Esposa Felíz, Vida Felíz (+18)

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Narra Meredith

Me sentí horrible luego de provocar esos espantosos recuerdos en la mente de Addison, ambas explotamos y no puedo permitir que las cosas se queden así. Corrí tras ella, sabiendo que iría directo al hotel, quería evitar a toda costa que se fuera o que hiciera algo impulsivo por mi culpa.

- Meredith, aléjate de la puerta - pidió, al verme parada justo frente a ella, cerrandole el paso.

- No lo haré, Addie, quiero que estemos bien - dije, con un enorme nudo haciendo presión en mi garganta.

- ¿Y si no funciona? Apenas levantaste tu tono de voz y yo te compraré con el monstruo de Derek ¡¿Cómo sabes que yo soy la mujer de tu vida?! No quiero que tengas que lidiar con mis traumas, te mereces algo estable - sollozó, dejando todas sus cosas en el suelo.

- ¿Acaso no lo ves? Tú eres la única persona que puede entenderme, eres con quién comparto todo de mí y sé que no importa cuánto busque, jamás encontraré a alguien como tú...Addie tú eres para mí, ambas estamos rotas y de algún modo tenemos las piezas que a la otra le faltan, tú eres quien me completa - grité, sentándome en el suelo y esperando que ella sólo se marchara.

Oculté mi rostro entre mis rodillas y empecé a llorar, hasta que unas suaves y delicadas manos se apoyaron sobre las mías, dejando mis lágrimas al descubierto.

- Sé que jamás me dañarías...eres el único lugar al que puedo ir para sentirme completamente a salvo, no quise compararte con él, jamás te compararía con él...tú eres mi luz - dijo ella, usando las yemas de sus dedos para limpiar mis mejillas.

- Lamento tanto haberte gritado y haberte provocado tan espantosos recuerdos...cariño, yo te amo, cambiaré todo lo que tenga que cambiar para nunca volver a provocarte algún dolor, te lo prometo - dije, apretando sus manos contra mí pecho.

- Sé que lo harás, vamos a mejorar juntas, como siempre lo hemos hecho, no quiero perder lo que tenemos - sollozó, mirándome a los ojos.

- No lo vamos a perder, aprenderemos y creceremos juntas, somos un equipo ¿Recuerdas? - ella sonrió y mi corazón se llenó de una calidez que sólo puedes sentir cuando estás en tu hogar.

La abracé y dejé que sus latidos se fundieran con los míos, mientras nuestros miedos se desvanecían lentamente. Sólo se separó de mí para poder besarme tímidamente, como si fuera la primera vez que lo hacía. Profundicé aquel beso mágico y saboreé su dulce sonrisa bajo mis labios, no quiero dejar de sentirme así nunca.

- ¿Quieres subir? - preguntó, echándole un vistazo a las escaleras.

- Claro - respondí, poniéndome de pie y ayudándola a pararse también.

Entrelazamos nuestras manos y subimos hasta llegar a la habitación. Nos sentamos en la cama y nos miramos completamente hipnotizadas, sin saber muy bien qué hacer.

- Necesito un abrazo - dijo ella,con sus ojitos empañados.

Me recosté y dejé que se apoyara en mi pecho para abrazarla con todas mis fuerzas, queriendo meterla dentro de una cajita para protegerla de todo mal que habite en el mundo.

Sin siquiera darnos cuenta, nos quedamos profundamente dormidas, sintiendo mutuamente nuestros latidos que nos arrullaban y nos daban paz. Éste es mi lugar en el mundo.

~2 años después~

Narra Addison

Mer y yo tuvimos una escapada de fin de semana para gozar de nuestro segundo aniversario de casadas como corresponde. Alquilamos unas cabañas junto a la playa y no perdimos el tiempo.

Destinadas // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora