30 de septiembre, año 1521
Braxton había estado muy ocupado, por lo que no regresó desde el día en que le conté todo y yo lo agradecí profundamente porque no sabía qué hacer con la noticia que tenía.
Zachary había tenido razón. Mi periodo no volvió y seguí engordando como una vaca. La sorpresa fue muy grande porque era también una ironía.
Cedrick me había sometido a tratamientos de fertilidad y lo intentamos por mucho tiempo sin éxito, que de verdad pensé que era infértil, por eso no me preocupé por ningún método anticonceptivo y lo peor fue que haciendo cuentas muy seguramente fue desde la primera vez.
Estoy segura de que si Sandrine estuviera viva, se habría burlado en grande de mi estupidez. Sonreí volviendo a la realidad con ese pensamiento, tensé el arco y miré a mi presa.
Las hojas en esta área del bosque permitían una mayor entrada al sol y la pequeña laguna que se extendía sobre el suelo era el lugar perfecto para que los animales del bosque se detuvieran, especialmente el que quería matar justo ahora. El venado giró su cabeza justo cuando disparé la flecha, cargué otra con rapidez para un último intento desesperado cuando huyó. Maldije y me puse de pie.
- ¡Para el final de la semana serás estofado! - Le grité, resentida. Una ráfaga de viento me alborotó el cabello y lo acomodé preguntándome si debía de esperar a que apareciera un conejo cuando escuché un rugido a mi espalda. Me tensé y giré lentamente el cuerpo.
Un enorme oso negro se colocaba sobre sus dos patas rugiendo como si le quisiera anunciar al mundo que ya había conseguido una nueva presa y luego bajo para verme dándome el mensaje de que yo era su cena. Tenía una postura agresiva y sus ojos completamente negros no daban cabida a una posibilidad de pasar desapercibida por su instinto.
Traté de mantener la calma y llevé mi mano hacía el carcaj de flechas, solo me quedaba una. La tomé y cargué el arco. Retrocedí un paso cuando el oso avanzó.
- Tranquilo bonito.- Hablé demasiado nerviosa como para detener mi diarrea verbal.- ¿Has escuchado el cuento de ricitos de oro? ¿No crees que podría ser tu historia? A mi parecer pareces papá oso.- Retrocedí otro paso asustada cuando el oso me mostró sus enormes dientes con otro gruñido.- ¿No tienes una familia con la cual estar? ¿O revisar que no invadan tu cama?
Tensé el arco moviéndome con mucha lentitud hacía atrás. Todos mis instintos decían que corriera pero estaba demasiado bloqueada para pensar en ello y tampoco pude cuando de pronto el oso se abalanzó hacía mi. Lancé la flecha dándole en una pata pero en vez de derribarlo, sólo lo hizo enojar mucho más, entonces fue el momento de correr o al menos de intentarlo porque a los primeros pasos sentí un dolor agudo en la pierna antes de caer, me di la vuelta dejando que mi espalda tomara todo el impacto, sacando mi daga como un último intento de salvarme cuando el oso me cayera encima, pero este nunca llegó porque de pronto vi una figura negra tomar al oso de una pata y lanzarlo contra un árbol con una fuerza excesiva, el animal emitió un aullido agonizante y no se levantó.
Braxton se giró cuando se convenció de que el oso no haría otro movimiento y se inclinó hacía mí, rompiendo su capa para frenar el sangrado en mi pierna.
- Tienes un don para ponerte en peligro, bruja.- Dijo el vampiro antes de levantarme en sus brazos y caminar en dirección a casa.- ¿Qué hay de tu magia?
Sentí que había mucha resistencia conforme el embarazo avanzaba con mi magia y me sentí muy mal físicamente, por lo que decidí no usarla. Me mordí el labio y desvié la mirada. De pronto quería llorar.
- Estoy embarazada.- Murmuré por lo bajo, sincerándome.- Me sienta mal usarla.
- Puedo verlo.- Braxton respondió.
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La reina olvidada (Origenes parte I)
Vampire"¿Cuánto puedes esperar por amor?" "¿Hasta donde el destino se delimita por el tiempo?" Gem De Sage era una bruja que cometió el peor error de su vida a los quince años: salvó una vida. No matar a Cedrick Arscorth tuvo severas consecuencias en su de...