Capítulo 48

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23 de agosto, año 1521

Al bañarme en el río no pude evitar darme cuenta de que debía evitar comer tanta carne.

Estaba engordando muy rápido.

Terminé de lavarme con ello en mente y me cubrí con una toalla. Me sequé el cuerpo tarareando por lo bajo una canción moderna y me vestí tomando el arco y las flechas. Había salido a cazar pero hoy no fue un buen día, perdí el conejo y me había caído por un pequeño barranco por asustarme al ver una araña en mi arco, me había llenado de tierra por la caída. La cual no fue tan mala, pero me dolía un poco la espalda baja y parte del abdomen. Así que pensé en descansar durante la noche, al menos hasta que me acerqué a casa y vi de nuevo a Zachary.

- El clima esta agradable.- Me sequé con la toalla en mi cabello, terminando de quitar el exceso de agua.- ¿Por qué no te acercaste a tomar un baño?

Zachary se rio.

- ¿Quieres que me arranquen los ojos? - Preguntó después.

Sonreí y entré a la casa. Le hice una señal para que hiciera lo mismo y terminé de ajustar mi falda. Detuve mis movimientos sintiéndome observada, levanté mis ojos y me encontré con la mirada de Zachary.

- ¿Qué? - Pregunté y él desvió su atención.

- Nada.- Dijo evasivo. Fruncí el ceño.

- ¿Por qué me da la sensación de que siempre sabes más de lo que dices? - Le pregunté de pronto me acordé de lo que había pasado desde el principio.- Zachary, ¿Por qué me salvaste ese día?

- Normalmente no dejo a damiselas ser abusadas, Gem. Tengo una regla moral en contra de la violación muy marcada.- Él comenzó.- Pero te llevé a casa porque tenías la capa que le había dado a Braxton unos días antes para la caza.- Él dijo.- Me llamó mucho la atención que la llevaras tú. Después, la historia de tu hijo me atrajo pero no puse especial interés hasta que visité a Braxton en palacio una vez y no te puedes imaginar mi sorpresa al ver una réplica en vampiro del niño en casa, pero no le dije tu secreto a Braxton. Lo dejé descubrirlo solo.

- ¿Por qué? - Pregunté.

- Porque si te hubiera encontrado en ese momento, antes de recuperar la claridad te habría hecho mucho daño.- Zachary señaló su cabeza.- El vínculo roto le destrozó la mente como no te imaginas y lo hizo un blanco perfecto a los ataques mentales de su madre. Es una maldición que lo volvieras tan vulnerable cuando más enemigos tenía.- Me mordí el labio y Zach puso una mano en mi cabeza.- Pero no te sientas culpable, no fue culpa de ninguno. Así es como suelen ser los vínculos, son un arma de doble filo que siempre sufre el que queda vivo.

- ¿Es por eso que no se ha vinculado conmigo de nuevo? - Pregunté curiosa acercándome a la tetera, esta vez con manzanilla la puse en el fuego y Zach lo consideró sentándose.

- Eso podrías preguntárselo a él, pero si fuera yo, también me lo pensaría dos veces antes de volver a hacerlo, sobre todo si todavía no se siente mentalmente estable para soportarlo.- Zach respondió.

- ¿Y qué hay de ti? - Pregunté.- ¿Alguna vez te has vinculado?

Zachary sonrió.

- No me he vinculado. Estoy esperando.- Dijo.- Murió, pero era mitad hada, espero por su segunda vida.

- ¿Y quién era? - Pregunté curiosa.- ¿Era cambiante como tú? ¿Era bonita? ¿Mayor o menor?

- No sé si se podía decir que él era bonita.- Zachary levantó una ceja.

Lo miré sorprendida.

- Oh... yo...- Me sonrojé.- No esperaba que te gustaran los hombres.

- No sé si los hombres, pero lo quería a él.- Zach dijo.- Conocí a Braxton llevando flores a su tumba.

La reina olvidada (Origenes parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora