Capítulo 34

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2 de febrero, año 2047

- Esto es lo más relevante de la semana.- Señalé en la tablet.- Los tratos con las hadas se cerraron hace dos días y Aiden accedió a la apertura de un nuevo portal entre nuestros mundos.- Procedí a explicarle a Cedrick todos los asuntos que había tratado como si fuera él en su ausencia.- Ahora que estás aquí, iré a tomar el proyecto personalmente.

Desde que nos habíamos casado mi función era suplirlo cuando decidía marcharse por largas temporadas en sus viajes en el tiempo. Trabajaba el doble pero no tardé en acostumbrarme a ello y mi relación con Cedrick se fue regulando desde el resentimiento hasta la resignación y ahora solo me movía por el instinto de sumisión de energía.

Aceptarlo era el primer paso para no ser infeliz.

- Te lo agradezco, Gem.- Dejó la tablet y tomó mi mano.- Cena conmigo. Tengo algo que decirte.

Sacudí la cabeza.

- Planeaba partir ahora...- Le dije pero me detuve cuando me jaló a su regazo y colocó su mano en mi muslo. Lo miré en silencio con las manos en su pecho y tragué al reconocer esa mirada en su rostro. No pensaba dejarme ir hoy al menos, pero después de algunas veces ya no me molestaba la idea y peor aún fue cuando me descubrí a mi misma besándolo primero.

***

Cedrick era brusco conmigo y no tenía el menor cuidado. Así que, cuando todo terminó hice lo posible por disimular el dolor cerrando las piernas con lentitud y ahogando una mueca sintiendo sus fluidos y los míos mezclados de manera incómoda entre mis piernas.

El mestizo acomodó su ropa y yo me cubrí con las sábanas pensando en ir a bañarme cuando él me empujó de nuevo a la cama.

Lo miré confusa.

- Estuve pensando.- Cedrick dijo y de inmediato supe que sería algo malo, viniendo de él nunca era bueno.- Llevamos tres años de casados y se necesita un heredero para la corona.

Abrí un poco más los ojos, sorprendida.

- Estás...- Murmuré sintiéndome mal. Todos sabían lo mal que la había pasado Valyria en el embarazo de Cedrick en el que ella casi muere porque la genética del mestizo era demasiado pesada para soportar. ¿Pesada? Era irracional. Negué, tenía miedo y no me sentía preparada para ser madre.- No creo que sea buena idea.

Cedrick me sostuvo colocando su mano en mi cuello y recorriendo su toque hacía mi pecho.

- No era una sugerencia.- Él dijo con un tono peligroso, sus ojos rojos brillaron más que nunca.

- Cedrick...- Tomé su mano.- No lo haré, al menos no ahora. No he llegado a la edad fértil para mi raza, no será posible.- Además, mientras más poderosa la bruja, era más difícil que pudiera concebir hasta cierta edad. Tenía treinta y nueve años, ahora lo veía imposible.

Cedrick mandó una descarga de energía por medio del vínculo causándome dolor. Junté mis piernas hacía mi pecho, aterrada cuando lo vi alejarse para sacar de uno de los cajones una jeringa cargada con un líquido oscuro.

- He decidido adelantar tu periodo fértil. Tal vez, en un año o dos puedas concebir.- Traté de alejarme para huir pero Cedrick me tomó del tobillo y me jaló imponiendo su fuerza sobre la mía e inmovilizándome con su cuerpo llevó la aguja hacía mi abdomen bajo, a la altura de mi útero y sin ninguna precaución encajó la aguja hasta el fondo. Grité y lloré por el dolor arrasador que me quemó por dentro. El mestizo retrocedió al terminar y tiró la jeringa antes de terminar de arreglarse.

La reina olvidada (Origenes parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora