Capitulo 13

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De como me salvaste la vida
con tus propias manos
retirándome el pelo detrás de las orejas.

Me despierto de golpe, hay demasiada luz en la habitación, me levanto poco a poco, mientras mis ojos se acostumbran a la luz.

El alivio me inunda, solo fue un tonto sueño, mi cuerpo se relaja y me siento mas viva, fue tan extraño.
Me levanto y voy a la puerta, la abro, o al menos intento abrirla y no puedo. Lo intento de nuevo y no, la empujo y la golpeo y tampoco, cuando me doy cuenta llevo la bata, la misma bata, observó mas de cerca y esta no es mi habitación, sigo aquí, y todos los sentimientos regresan.
-¡No! -mi voz suena ronca y me recargo en la puerta-No puede ser.
Siento el nudo en mi garganta y las lagrimas cayendo, me siento en el suelo, no puedo seguir aquí, esto debe ser un error. Y eso me lo repito una y otra vez.
Ha pasado una hora, o eso creo, cuando alguien toca mi puerta y después de abre. Es un chico.
-Desayuno a las 7:00 a.m. -me mira de arriba hacia abajo. Me siento desnuda- Vamos.
Y con eso sale del cuarto. Supongo que debo seguirlo y lo hago.
-Estos son los cuartos, esta ala del edificio es para mujeres, aquí son las regaderas -señala unas puertas que están en el pasillo -tu horario de tomar la ducha es de 6:00 p.m. A 7:00 p.m. -damos vuelta a la derecha -aquí es el consultorio del Doctor Harrison.
-¿Harrison?
-Sí, tu Doctor, Stephen Harrison.
-Ah.
-Aquí es el aula de esparcimiento-pasamos una habitación con vidrios enormes, adentro hay libreros, mesas, pinturas y muchas mas cosas -puedes venir cuando quieras, siempre y cuando no interrumpa alguna de tus consultas.
Seguimos avanzando por el pasillo, casi no veo a nadie.
-Aquí es el área de deportes -es enorme y con muchas canchas -igual puedes venir cuando desees.
Damos vuelta y al final se ven unas puertas dobles. Seguimos y las pasamos. Adentro es un comedor, hay muchas personas pero solo hablan murmurando.
-Este es el comedor, ahí recibes tu comida -señala una barra- cuando termines pasas por ahí -es una puerta en la esquina de la habitación -donde vas a recibir tu medicina.
-¿Medicina?
-Si, por ahora solo es para calmar tu sistema nervioso, cuando seas debidamente valorada podremos empezar con el tratamiento ¿Alguna duda?
Niego con la cabeza, el tampoco me agrada, es demasiado frío, como todos aquí.
-Bueno a la 1:00 p.m es tu comida y a las 8:00 p.m la cena, tienes que venir aquí, sobre los horarios de tus consultas mas adelante tu médico te indicará cuales son. Disfruta tu estancia.
Se da la vuelta y se va. ¿Es broma verdad? Disfruta tu estancia ja ja.
Voy por mi desayuno y me siento en una mesa alejada. Cuando veo que es no me da mucha confianza. Observo a mi alrededor, las personas se ven ¿raras? Una chica murmura cosas, aunque no se para quien por que esta sola. Otras que están a mi lado juegan con su comida y se ríen. Definitivamente estoy en el lugar equivocado... O eso creo. De ahí en fuera creo que las demás lucen bastante normal.
Justo como yo.
Ese pensamiento me asusta.
Termino dejo la bandeja en su lugar y me dirijo a esa puerta. Me formo y cuando es mi turno me dan dos pastillas pequeñas, una azul y una blanca, junto con un pequeño vaso de agua. Las veo un largo rato.
-Las demás están esperando su turno mejor apúrate.
Me las tomo y me hacen sentir momentáneamente mareada.
-Siguiente.
Salgo de la hilera tratando de recuperarme del mareo. Ni siquiera recuerdo como regresar a mi habitación.
-Dasha, que bueno verte.
Volteo y esta la chica de ayer, no recuerdo su nombre.
-Sígueme.
¿Por qué tengo que seguir a todos? Empieza a caminar, por un momento considero echarme a correr al lado contrario, pero creo que eso no es bueno para pretender que estoy cuerda. Caminamos y finalmente llegamos.
-Pasa y toma asiento.
Suspiro.
-¿Como te sientes hoy? ¿Ya mejor?
Como la mierda.
-Si creo que ya mejor -mi voz sigue ronca.
-Si se que es difícil, pero poco a poco te acostumbraras y lo mejor de todo es que no estas sola, estamos contigo.
Si claro.
-Gracias -trato de sonreí.
-Bueno ahora vamos a corroborar a algunos de tus datos ¿está bien? -asiento -Dasha Ferguson ¿cierto? -vuelvo a asentir- Naciste el 20 de Febrero de 1995
-Si.
-¿Tus padres son Thomas Ferguson y Jasmine Davenport ?
-Aja
Y así fue todo, me hizo preguntas sobre mi familia y donde crecí, realmente fue aburrido.
-Oh y necesitamos saber en qué días menstrúas.
Me lo dijo como lo más normal del mundo.
-Puedo preguntar para que
-Si, es para controlar tus medicamentos y esos días asistirte con lo que necesitas.
Cuando termino sentí que mi privacidad había sido violada de muchas maneras. No fue nada lindo.
-Por cierto a las 10:00 a.m. Tienes consulta con el Doctor Harrison, de lunes a sábado. A las 2:00 p.m. tienes consulta con el Doctor Newman de martes a jueves y conmigo tienes consulta a las 4:00 p.m. todos los días. Se apagan las luces a las 10:00 p.m. y te tienes que levantar a las 6:00 a.m. Tu ropa interior ya fue colocada en tu habitación, dentro de la institución se espera que uses la bata. Los días de visita son los sábados y domingos, las demás horas puedes usarlas en algunos de los espacios de recreación o para conocer a las demás. Con respecto a tu escuela nos pondremos en contacto con ella para que puedas hacer trabajos escolares aquí y así no se detenga tu desempeño académico. Ten -me da un papel -este es el reglamento, esperamos que lo sigas y así podremos entendernos mejor. ¿Alguna duda?
¿Por qué estoy aquí?
-No ninguna.
-Genial. De todos modos los horarios fueron colocados en tu habitación. En un rato tendrás la consulta con el Doctor Harrison.
-Oh claro gracias -últimamente mi vocabulario se reduce a menos de cinco palabras.
-Bueno bienvenida Dasha, espero que podamos llevarnos bien -me extiende la mano. La estrecho.
-Igualmente.
Salgo del cuarto, veo el pasillo, solo pasan un pocas personas y estoy segura que son de los que trabajan aquí. El problema ahora es que tengo que ir a mi habitación y no tengo ni idea de donde esta.
-¿Perdida?
Volteo y esta un chico con bata blanca.
-Uh, algo.
Me sonríe, pero no se siente como una sonrisa real.
-Junto a tu reglamento esta un croquis, supongo que el te guiara.
-¡Oh! -veo el reglamento y justo abajo esta -Gracias.
Le dejo y empiezo a caminar, no me apetece hablar con nadie.
El croquis resulta ser útil, llego a la habitación, se parece tanto a la mía... Pero no lo es, dolorosamente no lo es.
Me acuesto e intento pensar que esta pasando. No recuerdo mucho de ayer, solo se que llegue y que no me agrado la idea de estar aquí... Pero de ahí ya no recuerdo mucho.
Veo mis piernas y mis muñecas, tienen marcas... No se como me las hice.
Paso tanto tiempo pensando que me olvido de todo. Hasta que tocan mi puerta y luego entran. ¿Que nadie pregunta si puede pasar?
-Tu consulta, es a las 10:00 son 10:20.
Es el chico de la mañana.
-Oh lo siento no me di cuenta de la hora.
Me ve, estoy segura que sino fuera tan profesional ya me hubiera puesto los ojos en blanco.
-Ojalá sea la ultima vez que 'no te das cuenta de la hora'.
Suspiro y salgo, camino a su consultorio, siento que él va detrás de mi.
-No es necesario que me lleves, ya se donde es.
-Que bien -sigue caminando detrás de mi.
Me lleva todo mi autocontrol no golpearlo.
Toca la puerta y sale el Doctor.
-Aquí esta su paciente, lamentó la tardanza.
Y con eso se va.
-Pasa.
Lo hago y me siento. El tiene una de esas sillas que lucen demasiado cómodas y una mesa a su lado. Se sienta y cruza la pierna.
-¿Que tal va tu día Dasha?
-Pues va bien.
Me mira fijamente ¿que nunca cambia de expresión?
Entonces me siento transparente de nuevo, sabe que miento. Se inclina y abre su laptop. Empieza a buscar algo y lo voltea hacia mi. Aparezco yo en mi cuarto. Es en la mañana, cuando me di cuenta que no estaba en casa y empece a llorar.
-¿Que sentiste en ese momento?
-No sabia que había cámaras de seguridad.
-Las hay, para evitar incidentes, en tu baño no las hay.
-Oh
-Bueno y ¿como te sentiste?
Suspiro.
-Confundida, triste... La lista es larga.
-¿Por qué?
-Pues no entiendo, no sé que hago aquí... Bueno yo -me detengo, tengo que poner en orden mis ideas- me gustaría que me explicaran más sobre que pasa, o que tengo o que piensan, no sé algo que le de lógica a esto.
-En primer lugar te agradezco tu sinceridad, para que esta terapia funcione es importante que el paciente exteriorice todas sus emociones para que yo pueda ayudarte de la manera más apropiada. Y en cuanto a lo que sientes es una reacción aceptable.
-Bueno y ¿que tengo?
-Aun no estamos seguros, me gustaría seguir con las terapias y así darte un diagnóstico seguro.
-Usted me dijo que tenía el trastorno de personalidad.
-Bueno es una hipótesis pero no es una seguridad.
-¿Que otra cosa puede ser?
-Las posibilidades pueden ser infinitas. Pero háblame de esos sueños ¿cómo eran?
-Ah pues -intento recordar, pero se ven borrosas en mi mente... -no sé.
-¿No sabes como describirlas o no sabes?
-Quiero decir, no me acuerdo -no, no, esto nunca había pasado, crece un dolor desconocido en mi, un dolor que no conocía, el dolor de perder un preciado recuerdo.
-¿Pasa seguido?
-No -digo casi en un suspiro -es la primera vez que sucede.
-Vamos Dasha, cierra tus ojos y trata de recordar, relájate.
Hago lo que me dice pero no viene nada a mi, solo cosas borrosas y sin sentido. Después de unos segundos llega un pequeño, solo destellos, sus ojos viéndome, sus ojos sonriéndome, sus ojos tristes, sus ojos divirtiéndose...
-Que viste?
Abro los ojos.
-Yo... -no quiero decirlo, la manera en la vi sus ojos- solo son cosas borrosas no tienen lógica.
-¿Recuerdas lo que te dije sobre la sinceridad?
Demonios, al parecer es un detector de mentiras.
-Si bueno solo recuerdo a sus ojos viéndome -evito su mirada.
-Y su mirada sobre la tuya ¿Como te hace sentir?
Hizo una pregunta peligrosa, pero personas como él saben hacer ese tipo de preguntas de manera extraordinaria.
-No recuerdo...
-Muchas veces puedes olvidar que paso pero no como se siente.
¿Cómo se siente su mirada sobre la mía? Como si ese fuera su sitio correcto, sobre mis ojos. Ahora y para siempre.
Me sonrojo, el simple hecho de pensarlo es vergonzoso, no puedo decirlo en voz alta.
Sú mirada se ve divertida.
-Pues creo que bien.
-Claro -inteligentemente decide no hacerme mas preguntas sobre eso-Pero ¿Como te sientes respecto a él?
-Uh pues era algo muy parecido a la curiosidad.
-¿Solo eso?
-Si...
-¿Segura? Piénsalo un poco.
-Creo que -trato de recordar como era cuando lo veía, no en mis sueños sino en la realidad -tal vez me sentía atraída hacia el.
-¿Atracción sexual?
-O sea...
-Sí, querías hacerle saber como te sentías de manera física como por ejemplo... -lo interrumpo.
-Oh ya, no, no no era así -siento un ligero sonrojo -Solo era como, el hierro a un imán.
Se queda pensando.
-Interesante comparación, eso podría explicar muchas cosas.
--¿Como cuales?
-Como el hecho de que soñabas con él.
-Uh...
-Hablemos del magnetismo, para que exista la atracción entre estos dos objetos, cada uno debe tener algo que lo atraiga al otro.
-En este caso es unilateral.
-Claro, pero el punto es que algo tiene él, que provoca eso en ti y hay algo que tienes tu que te hace reaccionar de esa manera.
-Eso que tengo es obviamente malo.
-No necesariamente, algunas veces la mente tiene algunos defectos, defectos que nosotros podemos corregirlos.
-¿Corregirlos?
-Si
-¿Y cuánto llevaría esto?
-En el mejor de los casos, algunos años.
-¿Años?
-Si porque la reestructuración de la mente depende de cuanto me permitas hurgar en tus pensamientos. Debo llegar hasta los más profundos y oscuros secretos de tu alma...

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Hola lectores hermosos *-*

Espero que les haya gustado el capitulo, quiero saber urgentemente su opinión.

Gracias a los que me leen y votan por ella, ojala lo sigan haciendo!

Los amo y que tengan una placentera semana.

Si te vuelvo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora