Capitulo 12

640 46 6
                                    

No puedo dejar de mirarte.
¿Le pedirías a un león que dejara de cazar? Le va la vida en ello.
Supervivencia lo llaman
Tu mirada llena mi búnker. Aprovisionamiento
para dos mil guerras.
¿Le pedirías a un girasol
que dejara de mirar el cielo?
¿Me quieres matar?
No me parpadees más.
Déjame mirarte. Déjame vivir

Escucho lejanamente que esta sonando mi alarma, se que debo pararme o se me va a hacer tarde para ir por Camilla y después a la escuela. La alarma deja de sonar, alguien la apago, entonces abro los ojos poco a poco, cuando veo Derian esta parado en mi habitación.
—¡Derian! —me levanto— ¿Que sucede? No me digas que ya es tarde —salgo de la cama— aun tengo que ir por Camilla.
—Dasha siéntate —dice con voz firme.
—¿Derian, que pasa?
—Necesito que te sientes —pasa las manos por su cara— y que me escuches.
Me siento sobre la cama, está actuando raro. El también se sienta
—¿Que pasa? —digo suavemente.
—Les dije a tus papas —no me ve, sus ojos están perdidos en otra cosa.
—Que les dijiste exactamente Derian—mi voz suena cautelosa.
El parpadea y estoy segura que puedo ver lagrimas formándose en sus ojos.
—Yo —suspira— lo siento —y entonces sus ojos me ven, y veo un enorme dolor a ellos y algo muy parecido a la... ¿Culpa?
—Derian —tomo su brazo—Que fue lo que les dijiste.
—Sobre él, sobre el chico, los sueños, las alucinaciones —se para de la cama—Les dije todo Dasha ¡Todo! —ahora esta gritando.
—Bueno no entiendo cual es el problema. —mi corazón empieza a latir muy rápido y un dolor empieza en mi pecho. Esto no me agrada.
—Lo siento, en mi defensa diré que hice lo que creí que era mejor. —abre la puerta de mi cuarto— van a venir unas personas, te van a ayudar — Y con eso sale y cierra.
¿Qué demonios está pasando?
Tranquila Dasha, piensa, no te alteres. Después de varias respiraciones me tranquilizo, me hago una coleta y bajo sigilosamente. Cuando llego a la cocina mis papas están hablando con alguien desconocido. Esta vestido demasiado formal para mi gusto.
—Cariño ¿como amaneciste? —me abraza mi mamá. Y cuando la veo se que algo esta mal, sus ojos están rojos, como si hubiera llorado a mares. Cambio la mirada y veo a papá, se ve ojeroso y cansado.
—Bien —apenas alcanzó a decir —Donde esta Derian.
—Él —comienza diciendo mi papa incomodo— se tuvo que ir.
—Dasha te quiero presentar a alguien, él es el doctor Stephen, es una gran persona que —guarda silencio por un momento, como si estuviera eligiendo sus palabras— te, te ayudara.
—¿A que te refieres mamá?
—Señora Ferguson —dice el Doctor—si me lo permiten me gustaría hablar con Dasha a solas.
Mis papas intercambian miradas.
—Claro —dice mi papa y con eso se van, yo no quiero que se vallan.
—¿Quieres tomar asiento Dasha? —nos sentamos en la mesa. Hay algo en el que no me agrada, su voz fría y calculada. Siento como sus ojos me recorren, analizando cada uno de mis gestos y movimientos.
—Dígame ¿que tipo de doctor es usted? —no sé de donde tuve el valor para hablar pero lo hago. Mi corazón late rapidísimo, espero que no lo escuche.
El sonríe, pero es una gélida sonrisa, me da escalofríos.
—Que te parece si mejor hablamos de ti, dime ¿cómo son esos sueños?— Wow, justo al grano.
—No entiendo que es lo quiere saber exactamente.
—Si —me sonríe de nuevo. Ya odio esa sonrisa— ¿que sientes?
—Lo que siente una persona cuando sueña, de seguro usted ha soñado alguna vez ¿no?
—Dasha, intento ayudarte, es mejor que dejes esa actitud y empieces a colaborar.
—No necesito ayuda. Mejor explíquese ¿que hace aquí?
—Estoy aquí para ayudarte, ahora si ... —lo interrumpo.
—¿Y por que cree que necesito ayuda? —mi voz se eleva.
—Dasha tranquilízate.
—Responda mi pregunta.
El suspira.
—¿Realmente no lo sabes? ¿O solo estas fingiendo demencia?
—No sé de que esta hablando, no sé por qué está en mi casa y no sé por qué aún no se ha ido.
—El hecho de que no lo sepas es aún más preocupante.
