Historia paralela 5: Herencia, secretos y pasado

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"Hueles y eres como un copo de nieve, pequeña pero fría y aunque el toque con la piel sea efímero se siente como un respiro de vida. Por eso te llamo así, por eso te pienso así, bruja". Kyliane Varion. Príncipe de las hadas. 2 julio, año 155 - 3 de diciembre, año 736.

28 de junio, año 2150 - Actualidad

Valyria

Vamos a ver. Sostuve el mazo en mis manos y lo levanté y dejé caer en mi palma sin mucha fuerza considerando mi idea más resiente.

En escala del uno al diez.

¿Cuánto necesito esta pared?

Si me lo hubiera preguntado a mí misma hacía unos días podría decir que la necesitaba en una escala del ocho al diez, pero ahora, después de haberle preguntado a Maxell y que me hubiera dado un rotundo no...

Creo que no necesito esa pared.

Sonreí después de una corta risa imaginando su rostro al llegar a casa y di con mucha fuerza y satisfacción el primer golpe, seguido de un segundo y un tercero antes de pedirle a la inteligencia artificial de la casa que me colocara una playlist más animada. Continué con mi trabajo en medio de un ataque severo de energía hasta que esta se terminó y me dio hambre, entonces solté el mazo en el suelo y fui a sacudirme el polvo para lavarme las manos y revisar si había algo que pudiera almorzar que fuera rápido.

Con la cabeza sumida en el refrigerador pensando seriamente entre una manzana o un durazno apenas pude escuchar el timbre de la puerta. Me incorporé extrañada, normalmente no recibía visitas. Dasha no pasaba tanto tiempo fuera de Rusia con Mijaíl Petrov recién nacido, así que en realidad no tenía mucho que hacer y me aburría hasta la muerte, sobre todo porque el señor "No" siempre estaba ocupado, si no en su trabajo con los asuntos del consejo de inmortales.

Cerré la puerta del frigorífico y caminé hacía la puerta cuando el timbre se repitió al menos dos veces.

- Al menos que te estés muriendo, hay motivos para esperar.- Murmuré por lo bajo, ajustando mi moño y llegando a la puerta, pensé que escucharía al menos otras dos veces el timbre antes de abrir, pero de pronto la puerta fue derribada con fuerza cayendo hacía mí, retrocedí por inercia y lo siguiente que registré fue un enorme cuerpo ponerse frente a mí para tomarme por el cuello y lanzarme a varios metros a la pared que había estado derrumbando. Me golpeé la cabeza con el impacto antes de caer al suelo, viéndolo todo con puntos negros en mi campo de visión y una sensación de peligro inminente.

Ajusté mi magia con el instinto de supervivencia a tope y arrojé mi energía con fuerza hacía él hombre de negro que se acercaba con intenciones asesinas. ¿Cómo lo sabía? No creía que me quisiera enseñar solamente su espada para que le diera el visto bueno.

Mi magia debió de haberlo lanzado con fuerza hacía atrás pero no pude más que sorprenderme cuando esta se dispersó de inmediato al dar con su arma. Lancé varias veces más, cada masa más grande que la anterior pero él dispersó cada una de ellas, menos la última que redireccionó hacía mi. Formé un escudo para protegerme pero este atravesó y me dio de lleno. Sentí el impacto fracturar mis costillas y de pronto respirar se convirtió en un privilegio.

Solo en ese momento entendí que estaba peleando contra un evasor de magia. Él sonrió cuando traté de huir y me sujetó por el cabello levantándome por la fuerza.

- Tú no eres una Crusoe, eres débil.- Dijo antes de darme un puñetazo en el abdomen. Me doblé sintiendo que el poco aire que había retenido me abandonaba. Respiré... no, traté de hacerlo. Inhalando con mucho esfuerzo, pero sentí que alguna costilla me había perforado un pulmón, cada vez era más difícil seguir manteniéndome consciente y lo peor era que no era ni siquiera un obstáculo para el brujo que estaba a punto de matarme.

La reina olvidada (Origenes parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora