29 de junio del año 2150 - Actualidad
- Definitivamente no.- Siu hizo una señal de asco con su dedo y Aiden lo miró con diversión pero se reservó su comentario. Giré sobre mi cuerpo frente al enorme espejo y observé el vestido blanco de novia frente a mí. No me gustaba llamar mucho la atención pero esto era... pesado.
Al darme cuenta de que me retrasaría le había mandado una carta a Amón para disculparme y pedirle que se hiciera cargo de todo, en general lo había hecho muy bien, pero el vestido me había sorprendido bastante.
Al haber llegado una noche antes de la boda no me podía poner especial para cambiar el vestido, así que solo acepté ponérmelo pero la opinión de Siu no ayudaba a sentirme mejor en él.
El vestido tenía muchas capas de tela que lo hacían ver de otra época y estaba cubierto hasta el cuello con encaje blanco, la cola me parecía estorbosa y excesivamente larga pero lo peor era lo asfixiante que era el corsé. Respiré solo a medias y expulsé el aire antes de girarme hacía el cambiante.
- No es feo.- Defendí pero no me perdí la mueca fugaz de Aiden. Lo señalé.- ¿Tienes algo que decir, hada?
- Nada.- Él sonrió, diplomático.- Te ves encantadora.- Quiso mentir pero fue acotado por el cambiante.
- Tan encantadora como una muñeca en desgracia. Está en el mundo la mala moda que no se ajusta a su modelo y luego está...- Me señaló.- La tragedia.
- No creo que esté fuera de moda.- Aiden le dio un golpe a Siu antes de agregar.- Si hablamos del siglo xv en territorio humano, tal vez.
Me crucé de brazos. Algunas veces tener amistades que no mintieran, no le hacía bien a mi autoestima.
- Les prohíbo hablar del vestido a partir de este momento.- Les dije a los dos.- Solo acepto mentiras sobre lo hermosa que me veo.
- Las hadas no mentimos.- Aiden mintió con una sonrisa cínica en sus labios.
Me burlé y me acordé de lo que había guardado en mi armario antes de irme a dormir al llegar y me dirigí hacía él para cortar el tema del vestido, me incliné con esfuerzo por tanta tela antes de levantar la caja y acercarme a Aiden con ella. La puse en su regazo.
- Es un regalo de la novia para su majestad el rey de las hadas.- Retrocedí unos pasos.- Feliz cumpleaños, Aiden.- Me había quedado justo para su fecha de nacimiento.
Aiden sonrió ante la mención de su cumpleaños y abrió la caja para encontrarse con la hermosa espada que en exterior era muy parecida a la anterior que tenía. El rey de las hadas se puso de pie para desenvainarla y verificar su peso y equilibrio del que me había asegurado que fuera perfecto.
- Represento la justicia, protección y moral.- Aiden leyó la inscripción en letras doradas en voz alta.
- Muy apropiado para un héroe.- Siu Park se puso de pie.- Pero parece solo un arma bonita para enseñar al exterior.
- Usa fuego.- Insté a Aiden sonriendo, el rey me miró con curiosidad antes de prender la espada con su elemento. Las llamas se extendieron pintando el blanco pulcro con negro, el metal se remodeló en sus manos cortando la hoja en dos, creando dos armas cortas semejantes a dos pequeñas espadas unidas por un hilo casi imperceptible a la vista, un material que fue casi imposible conseguir y poder malear al gusto para que fuera inagotable sin importar cuanto las usara. La inscripción cambió por otras palabras en letras rojas.
- Soy la victoria, sin reglas, sin gloria.- Aiden sonrió al leer la verdadera inscripción de su arma y probó el filo del hilo que unía a las dos armas. Las gotas de sangre se acumularon en la yema de sus dedos.
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La reina olvidada (Origenes parte I)
Vampire"¿Cuánto puedes esperar por amor?" "¿Hasta donde el destino se delimita por el tiempo?" Gem De Sage era una bruja que cometió el peor error de su vida a los quince años: salvó una vida. No matar a Cedrick Arscorth tuvo severas consecuencias en su de...