Capítulo 51

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3 de enero, año 1522

Las semanas pasaron y volvimos a nuestra cabaña original. Braxton en cada ocasión era muy atento a cualquiera de mis necesidades, también pude disfrutarlo más que el de los gemelos porque no tenía ninguna responsabilidad más que dormir, comer y caminar por los alrededores mientras esperaba sus visitas que normalmente eran durante el día.

Hoy estaba entusiasmada porque Zach me había mandado una carta en la que me decía que Livius y él habían conseguido el grimorio de Chel junto con varias de sus pertenencias y que no tardarían en llegar a mis manos.

Tal vez esto era lo que la misma Valyria había dicho que quería conseguir para recordarlo absolutamente todo.

Sentí unas patadas entusiastas en mi ejercicio mañanero y sonreí hacía mi abdomen.

- Eso es tener mucha energía esta mañana.- Murmuré colocando mis manos por encima y sentí el principio de una contracción que me pareció normal. Seguramente se acercaba el trabajo de parto, pero ya había encontrado a una partera que me ayudara y parecía ser que la fecha se estimaba para dentro de dos días. Estaba alegre porque ya quería conocerlo y también porque sentía que una vaca con sobrepeso se movía mucho mejor que yo.

Escuché toques en la puerta y me puse de pie con entusiasmo para abrir. Esperaba que fueran las cosas de Chel o tal vez otra visita de Gredel. Iba pensando en ello sin considerar colocarme un chal encima cuando abrí la puerta y todo rastro de sonrisa se congeló en mi rostro.

Era Amón.

Tragué sintiéndome juzgada cuando él bajó la mirada observando completamente mi cuerpo y sus ojos se detuvieron en mi abdomen. Sonrió con ironía.

- Parece que la boda se cancela, ¿No, Gem? - Dijo con molestia. Nunca lo había escuchado con tal acidez en el tono.

- Amón.- Comencé, no sabía donde meterme, ni que decir, así que solo pude pedir perdón.- Lo siento.

- ¿En qué fecha llegaste? - Preguntó.

- Hace unos veintidós años, aproximadamente.- Respondí y lo miré dándome cuenta de que todavía tenía la ropa de la ceremonia puesta, para mi lo que sucedió en muchos años para él eran unas horas.- ¿Por qué vienes ahora?

- Zachary Binx me dio esta fecha.- Amón dijo.- La energía que tienes ahora en tu vientre y la de Arthur Arscorth es la misma. Así que sí, ya entiendo porque a ese hijo de puta no le importó que te propusiera matrimonio.- El brujo se rió solo, sosteniendo su cabeza. Retrocedí confundida, no estaba entendiendo nada de lo que decía pero Amón se acercó y me tomó por los brazos.- Ya había ganado antes de empezar y solo se divirtió al verme intentarlo.- Amón parecía loco.- Llegué tarde, pero no importa.- Ladeó la cabeza.- Arthur Arscorth no es relevante, volveré a esa fecha y te traeré de vuelta. Podemos tener un brujo puro que sea mucho mejor.

- No.- Lo tomé del brazo.- No lo hagas.

- No te estaba preguntando, Gem.- Amón sonrió.- No dejaré que ese maldito vampiro arrogante se salga con la suya.

- ¿Es por tu ego? - Lo miré horrorizada.- ¿Vas a desaparecer a mi hijo porque no estás dispuesto a aceptar que Braxton sin tener el poder que tu tienes pudo vencerte con el tiempo? Pensé que eras diferente, Amón. Pensé que no te sentías superior al resto solo por habernos creado como raza. Adelante.- Lo miré con resentimiento.- Rescátame, pero ¿Qué crees que opinará de todo esto el Dios de la vida?

- ¿Qué tiene que ver Malek en todo esto? - Amón cuestionó.

- Hice un contrato de intercambio con Sandrine Moonwhite, yo fui la que se embarazó de Lucius y Livius con su cuerpo, los di a luz porque a ella no le gustaban los hombres.- Estaba desesperada, haría cualquier cosa por salvar lo que tenía ahora y usé la única arma que estaba por encima de cualquier otro creador: Malek Schevert.- Si vuelves y ella se niega o no lo logra porque no soy yo, ¿Qué crees que suceda con la guerra con las Kisas si Lucius nunca existió? ¿Quién crees que será el padre de Malek y Kaamisha? ¿Vas a ir en contra de tu creador?

Amón permaneció en silencio porque sabía que tenía razón. 

- Dices que hace veintidós años y creo recordar la fecha en que nació Lucius...- Me sacudió, haciéndome daño, pero no se movió a pesar de mi mueca.- Eso significa que ni bien llegaste, no desaprovechaste la oportunidad de revolcarte con Braxton Arscorth.

- Lo siento.- Traté de retroceder, pero no podía debido a su fuerza.

- Dijiste que te casarías conmigo, Gem.- Dijo con frialdad.- Pero en realidad era porque él vampiro no te quería y yo lo sabía.- Apretó la mandíbula.- Sabía que solo estabas conformándote y a pesar de que tus sentimientos no eran fieles a mi, al menos pudiste tener la mínima consideración de no caer tan bajo con él.

Mordí mi labio y desvié la mirada.

- No mentí.- Susurré.- En ningún momento mentí sobre lo que sentía o esperaba de nuestro matrimonio. Pensaba intentarlo, realmente lo iba a hacer, pero terminé aquí y yo...- Las lágrimas corrieron libres.- Yo lo amo, Amón.- Mis palabras le sacaron una mueca de disgusto. 

- Está bien, bruja. Diviértete como su meretriz.- Prácticamente gruñó y retrocedió con una repentina explosión de energía por el exceso de ira. No la vi venir y a pesar de que lo intenté, la magia como escudo no se manifestó. Dolió muchísimo y él se marchó sin darse cuenta del daño que me había hecho.

Caí sobre mis rodillas con un repentino dolor en el vientre y sentí que algo se rompió antes de percibir como el agua se deslizaba entre mis piernas.

Maldije por lo bajo sosteniendo mi abdomen y respiré profundo varias veces para calmarme pero no tardé en perder la concentración cuando mi propia magia parecía descontrolarse por acción de Amón.

Me quedé ahí por un tiempo hasta que escuché que un caballo se acercaba. Esperé que fuera Braxton, pero al abrir la puerta apenas erguida vi a Livius sosteniendo una caja. Él pareció sorprendido por mi estado desastroso.

- Necesito.- Respiré ante otra contracción, eran demasiado frecuentes y dolorosas.- Un favor.

Livius asintió cuando le dije dónde encontrar a la matrona y partió de inmediato. Me quedé cerca de la puerta, sentada contra la pared sin sentirme en la capacidad de moverme.

El tiempo pasaba y la partera no llegaba, las contracciones aumentaron cada vez más y a pesar de que traté de esperar, llegó el momento en que me resigné ante lo insoportable del dolor. Levanté mi falda, me quité la ropa interior y separé mis piernas antes de comenzar a pujar. Dolió mucho, demasiado y terminé gritando sola en cada intento, golpeando el piso por la desesperación hasta que finalmente pude sentir su cabeza. Jadeé recuperando el aliento y después de un sollozo por otra horrible contracción pude sacarlo.

Comencé a ver borroso pero me concentré en el pequeño que afortunadamente lloraba a pleno pulmón. Lo envolví en mi vestido amarrando el cordón umbilical. Mi pecho se movía agitado, sentía las palpitaciones de mi corazón correr demasiado rápido, vi la sangre correr por el suelo pero me fue indiferente.

Los ojos me pesaban, pensé en cerrarlos por un momento, pero escuché la puerta pensando que era Livius pero no, esta vez sí fue Braxton el que se quedó estático en la puerta.

- Llegas tarde, vampiro. Convenientemente... cuando ya no quiero matarte.- Suspiré, dejándome vencer por el sueño.

La reina olvidada (Origenes parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora