Capítulo 12

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Capítulo 12

7 de diciembre del año 2149 - Actualidad

Desperté con el sonido de la alarma de mi teléfono a punto de descargarse por no haberlo puesto a cargar y preferir quedarme dormida sobre el suelo mientras me autocompadecía a mi misma hasta perder la noción del entorno.

Me puse de pie y me arrastré hacía el baño. Abrí la llave y me sumergí en el agua fría para despertar definitivamente con las gotas gélidas dejando un rastro rojo por mi piel sensible a la temperatura. Me di un baño rápido y me vestí para comenzar de nuevo el trabajo. Mientras más pensara en Luca, más ganas de suicidarme me darían y eso era algo que él definitivamente no querría.

Fui a mi armario y lo abrí de par en par para verificar los colores de hoy. Elegí blanco, me puse una blusa formal y una falda larga hasta debajo de las rodillas color negro con medias y tacones que me hacían ver todavía más alta y eso era una gran ayuda para imponerme ante los hombres de negocios que tendían a verme hacía abajo ya fuera por ser bruja o por ser mujer, el punto era el mismo.

Escuché el timbre cuando deslice mi pie derecho en la zapatilla restante y caminé hacía la puerta preguntándome si sería mi secretario para decirme en todo lo que me había retrasado pero no, al abrir me encontré con Siu Park que sonreía asquerosamente positivo.

- Te ves terrible.- Dijo solo de verme y le gruñí antes de retroceder camino al tocador para poner mis manos sobre mi bolsa de maquillaje.

- ¿No estás de especial buen humor? - Pregunté pasando varias veces por debajo de mis ojos el corrector frente al espejo y vi al gran cambiante recargarse en la puerta de entrada de mi baño. Llevaba ropa informal con pantalones negros, una camisa básica y una sudadera que no le hacía ver en absoluto como el hombre mayor que era dándole más jovialidad a su aspecto, pero eso no le quitaba el hecho de ser un alfa de atracción felina.

- Comprobé de camino hasta aquí la información que me diste y efectivamente Kaamisha Schevert ha decidido divorciarse de sus dos esposos.- Dijo cruzando sus brazos.

- No suenas tan emocionado como pensé estarías.- Murmuré dándome la vuelta al terminar de arreglar un poco mi estado deplorable.- ¿No es la oportunidad que necesitabas?

- No estoy contento.- Siu Park se acomodó un mechón rebelde de cabello con un movimiento de barbilla pero este regresó y lo dejó estar.- Eso significa que algo le ha sucedido y si no es feliz...- Desvió la mirada con molestia.- Me prometí a mi mismo observar desde lejos y no interferir con su vida.

- Pero estás aquí.- Me acerqué y lo miré hacía arriba. Tenía la misma altura que Braxton, ahora que lo pensaba.- Eso significa que quieres verla, ¿No es así? ¿No quieres comprobar que todavía no te recuerda?

Siu Park sonrió repentinamente.

- ¿Despertaste tratando de copiar el estilo de leer a los demás de Braxton Arscorth? ¿Ya quieres quitarle el trabajo a tu terapeuta? - Cuestionó inclinándose a mi altura.

- Ya no es mi terapeuta.- Me dirigí a la cocina por algo de merendar con el tigre detrás de mí.- No necesito un loquero.

Escuché la risa del cambiante detrás de mí y me giré para verlo de mala manera. Él se limpió una lágrima imaginaria por el rabillo del ojo, burlándose.

- Repítelo muchas veces, hasta que te lo creas o pueda dejar de reírme por ello.- Dijo sentándose en la barra. - ¿Qué te hizo para hacerte enojar así?

- Tal vez...- Tomé con nerviosismo un plátano y comencé a moverlo sin abrirlo entre mis manos, buscando estar ocupada para sentirme menos culpable.- Tal vez leí documentos de uno de sus pacientes y al enterarme de algo que me hizo enojar ataqué al paciente, le dije que esperaba se muriera y arruiné su trabajo.

La reina olvidada (Origenes parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora