mí.- Mi magia se produce en masa y sin control.- Se llevó la mano hacía el collar que también hacía la misma función.- Ya no es suficiente con artículos mágicos.

Fruncí el ceño.

- ¿Te está consumiendo? - Pregunté comenzando a sentir ansiedad por lo que estaba tratando de decir. Algunas brujas no podían controlar el núcleo de su poder y este mismo las mataba o las volvía locas porque no podían manejarlo sin importar cuanto lo usaran. Sabía que Carel Arscorth era como un pozo sin fondo de magia, lo había sentido cuando me transfería su energía y sabía que era inusual, sobre todo para un brujo masculino. El padecimiento del desborde de poder era exclusivo de las brujas femeninas, ya que los masculinos no producían energía, ellos tomaban la de sus progenitores y la carga con la que nacían era la que tendrían toda su vida a menos que la tomaran de otra bruja o de otra fuente de poder.- Si llegaras al desborde, ¿Qué tan malo sería?

Carel lo pensó antes de responder.

- ¿Justo ahora? Algo así como unos 99.7 millones de toneladas en explosivos convencionales.- Se rió por lo bajo al ver mi expresión.- Estoy bajo control ahora, no deberías de temer por el mundo.

- No me preocupa el mundo.- Me crucé de brazos a la defensiva y lo miré directo un poco a regañadientes.- Eres lo único bueno de Cedrick Arscorth. No me gustaría verte morir.- Dije lo que preocupaba algo bruscamente, pero el mestizo frente a mi no pareció ofenderse. Las brujas con ese problema no tenían mucha esperanza de vida y generalmente solo había una solución, pero... no sabía qué tan viable sería en su caso, aún lo pregunté.- ¿Y si tienes una hija? Si le das tu energía o la mayor parte puedes estabilizar la tuya y dejar de producirla en masa.

Carel se rió esta vez con más volumen como si la idea fuera absurda y lo miré con curiosidad.

- ¿Sabes que es el quimerismo genético? - Cuestionó y comenzó a explicar cuando sacudí la cabeza. Carel sacó un plumón de su escritorio y comenzó a escribir en el cristal del mismo.- Es un trastorno genético que se fundamenta en la teoría de dos cigotos...

- ¿Qué es un cigoto? - Lo interrumpí sintiéndome como alumna en medio de una clase que no se había estudiado el tema, pero me convencí a mi misma de que no podía ponerme a la altura de su cabeza.

La reina olvidada (Origenes parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora