Capitulo 36

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Dejaré los miedos a un lado.
Dispararé al corazón.
Quizás seas tú, mi última bala.

Abro los ojos poco a poco, la cabeza me duele horrible, maldita marea.
Me levanto, observó como el reloj se mueve de aquí para allá, espero que ya casi lleguemos, el mar y yo nunca nos hemos llevado tan bien.
Salgo del camarote y busco a mi papá, lo encuentro en la borda observando el mar.
—¿Dormiste bien? —me pregunta cuando me ve.
—El movimiento apenas y me dejo.
—¡Oh mi niña! Ya casi llegamos, en  unas horas —¿unas horas? Eso es mucho— Hay mal clima, pero cuando lleguemos al puerto mejorará.
—El puerto... —suspiro y me imagino lo que me espera ahí— ahora ya no estoy tan segura si quiero llegar.
Papá me mira con ternura.
—Se que no te agradan esos eventos pero... —se queda sin palabras por un instante, pero mamá era quien siempre lo acompañaba y ahora ya no, papá odia tanto como yo este tipo de cosas— pero te necesito a ti, mi niña, a mi lado —toma mi mano y la aprieta— no puedo solo contra esos hombres de bolsillos pesados.
—Ojalá le dieran más importancia al peso de su cerebro —le sonrió.
—Nunca cambiaras ¿cierto? —niego con la cabeza— te pareces tanto a ella —ahora su mirada es triste.
No sé cómo una persona sigue viviendo sin el amor de su vida, aún no descubro la fórmula de cómo lo hace papá.
Me dice que es por mi, que hay diferentes tipos de amores en la vida, y yo soy el más importante, para mí solo es él, es la única persona que me importa en esta vida.
—Además sabes que lo necesitamos —cambia el tema antes de ponernos más sentimentales— últimamente hemos tenido más pérdidas en las ventas, este tipo de eventos te ayuda a promocionarte, es un amigo muy cercano al rey, Felipe V, eso nos puede ayudar.
—El día en el que el valor de las personas se deje de medir por sus influencias...
—Habrá personas importantes, si el vino es de su agrado estoy seguro que haremos buen negocio —continúa papá— corre ve a cambiarte.
—Pero dijiste que faltaba mucho para que llegáramos, si me pongo el vestido desde ahorita estaré morada cuando lleguemos.
—Dasha... —papá me da una mirada amenazadora.
Asiento, un viento frío sopla, estamos rodeados por neblina, apenas y se ve algo.
—Ve a taparte cariño, hace frío.
Me doy la vuelta y camino al camarote.
—Y ponte el vestido —añade. Cuando llego veo el vestido, es demasiado bonito... Y ostentoso. Lo toco, es tan suave, es del tipo de vestidos que llaman un poco la atención. Sé que aunque papá no me dice, uno de los propósitos, aparte, al traerme aquí, es que vea con quién puedo contraer matrimonio, él ya está un poco grande y la venta del vino no va tan bien, es obvio que se preocupe por mi futuro.
¿Y si elijo a alguien con mucho dinero? Así se terminarían las preocupaciones de papá.
Suspiro, todo sería mejor si mamá estuviera aquí.  Ella sabría qué hacer.
Dejando esos pensamientos de lado me pongo el vestido. Al final cuando me veo, observó a una mujer triste ¿realmente debo ser como todas y buscar a un caballero adinerado?
El dinero no da felicidad, pero si seguridad, o eso creo, la falta de él ha hecho que mi padre viva preocupado, su cara luce demacrada, tenemos familias enteras que dependen de nuestro negocio y papá es demasiado bondadoso como para dejarlos a un lado y siempre les da más de lo que puede.
Un viento aún más frío pasa por las orillas de la puerta, debo taparme.
Empiezo a buscar algo pero no encuentro nada decente con que taparme, se empieza a escuchar mucho alboroto afuera, lo ignoro y sigo buscando, veo una chaqueta de papá, luce cálida. La tomo y me la pongo, ahora se escuchan unos horribles gritos afuera.
¿Que demonios?
Salgo para encontrarme a todos corriendo para todas partes, hay mucho alboroto y no entiendo por qué.
—¡Papá! —grito intentado encontrarlo entre todos.
—Dasha —alguien me jala por detrás, es papá, está alterado— ve y enciérrate en el camarote.
—¿Pero qué sucede?
—¡Pirata! —alguien grita y miró como un hombre salta a nuestro barco, cuando observó a nuestro alrededor veo a un barco justo a nuestro lado. La neblina se desvanece y veo con más claridad, lleva una bandera negra con una calavera.
—Ten —mi padre me entrega una pistola— úsala si es necesario.
Asiento demasiado aturdida por lo que está pasando.
—¿Y tú qué vas a hacer?
Sus ojos me miran, veo miedo en ellos.
—¡Solo obedece y ve al camarote!
Salgo corriendo hacia él y cierro la puerta, apenas y puedo meter la llave, estoy temblando.
Abrazo la pistola, ni siquiera sé cómo usarla, los gritos siguen y ahora hay más movimiento en el barco, se mece de aquí hacia allá.
Papá está afuera, ay no. Lagrimas corren por mis mejillas, al menos ellas pueden huir.
Me siento en el suelo y me abrazo a mi misma ¿es lo más correcto quedarme aquí mientras esos hombres luchan allá afuera?
No tengo idea, pero tengo miedo, mucho, no sé cuándo tiempo ha pasado pero para mí ya es demasiado, quiero salir y ver si papá está bien pero el miedo me amarra y no me deja mover.
Poco a poco empieza a venir la calma, se escuchan menos gritos y más voces.
—¡Dasha! —escucho un grito lejano, creo que es la voz de mi padre, me levanto y estoy a punto de abrir la puerta cuando la golpean y esta cimbra. Me alejo de ella y me voy hasta el rincón en donde estaba sentada.
La vuelven a golpear, se va a romper ¿qué está sucediendo?
Tomó la pistola pero estoy temblando tanto que se me cae, la levanto. Otro golpe más a la puerta, se está partiendo.
¿Cómo se usa esto? Miro la pistola intentando entenderla, un golpe más, la puerta truena, ya no va a aguantar más.
Me limpió las lágrimas, y agarro con más fuerza la pistola.
No dejes que el miedo te domine, escucho la voz de mi madre en mi cabeza. No dejes que el miedo te domine, un golpe más a la puerta y esta cae, hay mucho polvo, apenas y veo a la persona parada ahí. No dejes que el miedo te domine, esa persona empieza a entrar poco a poco, su mirada esta fija en la pistola que tengo.
¿Tengo si quiera el valor de jalar del gatillo? No, no lo tengo. No dejes que el miedo te domine, justo ahora ¿que es lo más inteligente? Comienzo a bajar la pistola.
—¡Dasha! —el grito se escucha muy lejano.
¡No dejes que el miedo te domine!
—Pero que tenemos aquí... —su voz es ronca, es un pirata.
Intento respirar, el nudo en mi garganta no me deja hablar. Los latidos de mi corazón se han calmando un poco, he dejado de temblar, pero estoy helada.
—Sal de ahí.
Empiezo a tomar el control sobre mí miedo. Camino lentamente hacia la salida, pasándolo de lado, salgo y veo a todos festejando, tomando del vino que llevábamos.
—¡Dasha! —volteo y veo a mi padre en un pequeño bote, remando lejos del barco, varios hombres lo están deteniendo de que no se lance al agua, los gritos de mi padre son desgarradores, mi corazón se troza.
—¡Señor Dalmau! —le gritan a mi papá mientras lo agarran.
—¡Dasha! —sigue gritando.
Sus gritos me atraviesan el alma dejando un profundo agujero.
—Al parecer se fueron sin ti —dice el hombre que está enfrente de mi.
No puedo decir ninguna palabra sin romperme.
—¡Capitán Falcón! —grita un hombre— la nave es nuestra.
—Perfecto —se quita el sombrero, es un hombre grande, pero la juventud aún se refleja en él, tiene unos ojos verdes muy bonitos— y la dama también es nuestra —me lanza una sonrisa ladeada.
Solo le doy una mirada fría.
—Padre —alguien le habla al fondo.
Me niego a dar la vuelta para ver el rostro de la persona.
—¿Qué haremos con ella? —pregunta acercándose hasta que llega a mi lado.
Se parece mucho a su papá, sus ojos no son tan brillantes pero son de un verde muy atractivo.
—Lo mismo que hacemos con todas —responde mirándome de arriba hacia abajo.
Carajo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Solo les diré:
Sufran.

Bueno no, no soy tan mala xD perdón tuve una semana loca :( pero me apuraré, espero les guste este, a mí me encanta por que es el comienzo de una gran historia.
Espero saber qué piensan *O*
Los quiero y gracias por sus hermosos comentarios💕
Bonita semana :*

Si te vuelvo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora