Capítulo 35

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23 de abril, año 1500

Eileén estaba furiosa al llegar a palacio ya con la noticia de la muerte de toda su familia pero sorprendentemente el disgusto le duró solo unos días y sin guardar luto ni nada continuó como siempre.

Llegó a tratarse inmediatamente la piel para "verse más joven". Era muy estúpido de su parte pero nadie, ni siquiera yo me atreví a contradecirla, con ella en palacio no cambiaron muchas cosas pero fui mucho más cuidadosa a la hora de hacer mi doble juego.

Braxton comenzó a ausentarse más con su madre aquí y no lo culpaba, en cada ocasión que se cruzaran ella encontraba la manera de molestarlo. A pesar de que él la ignoraba, parecía el deporte preferido de la vampiresa.

Esta noche decidí perderme la comida diaria con ella, tenerla que aguantar estos días me había dado severa indigestión y me sentí afortunada cuando recibí una carta de Emmaline para pasar unos días con ella. Dejé todo en orden y me encaminé a su territorio con tranquilidad porque a momentos sentía que perdía el equilibrio y me mareaba con mucha facilidad, por lo que paré un par de veces en el camino hasta recuperar mis sentidos y continuar.

Eso alargó el tiempo de viaje pero Emmaline me escuchó en cuanto entré a su territorio por lo que la encontré en la entrada. Ella se acercó a mi con su abdomen abultado y me abrazó cálidamente. Sonreí cuando ella me tomó las mejillas de pronto y frunció el ceño.

- ¿Estás enferma? - Preguntó.- Te ves mal.

Me alejé.

- Solo es el efecto de ver a Eileén Arscorth todos los días.- Hice un gesto de asco provocando su risa.

- Te entiendo perfectamente, una reunión con ella y prefería tomar el sol con tal de no verla.- Emmaline dijo invitándome a entrar.- Llegaste justo a la hora de comer pero creo que preferirías tomar un baño, ¿Pido que te suban el almuerzo?

En realidad no quería comer, tenía mucha sed pero sonreí hacía Emmaline y asentí mientras me guiaba hacía la habitación de invitados. Emmaline tenía ropa preparada para mi; así que, solo me preocupé por sumergirme en el agua caliente y suspirar aliviada por el buen olor de las sales vertidas en el agua. Me quité todo el polvo de encima y terminé de vestirme con una falda sencilla y una camisa color perla de botones dorados. Me calcé los zapatos y me acerqué a la comida cuando una de las doncellas la puso sobre el tocador, parecía ser algún tipo de estofado pero no me terminé de acercar cuando el olor entró por mis fosas nasales y me hizo retroceder asqueada.

Tuve varias arcadas pero al final pude tragarme de vuelta el jugo gástrico que había intentado salir de mi cuerpo. Poco a poco el olor fue inundando el cuarto y le pedí a la doncella que lo retirara. No podía soportarlo. Aún así, como el olor permaneció, terminé saliendo yo también de prisa y me encontré a Emmaline subiendo las escaleras. Ella me miró sorprendida.

- ¿Ya terminaste de comer? - Preguntó.

- Se me esfumó el apetito.- Me justifiqué y ella ladeó la cabeza antes de continuar su camino.

- Bien, iba a prepararme un té en el balcón, ¿Me acompañas? - Preguntó.

Asentí tomando su brazo y ayudándola a caminar. Estaba un poco más torpe que cuando la conocí pero seguía siendo la arrogante duquesa Dragomir. Emmaline me condujo al balcón y apuntó hacía las enredaderas, ella sonrió.

- Cuando recién llegué a este lugar.- Ella comenzó.- Traté de escapar por estas enredaderas, me resbalé y caí directo encima de Kelian.

- ¿Él te atrapó? - Pregunté curiosa.

- No.- Emmaline se rió.- Estaba tan distraído que no me sintió hasta que le caí encima y aprovechando su confusión, rematé golpeándolo a puño limpio en la entrepierna.

La reina olvidada (Origenes parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora