Narra Addison
Me quedé congelada por unos segundos, intentando averiguar si en verdad estaba pasando lo que creí que estaba pasando...hasta que Mer empezó a gritarme.
- ¡¿Es una maldita broma, Addison?! Cada vez que movía un dedo tú te volvías loca creyendo que el bebé ya venía y ahora que está pasando en serio ¡Ni si quiera te das cuenta! - me reclamó furiosa, sujetando su vientre mientras me incendiaba con su mirada asesina.
- Lo siento, lo siento, lo siento, sólo sujétate de mí, todo va a estar bien - dije, reaccionando y ayudándola a caminar a pesar de su enojo.
- Estoy sangrando...- dijo, obligándome a mirar hacia su entrepierna, que no dejaba de botar sangre como un manantial.
- ¡Mer! Es mucha sangre, llamaré a las enfermeras, necesito revisarte ahora mismo - indiqué, tomando el mando y siendo su soporte.
Busqué una silla de ruedas, la ayudé a sentarse y controlé el tiempo entre cada contracción mientras la encaminaba hacia alguna sala de maternidad disponible.
- ¿Entró en labor? - preguntó Richard, al vernos pasar por los pasillos con todos nuestros nervios a flor de piel.
- No, sólo estoy doblándome del dolor por gusto ¿Tú qué crees? - respondió ella, poniéndose a la defensiva.
- Diablos, y yo pensé que tú habías sido dramática al parir con todo eso de la "traición" en París - agregó Mark, llegando junto a nosotras con comentarios que según él eran muy graciosos.
- Mark, será mejor que te alejes o que te quedes callado - le advertí, temiendo por su vida.
- Dejé a los niños en el consultorio de pediatría, por favor, ve con ellos - pidió Meredith, sujetando el brazo de Richard con todas sus fuerzas.
- Claro, no te preocupes, voy a cuidarlos - dijo él, besando la mano de Mer y luego mi mejilla para correr por sus nietos.
Ignoré cualquier interrupción y llevé a Meredith directo a la clínica para poder revisarla en una sala privada con ayuda de Jake, quién se ha estado convirtiendo en mi mano derecha.
- El sangrado abundante es debido a la rotura de tu matriz, la herida está creciendo y podría provocarte daños irreversibles - comenté, luego de hacer una revisión profunda al útero de mi novia, no se veía nada bien.
- ¿Irreversible? ¿Hay algo que pueda hacer? - preguntó, esforzándose por no hiperventilarse.
- Lo más seguro en éste momento sería realizar una cesárea - recomendó Jake, pensando en el bienestar de Mer por sobre todas las cosas.
- No, no quiero una cirugía, no haré eso - se negó, apretando sus dientes al sentir un fuerte dolor acompañado por el miedo.
- Cariño, mírame, yo me encargaré de todo, vas a estar bien, es lo más seguro para tí y para el bebé - expliqué, quitándome los guantes para poder acariciar su rostro y estar a su lado.
Su respiración se volvió irregular, sus latidos empezaron a aumentar y todo parecía descontrolarse cada vez más.
- No quiero una cirugía, Addie, no quiero - repitió, dejándome ver toda su desesperación y su miedo.
Miré a Jake en busca de ayuda, necesitaba una segunda opinión, no es cualquier paciente, es mi novia, el amor de mi vida, y está a punto de dar a luz a nuestro bebé, mis emociones están controlando cada una de mis decisiones en éste momento.
- Addie, un parto natural en ese estado puede resultar muy mal, podría tener un desgarre importante o incluso desangrarse, debemos actuar ahora mismo - indicó él, sumamente serio y sin dejar de mirarnos a los ojos.
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Destinadas // Meddison
FanficUn matrimonio abusivo, dos enamoradas y un largo camino para sanar. Ésta es probablemente la historia con más drama, pero a veces el drama es necesario para hacer la vida un poquito más interesante.