Capitulo 25

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Todos los gurús espirituales
Los maestros en educación emocional
Los psicólogos que hablan de no anclarse a nadie
Los místicos que promulgan el camino de la autosanación
Aquellos que miran por tu crecimiento personal
Los expertos en autoestima
Los que recomiendan ser fuerte
Y depender de uno mismo.
Tienen razón
Pero yo soy más feliz cuando tú me miras.

Se detuvo y poco a poco dio la vuelta.
—¿Perdón? —me habla con el ceño fruncido.
—¿Mande? —trato de sonar lo más desconcertada posible.
—¿Dijiste algo? —su voz es cautelosa. Creo que escucho.
—Para nada —lo miro a los ojos.
Sí, puedo mentirle viéndolo a los ojos, no sé si es una virtud o un defecto.
—Estoy seguro que escuche algo —es serio. Uh uh.
—Bueno lo que sea que hayas escuchado no vino de mi, tal vez de las voces en tu cabeza —trato de bromear.
Un pensamiento pasa por su cabeza y su semblante cae. Que rayos.
—Bueno, tal vez tengas razón —ahora él luce triste— Te veo luego, cuídate.
En ese momento me acuerdo de algo.
—Por cierto —se detiene de nuevo— ¿Cuál es tu nombre?
El sonríe.
—Kilian Andrei Julien —dice sonoramente.
—¿Igual que Nat?
La sonrisa se le borra.
—Si algo así.
—¿Cuál prefieres? —pregunto.
Se queda pensando.
—Kilian —dice finalmente.
Le sonrió y él me sonríe. Y es de momentos incómodos en los que no sabes cómo despedirte pero los dos tenemos una sonrisa de idiotas.
—Entonces supongo que... —comienza aún sonriendo.
—Si eso... —continuo.
—Esta bien —se rasca la barbilla— supongo que ¿Adiós?
—¿Adiós? —respondo.
—Si adiós.
—Pues adiós.
Muy bien este es uno de los instantes más estúpidos de mi vida.
Pero uno de los mejores.
El se ríe y todo a su alrededor cobra vida.
Casi le doy un aplauso a esa risa.
—Hasta luego —dice al final.
—Hasta luego es mejor que adiós —le digo, él asiente efusivamente, no se quiere ir y yo no quiero que se vaya.
—Te veo el sábado es mejor que hasta luego.
—¿Por qué? —pregunto intrigada.
—Porqué sé que te veré.
Santos. Cerdos. Rosados.
¿Está coqueteándome?
Claro que si —responde mi petulante cerebro.
Muy bien cerebro deja de criticarme y dame una respuesta ingeniosa.
Mejillas sonrojadas hace acto de presencia. Y no sólo en mi ¿Está sonrojado?
—¿Quieres verme? —es la mejor carta que me dio mi cerebro.
—Te estoy viendo —dice.
Su mirada me recuerda a la de mis sueños, todo juguetón.
Tal vez no son tan sólo sueños.
Sonrió, mi cerebro está sobre la lona y el referí cuenta hasta diez. Ya no da una más.
—Entonces te veo él sábado.
Cuando terminó de decir esas palabras inmediatamente me arrepiento. Todavía no quería despedirme. Arg.
—Hasta el sábado.
Se queda ahí parado viéndome, creo que esta esperando que entre. Torpemente me doy la vuelta y entro, cuando empezó a cerrar la puerta, lentamente, con nuestras miradas conectadas, hasta que cierro y no lo veo más.
Paso la cocina lo más rápido que puedo y subo las escaleras. Estoy aguantando todo lo que puedo para que no salga esa estúpida sonrisa.
—Fingiré que no vi al chico que te vino a dejar —dice Jude recargado en el marco de su puerta.
Arg. Asiento y pasó a mi cuarto y cierro. Me tiro en la cama.
Olvidaba lo que era tener a un hermano mayor en casa. Luego le explicaré que no es lo que piensa, aún está muy lejos de eso.
Al fin sonrió, una pequeña alegría comienza a crecer en mi. Un tipo de alegría que no conocía. Que te llena. Que te hace pensar que tal vez, no todo está perdido.

—¿Dijo eso? —dice Derian sorprendido.
—Créelo. A mí me costó hacerlo.
—Vaya, qué cambio de actitud tan...¿Repentino?
—Algo bipolar —reflexiono.
—¡Oh! Encontré información en la página más olvidada del mundo.
—¿De qué? —pregunto.
—¡Del poeta! Es muy poca información pero es algo. Dice que se suicido —oh...— y que estaba comprometido con una chica que era... —se queda pensando— ¡Ah no sé que era! Pero era muy importante y se rumorea que tenía un romance con una prostituta.
—¿Estaba comprometido pero tenía un romance?
—Sí —responde.
—Te das cuenta que se parece al sueño, el último que tuve.
—Lo sé, y eso es demasiado raro.
Demasiado raro, dos palabras que podrían definir mi vida.
—El jueves comienzan los finales —llega muy triste Alana— no sé si sobreviva.
—Sobreviviremos juntos —habla Derian siguiendo su drama.
Uff.

Si te vuelvo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora