Noche Familiar

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Narra Meredith

Cristina salió corriendo de la habitación, casi chocando con Addison en el camino y se dirigió de inmediato a su auto sin detenerse a mirar atrás, dejándose llevar por lo que sentía.

- ¿Qué ocurre? - preguntó mi novia, mientras mecía a Dani en sus brazos.

- ¡Mami! ¡Aquí estoy! - gritó Rosie, corriendo hacia ella y abrazando sus piernas.

- Cariño, ya no estamos jugando, espera cinco minutos y volveré con ustedes ¿Sí? - dijo Addie, agachándose y besando la frente de nuestra niña, quien se fue sin mucho entusiasmo.

- Addison ¿Estabas espiando? - pregunté, enojada con ella.

- Sólo un poco, lo siento, ahora dime si todo está bien, se vé muy alterada, me preocupa - pidió, mientras el bebé comenzaba a llorar debido a toda esa tensión.

- Anoche, Teddy le contó a Cristina que renunció a su puesto en el hospital, en unas horas tomaría un vuelo a Nueva York para alejarse de todas las personas que rompieron su corazón, se cansó de esperar y Cristina está por ir tras ella para decirle que la ama - dije, dejándola estupefacta.

- ¡Cariño! ¿Crees que pueda alcanzarla? Ésto me trae demasiados recuerdos - dijo, dando vueltas de un lado a otro.

- Me avisará apenas pueda verla, sólo espero que todo salga bien - dije, mordiendo mis labios, llena de nervios.

Ambas nos quedamos en silencio mientras ella lograba calmar al bebé poco a poco. El ambiente entre nosotras se sentía demasiado incómodo y frío, no estaba bien.

- Escucha, lamento haber espiado, no sé en qué estaba pensando, nunca quise que te sintieras invadida - se disculpó, con un gesto de genuina angustia y arrepentimiento.

- Mi amor...tranquila, para ser honesta, yo hubiera hecho lo mismo - respondí, con una pequeña risa ocurrente.

Ella se acercó a mí y yo la besé, la abracé y la acurruqué en mis brazos como a una delicada flor.

- Espero que las cosas salgan bien para ellas, merecen ser felices - dijo, acariciando la mejilla de Dani.

- Estarán bien, amor - aseguré, para convencerme a mí misma de que no volverían a lastimar a mi mejor amiga.

Los niños regresaron de su cuarto algo afligidos porque no pudieron terminar de jugar, estaban aburridos y frustrados. Tomé sus manitas y les prometí hacer algo en familia que nos divertiría mucho.

Addie fué por Mía y yo preparé varias hojas de papel y pinturas a base de agua para pintar y al mismo tiempo, evitar enchastres. Nos acomodamos en la sala y empezamos a pintar como todos unos artistas.

- Pinta la mano de Daniel para dejar su pequeña huella - dijo Addie, acercando esa pequeña mano hacia mí.

Pinté toda su manito y la apoyamos sobre un lienzo en blanco que ella había guardado para un proyecto que nunca completó. Luego pintamos la mano de Mía para imitar el proceso, siguieron las de los gemelos, y finalmente, nuestras dos manos. El resultado fue el cuadro más hermoso y adorable que haya visto en toda mi vida.

- Quiero colgarlo en la sala - dije, esforzándome para no llorar.

- Podemos hacerlo ahora mismo - dijo ella, llenándome de alegría.

La besé y nos dividimos las tareas, ya que la hora de la cena estaba muy cerca. Ella preparó nuestra comida y la primera cena solida de Mía mientras los niños y yo colocábamos nuestra obra de arte en la pared y limpiábamos el desastre que habíamos armado en la sala.

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora