¿Cuánto tiempo habría pasado?
>Bzzz<
El teléfono que llevaba en el bolsillo vibró. Era el Sr. Choi. Después de comprobar el estado de Cheong-hyun, que seguía inconsciente, fue a la ventana y respondió la llamada.
Oye, ¿qué pasa? ¿Estás en Seúl? Dicen que no estás en el lugar de trabajo.⌟
Miró el reloj en la pared. Ya eran las 3:10. Según el plan, ya debería estar en el hotel.
—Ha surgido algo. Envía a otro.
⌜¿Qué? ¿Qué significa eso...?⌟
—Te llamo después.
No le dio tiempo al Sr. Choi para responder y colgó unilateralmente. Apagó el teléfono y se giró hacia la cama donde Cheong-hyun estaba acostado.
En ese momento, sus miradas se encontraron.
Cheong-hyun había abierto los ojos.
—...
—...
Por un momento, no se dijeron nada. Solo se miraron en silencio.
Kang Tae-hwa fue el primero en hablar.
—¿Por qué lo hiciste?
—...
—¿Por qué llegaste tan lejos? ¿Por qué?
No podía evitar preguntar. Por mucho que quisiera imponer su voluntad, esto había sido extremadamente peligroso. Sí, una sobredosis rara vez es mortal, pero si hubiera tenido mala suerte, podría haber muerto. Necesitaba saber la verdadera razón por la que Cheong-hyun había hecho algo tan peligroso para hacerle regresar.
Cheong-hyun parpadeó lentamente y, con igual lentitud, movió los labios.
—Tuve que hacer esto para que volvieras.
Su voz era débil, como si fuera a romperse en cualquier momento. Sus ojos sin enfoque estaban terriblemente vacíos. Aún no había recuperado del todo la conciencia. A pesar de ello, Cheong-hyun explicó lentamente la razón detrás de su terrible autolesión.
—Si no vas allí, no morirás...
Otra vez. Otra vez lo mismo.
Con una sensación de opresión que crecía incesantemente y que amenazaba con hacerlo estallar, habló con voz mordaz.
—¿Por qué moriría? ¿Qué es lo que sabes? Explícame algo que pueda entender. Me estoy volviendo loco de frustración.
Se sentía como si estuviera perdido en un bosque lleno de confusión. Preguntas tras preguntas, dudas tras dudas, todas encadenadas. Realmente sentía que iba a enloquecer. Sabía que lo correcto era dejar que Cheong-hyun descansara más, pero la necesidad de respuestas lo mantenía aferrado, suplicando por una explicación.
—Tú... tú moriste. El 21, en el estacionamiento subterráneo de ese hotel, apuñalado veinte veces... Ki-cheol me contó que fue una muerte horrible, dijo que lo dejabas todo arreglado, como si supieras que ibas a morir, y... y así, de alguna manera, te fuiste solo, sintiéndote libre, dejándome con una especie de expiación que no pedí...
¿Por qué? Aunque eran palabras en coreano, no entendía nada. No había ninguna parte de la explicación que tuviera sentido.
—¿De qué estás hablando? ¿Viste alguna película o algo?
—No. Lo viví.
¿Vivió? ¿No lo vio, sino que lo experimentó directamente?
—Si te dijera que en realidad tú me violaste, me destrozaste, me mantuviste prisionero y me ensuciaste... Que por eso te rechacé y te ignoré hasta el final... Que después moriste primero y yo te seguí en la muerte... Que pasé por todo eso y luego regresé a ti... ¿me creerías?