𝐽𝑢𝑒𝑔𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜 • 𝒀𝒆𝒐𝒏𝑩𝒊𝒏 𝑻𝒂𝒆𝑮𝒚𝒖

82: Para siempre

Caminaban tomados de la mano hacia la entrada, Yeonjun era quien cargaba ambos bolsos en su mano mientras Soobin miraba el lugar con emoción.

—¿Nunca habías venido a un lugar como este?

Negó. —De pequeño nunca me llamaron la atención.

La puerta se abrió automáticamente, la chica encargada de las reservaciones pidió el nombre de Yeonjun y el chico le respondió amablemente. Fueron guiados hasta los vestidores donde podían dejar sus cosas y cambiarse si era necesario.

Yeonjun empezó quitándose su camisa, Soobin se sorprendió un poco cuando vio que poco a poco el peli-azul fue quitandose las prendas hasta quedar en ropa interior.

El peli-negro se sentó mientras trataba de no mirar mucho a Yeonjun, el mayor rápidamente se dio cuenta y quiso molestarlo un poco.

—No es la primera vez que me desvisto frente a ti. Me has visto también sin ropa interior.

Soobin se sonrojo un poco pero evitó contestar. Yeonjun terminó de ponerse la ropa que usaría para la actividad acuática y tomo a Soobin de la mano para guiarlo.

Era la primera vez que Yeonjun probaría las actividades pero anteriormente había visitado el lugar, hizo dos o tres visitas en las dos últimas semanas solo para convencerse a si mismo de que el lugar sería del agrado de Soobin.

El lugar era un poco oscuro, daba el aspecto de que estaban dentro de una cueva lo cual lo hacía un poco más interesante.

Yeonjun pidió no tener un guía que los llevará por el lugar ya que el mismo quería mostrarle todo a Soobin y quería que estuvieran solos durante todo el tiempo.

—¿Qué te parece si vamos a la tirolesa?

Soobin asintió. —Nunca he ido a una tirolesa, supongo que será divertido.

—Si tienes miedo puedes tomarme de la mano.

El peli-negro miro a Yeonjun e inmediatamente después tomo su mano.

El mayor trato de actuar con normalidad sin relucir lo nervioso que se encontraba, trataba de mantener la calma y mostrar que la mano de Soobin entrelazada con la suya era algo que podía sobrellevar.

Los largos túneles tenían luces que alumbraban gran parte del lugar, se mostraban los murales pintados con colores llamativos los cuales llamaban la atención de Soobin, se detuvo por un momento para observarlos bien.

—Son lindos, ¿Verdad?

Soobin asintió. —Hubo un tiempo donde yo dibuje, no era muy bueno pero la pintura me llamaba la atención.

Yeonjun se sorprendió un poco al escucharlo, nunca había escuchado al peli-negro hablar sobre eso.

—De hecho, Taehyun tiene una pequeña pintura que hice hace unos diez u once años. Era de noche, íbamos en el coche pero me aburrí y decidí dibujar un poco, creí que no era muy bonito lo que hice así que lo deje en mi habitación esperando a tirarlo pero de repente de un día desapareció.

—¿Por qué no te dedicaste a la pintura?

Una muy buena pregunta.

Soobin no pensó mucho en su respuesta y contestó. —No sé, supongo que me deje llevar al ver el ambiente en qué vivía y decidí estudiar sobre negocios.

Yeonjun solo asintió y se acercó a los murales, miraba los detalles fijamente sin darse cuenta de que estaba siendo fotografiado por una persona a sus espaldas.

Después de unos minutos siguieron avanzando, Soobin nuevamente tomó la mano de Yeonjun y la entrelazó con la suya.

Yeonjun miraba al chico a su derecha, el rubio miraba el lugar con un brillo en sus ojos dándole a entender que le gustaba, después de un tiempo el chico se dio cuenta de que era observado y solo le sonrió a la persona que lo veía.