—¡Dios mío! —me levanto —por que no deja sus malditos misterios y me dice lo que esta pasando.
—Solo se te lo diré si te sientas y te tranquilizas—dice con voz firme.
Hago lo que dice.
—Tu amigo Derian nos hablo de tus sueños o alucinaciones —eso me duele, me duele que sepa algo tan privado de mi— al principio igual pensó que eran inocentes pero al parecer no lo son.
—Explíquese.
—El chico, Andrei, ha estado recibiendo cartas que hablan sobre un amor platónico, algunas de sus pertenencias han sido robadas e incluso ha sido acosado de manera frecuente, violando totalmente su privacidad.
—No entiendo...
—Encontramos cartas en tu habitación y un saco, también hay varias fotos de él.
—Pero eso no es cierto—murmuro.
—Dasha, me temo que sufres el trastorno de personalidad múltiple.
Me quedo sin aliento, esto no puede ser cierto. El miedo empieza latir en mi corazón.
—Derian ayer hablo con el chico y él le contó eso, sabrás la sorpresa de Derian al ver esas cosas en tu cuarto.
—No, no es cierto, yo nunca haría nada así.
—Lo sé lo sé —habla con su estúpida falsa voz—se que tu no harías eso, pero tal vez la otra chica si.
—No hay otra chica, solo soy yo y punto.
—Darse cuenta de la realidad va a ser duro, lo sé, pero estamos para ayudarte en ese proceso.
—¡Pero es que lo que usted no entiende es que no es cierto!—estoy gritando. Y me levanto de ahí.
—Dasha tranquila —la
voz de mi padre suena atrás —es por tu bien.
Volteo y están mis papas ahí.
—Papá debes creerme —me acerco a el— no es cierto.
—Cariño yo... —su voz se rompe—hacemos lo que creemos mejor para ti— Entran otras dos personas a la casa. No les presto atención.
—Papá, no es verdad por favor... —Peter empieza a bajar las escaleras, lleva una maleta, mi maleta.
—Dasha —me abraza—tranquila, todo va a estar bien. Pronto vas a regresar a casa.
—¿Regresar? —dejo de abrazarlo—¿de que hablas? —todos se quedan en silencio.
—Vas a estar con nosotros un tiempo y te vamos a ayudar—dice el estúpido Doctor.
—No quiero ir con ustedes, pueden ayudarme aquí —me siento mal, me siento confundida, no soy así, se que no es verdad ¿o si?
—Mi amor —mi mamá acaricia mi brazo — si quieres detenerlo es la mejor manera.
Pierdo el control totalmente.
—¡Pero es que esto es una locura! Escúchense, yo no haría eso, y por nada del mundo me voy a ir con ese estúpido Doctor.
—Dasha por Dios cálmate.
—Señor Thomas no se preocupe —interviene el Doctor — su reacción es totalmente normal, necesita asimilarlo.
—No necesito asimilar nada ¡son ustedes los que tienen que asimilar que estoy completamente cuerda!
—Ya estamos listo señor —dice uno de los que entraron.
—¿Listos para que? —camino hacia atrás.
—Dasha, vas a ir con ellos, todo va estar bien, vamos a ir a visitarte los fines de semana.
—¡No! No voy a ir.
—Toma sus cosas —dice Stephen a uno de los desconocidos. El camina hacia Peter.
—¡Peter no! —mi hermano me ve y duda por un momento, pero entonces el tipo le arrebata mis cosas.
—Vamos Dasha, acompáñanos—dice amablemente. Y extiende su mano.
—No, no voy a ir —empiezo a alejarme— esta loco si piensa que saldré de esta puerta con usted.
—Cariño... —dice mi mamá llorando y eso me parte el alma.
—Dasha, solo lo estas haciendo mas difícil para ti y para tus seres queridos. Vamos —se empieza a acercar.
—¡No olvídelo! —me doy la vuelta pero uno de ellos me toma del brazo y yo me jalo —¡Suéltame! —me toma de los dos y me tira contra el —¡Papá no! — los veo y mi mama esta sollozando en el cuello de mi papá, el me ve con dolor. Peter esta al final de las escaleras con la cabeza entre sus brazos.
—Siento que tenga que ser de esta manera — Stephen se me acerca.
—¡No para por favor! —esta apretando mis brazos muy fuerte—¡detente! —mi voz suena ronca. Entonces siento como un pequeño pinchazo en mi brazo, cuando volteo esta el Doctor con una jeringa sobre el. Y todo se desvanece.

Si te vuelvo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora