7 de enero, año 1501
Lo más lejos que pude llegar antes de que el caballo se rompiera una pata y tuviera que matarlo fue a un pueblo parte del ducado Hartlock y solo el tamaño de la comunidad exclusiva de vampiros y mestizos era suficiente para darme cuenta de que esta familia no era tan sencilla como lo había imaginado.
Lo primero que hice fue buscar trabajo como mesera en alguna taberna, cocinera o lo que fuera, pero en todos los lugares me cerraron las puertas por ser una bruja cargando a un bebé humano. Lo seguí intentando por horas hasta que barrí el territorio completo y me siguieron negando todo.
El mayor de los gemelos había comenzado a llorar por hambre, pero no tenía nada que darle y si no hacía algo pronto lo mataría de hambre, por lo que estaba desesperada.
No tenía dinero, no tenía alimento, no tenía opciones, estaba sola y el clima era cada vez más dañino para él. Sabía lo que tenía que hacer, pero no pude más que llorar amargamente abrazando a Livius por la mayor cantidad de tiempo que pude, sintiendo que el corazón se me desgarraba por completo y me faltaba el aliento de tanto sollozar. Al final, cuando recuperé una pizca de sentido conseguí una cesta y escribí su nombre con mi sangre a un costado y lo dejé en el único lugar que sabía podía ayudarlo a sobrevivir.
Lo dejé en la puerta, toqué y corrí para esconderme en el lugar que daba a entender era un orfanato que recibía niños de cualquier raza y me mordí las uñas, destrozándomelas para que el dolor no me permitiera pensar en una estupidez como ir a buscarlo. Así solo lo condenaría a la muerte.
Las lágrimas corrieron pero casi no las podía sentir por el dolor y la opresión en mi pecho al ver que desaparecía de mi vista y lo llevaban adentro era todavía mayor.
- Lo siento.- Susurré tomando la tierra entre mis manos. Me mordí el labio hasta que sangró y dejé que mi cuerpo temblara.
Era una inútil, no importaba la magia o la fuerza. No importaba nada más que mi propia incapacidad de hacer algo por mis propios hijos y a pesar del dolor que me provocaba solo tenía un pensamiento en mente al dejarlos:
El amor no era suficiente para mantenerlos vivos.
Esperé que fuera solo temporal hasta que pudiera conseguir un trabajo y poder hacerme cargo de Livius y entonces podría reunir lo suficiente para ponerme en contacto con Braxton. ¿Me creería? Tenía la esperanza de que fuera así. Pensaba decirle toda la verdad y tal vez así encontraríamos una manera de mantenerlos a los dos a salvo.
Si, me convencí a mi misma para no perder el enfoque.
Solo sería temporal.
***
23 de mayo, año 1501.
No vi venir el agua que me mojó por completo pero me aferré al pedazo de carne crudo de mal aspecto que un vampiro tiró de su casa y corrí al escuchar su grito.
- ¡Malditos pordioseros! ¡Largo de mi casa! - Gritó lanzando un cuchillo de cocina que logré esquivar solo por un centímetro. Este se estrelló en el suelo por acción de gravedad y yo apresuré mis pasos hacía lo profundo de los callejones.
Mis pies se cortaron con algunos vidrios que estaban fragmentados por la calle pero preferí no darle prioridad al dolor y trepé por uno de los muros con la carne entre mis dientes antes de dejarme caer al suelo y continuar corriendo. Descansar era muy peligroso, así que me mantuve en movimiento hasta que encontré mi escondite y me deslicé por la alcantarilla en el espacio menos nauseabundo y pequeño, al acomodarme me incliné para terminar la carne.
Mi estómago protestó pero el resto de mi cuerpo siguió comiéndola hasta que la terminé. Entonces pude descansar y recuperar el aliento con la vista en el agua contaminada de materia fecal.
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La reina olvidada (Origenes parte I)
Vampire"¿Cuánto puedes esperar por amor?" "¿Hasta donde el destino se delimita por el tiempo?" Gem De Sage era una bruja que cometió el peor error de su vida a los quince años: salvó una vida. No matar a Cedrick Arscorth tuvo severas consecuencias en su de...