Capítulo 47

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4 Mayo, año 1521

Había una realidad en que era prisionera en una bonita y acogedora jaula.

Braxton me trajo a este lugar después de salvarme la vida por ese vampiro. No me dio más información de los gemelos, lo que me tenía muy preocupada, porque seguramente significaba que no estaban bien, pero cuando trataba de sacar más información me distraía con otros asuntos y me botaba por completo los sentidos.

Me di cuenta de que en este lugar era donde guardaba su segunda vida como cazador. La cabaña entera estaba llena de armas y había una habitación específica en la que parecía hacer sus propias cuchillas para que fueran más efectivas a la hora de matar a otras razas.

Era una verdadera ironía que el rey de los vampiros fuera uno de los cazadores que más de ellos había matado, pero al mismo tiempo comprendí la razón de ello.

A Braxton no le interesaban los humanos o sus vidas, sino que parecía ver en ellos una manera de mantener el equilibrio en el territorio. Sheila y Eileén promovían activamente el exterminio de los humanos y a Braxton no había nada que le gustara más que hacerlas enojar. Aunque en realidad nunca lo había visto o escuchado ser cruel o despectivo con los humanos.

El balance de poder podía cambiarlo sin ensuciar el título de rey tan fácilmente, ya que parecía así se había desecho de todo el poder que tenían los Ash... ¿Quién sospecharía que el rey era un cazador? Nadie lo sabía y nadie nunca se enteró de ello porque hasta el momento, sólo yo que lo había visto con mis propios ojos, pude saber que Lex era Braxton.

De alguna manera era curioso que Livius era cazador y Lucius heredero a la corona, ambos representando un lado de la vida de su padre. Al menos eso era lo que pensaba lavando mi ropa en el río más cercano.

Levanté la mirada para ver hacía la distancia donde los árboles se espesaban, dándoles una sombra mística a la vegetación. El sol no atravesaba el espesor de las hojas que se arremolinaban juntas y terminé suspirando, observando pero sin moverme hacía allá. Físicamente si podía hacerlo, pero no sabía que me había hecho Braxton para que me sintiera enferma cada vez que me alejaba demasiado de la pequeña cabaña. Así que en vez de permanecer terca y escapar decidí esperar para convencerlo de que me devolviera mi libertad porque también me sentía muy culpable por el dolor que le había provocado en estos años, lo podía sentir todavía en la manera en que se aferraba a mi cuerpo por la noche, como bebía de mi sangre o como me poseía con su cuerpo.

Pensé que sería algo completamente físico y como ya no estaba en el cuerpo de Sandrine no me afectaría igual, pero era como si el vampiro se hubiera impregnado con mi alma y no estuviera dispuesto a dejarme ir, podía sentirlo aunque en este cuerpo todavía no me había vinculado.

Me concentré en usar la energía elemental de Aiden para practicar todos los días, algunas veces me agotaba y terminaba abandonándolo, así descubrí que también había un límite para la energía que podía gastar usando ambas habilidades, que normalmente tardaban en volver algunos días pero después de algunas noches con Braxton descubrí que el potencializaba mi energía y podía usarlas mejor y con más fuerza en menos tiempo. No voy a mentir y no decir que no me sentí como un súcubo al enterarme de eso, pero me vino de maravilla.

Braxton siempre estaba muy ocupado, porque además de sus actividades como cazador, ahora sí había logrado quitar a Eileén del poder y él se hacía cargo del trabajo, también removió a Sheila de su puesto como reina en funciones y solo le dejó el título, él terminaba prefiriendo hacer su trabajo a que lo arruinara todo, por eso no solía tener tanto tiempo para estar conmigo o venir a verme, pero seguía haciéndolo en la medida que podía. Por mi parte, cuando estaba sola, además de entrenar, me hacía cargo de mantenerme viva.

La reina olvidada (Origenes parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora